Familias de acogida en Asturias: «Es una satisfacción como no hay otra»

Carla Vega REDACCIÓN

ASTURIAS

De izquierda a derecha: José Enrique Sánchez, presidente de AFAPAS, Begoña González y Germán Sánchez , familia permanentes, Marcos Valdés, familia extensa, y Luis Álvarez, portavoz de AFAPAS
De izquierda a derecha: José Enrique Sánchez, presidente de AFAPAS, Begoña González y Germán Sánchez , familia permanentes, Marcos Valdés, familia extensa, y Luis Álvarez, portavoz de AFAPAS

La Asociación de Familias de Acogida del Principado de Asturias (AFAPAS) busca fomentar el acogimiento para que todos los niños conozcan lo que es el calor del hogar

24 feb 2020 . Actualizado a las 20:50 h.

Begoña González y Germán Sánchez redescubrieron, hace siete años, lo que es tener niños correteando por la casa. Ellos ya habían tenido hijas biológicas antes, pero crecieron y llegó el «síndrome del nido vacío». Precisamente una de sus hijas fue la que les planteó esta opción. ¿Por qué no convertirse en familia de acogida? En ese momento comenzó una larga trayectoria de pruebas, citas con psicólogos y revisiones para finalmente lograr ser aptos: ya estaban listos para comenzar la aventura. Entonces tres pequeños hermanos, de 5, 6 y 9 años, llegaron a sus vidas. Ahora, siete años después, y con la mayor de sus hijas con 15 años cumplidos, todo es felicidad y alegría en su hogar. «Es una satisfacción como no hay otra. Quién me diría a mí, a mi edad, que iba a experimentar otra vez esto», afirma Germán Sánchez, ya jubilado.

Como ellos son muchas las familias que conforman la Asociación de Familias de Acogida del Principado de Asturias (AFAPAS), creada en 2015 para defender los derechos de todos los niños y tipos de familia de acogida. Son familias que abren las puertas de sus hogares y de sus corazones a niños que lo que más necesitan es amor. En Asturias, la Cruz Roja o la Fundación Meniños trabajan con el Principado para que los menores tutelados por este puedan criarse en el calor de una familia. Si el acogimiento es temporal, será Cruz Roja quien lo gestione, pero si es permanente, como lo es el caso de Begoña y Germán, será coordinado por Meniños. Con la ayuda de estas dos intermediarias, el Principado busca que fundamentalmente los niños de entre 0 y 6 años no vivan en un centro de menores. «Esto es primordial, ya que de los 0 a los 3 años los niños desarrollan lo que es el amor, el sentirse querido, sus emociones. En un centro no les falta de nada, pero el calor de una familia es lo más importante», explica Luis Álvarez, portavoz de AFAPAS.

Acoger crea adicción

Tanto Álvarez como José Enrique Sánchez, presidente de la asociación, han sido familia de acogida en más de una ocasión. En sus casos, son niños que necesitan un hogar de forma temporal, bien para dar tiempo a sus familias biológicas a recuperarse para que vuelvan a contar con la tutela del menor, o bien para que no tengan que vivir en el centro de menores en el tiempo en el que se tramita su adopción. Ambos coinciden en que ser familia de acogida es un proceso para el que hay que estar muy mentalizado, pero que proporciona una gran satisfacción. «Los niños dan alegría al hogar, y al final, por muy duro que pueda resultar esto, crea «adicción». Llegas del trabajo y te pasas por la habitación para ver cómo está el niño, o lo llevas al parque, o al colegio, y es una sensación inigualable», argumenta Álvarez, que acaba de poner fin a su sexto acogimiento, este último a un bebé recién nacido. «Tener un niño es tener alegría, y en el caso de estos pequeños, lo que más necesitan es amor. Eso es algo que, a diferencia de un centro, una familia de acogida sí puede darle», añade Sánchez, que actualmente acaba de confirmar su cuarto acogimiento.

Por su parte, Marcos Valdés es familia extensa. Tiene una hija de 9 años y desde hace dos su casa tiene el doble de vida al tener en acogida a su sobrino, de 5 años. Se denomina familia extensa a los familiares directos del menor. Este es el primer paso que trata de dar siempre el Principado. Antes de ubicar al niño en una familia ajena, se comunica a sus familiares más directos la situación de abandono del menor para saber si podrían hacerse cargo de él. Para las familias extensas la situación no es similar a la de las familias ajenas, y así lo explica Marcos Valdés, «Se nos da un plazo de quince días en junio para solicitar una ayuda de 200 euros al mes, que se ingresa en un único pago anual», detalla. Desde AFAPAS reconocen que se ha avanzado en muchos aspectos de la acogida gracias al trabajo de la Consejería de Derechos Sociales y Bienestar, pero aún hay mucho camino por recorrer, y uno de los temas a tratar es la situación de las familias extensas.

El caso de la familia extensa

«Las familias extensas no cuentan con las mismas ayudas, se sitúan un escalón por debajo. Si acogen a un menor familiar, y por cualquier razón no ha solicitado la ayuda en esos 15 días de junio, te quedas sin nada. Además, si por el primer niño son 200 euros al mes, por el segundo son 80, es decir, una tercera parte. Si por ejemplo un abuelo quiere acoger a sus cuatro nietos, cómo no va a hacerlo, por muy humilde que sea. Pero con esta situación es muy complicado, cuando tendrían que contar con las mismas ayudas con las que contamos las familias ajenas», explica el portavoz de AFAPAS. Este, según indican desde la asociación, es el próximo paso a negociar.

A pesar de esta situación, desde la Asociación de Familias de Acogida del Principado de Asturias se muestran contentos por el apoyo que la consejería, y por extensión el Principado, está mostrando con el acogimiento de menores. La cuantía económica mensual que destinan para menores de entre 0 y 6 años ha aumentado precisamente para fomentar que estos pasen los primeros años de su vida, que son fundamentales, con familias, y no en centros de acogida. También han conseguido que los padres de acogida puedan contar con una baja de paternidad cuando se presupone que este será de más de un año. AFAPAS intenta que, aprovechando estas mejoras, más familias asturianas se sumen a la experiencia del acogimiento.

Disipando miedos

Compartiendo sus historias personales, las familias miembros de la asociación esperan que los miedos que surgen en torno a esta se disipen, aunque es importante estar concienciado con ello. «Para hacer un acogimiento tienes que tener dos premisas básicas: una es querer, y otra es poder, es decir, invertir tu tiempo, tener una solvencia económica, y que tu entorno esté de acuerdo en ello», explica Begoña. «Tener un niño en casa es tener alegría. A la gente le cuesta hacerse a la idea de ser familia de acogida por el miedo a que se vaya, pero tú tienes que tener la alegría de que ese niño ha sido feliz y ha tenido amor», añade su marido, Germán. Y es que el amor es lo primordial para estos pequeños. «Para estos niños, el biberón tiene que ser un 50% leche y un 50% amor, es lo que les hará seguir adelante», apunta el presidente de AFAPAS.

Otro de los detalles que quieren dejar claros desde la asociación es que las propias familias, tras pasar las pruebas pertinentes para convertirse en familia de acogida, pueden establecer ciertos límites, como por ejemplo si quieren acoger a menores de seis años o mayores, si aceptan estar a cargo de un menor con algún tipo de discapacidad, o si prefieren estar disponibles para acogimientos canguro (por un máximo de dos años a niños de 0 a 6 años), urgentes (de unos cuatro meses), de fines de semana, o permanentes (a largo plazo, para mayores de seis años, menores con algún tipo de enfermedad o hermanos). En estos últimos casos se ve con una certeza bastante firme que los niños no podrán retornar con la familia. Una vez pasados los trámites y establecidos estos parámetros, las familias entran en una «bolsa», y serán avisados cuando un menor necesite un hogar. «Lo maravilloso de esto es que no buscan niños ideales para cada familia, sino familias ideales para cada niño», explica Germán Sánchez.

Cabe destacar también que el acogimiento y la adopción son cosas diferentes. Cuando los menores no tienen familia por cualquier motivo (defunción de los progenitores, desaparición de los mismos, etc.), pueden ser adoptados, aunque previamente pasan por una fase de acogimiento preadoptivo. Una vez pasa el tiempo en el que se evalúa a la familia adoptiva, puede considerarse adopción, pero no todos los menores tutelados por el Principado pueden ser adoptados. «En nuestro caso, nuestros hijos tienen padres biológicos, y tienen contacto con ellos, por ello en principio hasta los 18 no hay opción de adopción. El caso de cada menor es un mundo», explica Begoña Suárez. En estos casos de acogimientos permanentes, desde el Principado ofrecen cierta garantía de que eso va a ser así, y que los niños estarán a su cargo por un tiempo extenso.

Si usted está interesado en ser familia de acogida, puede ponerse en contacto con la Cruz Roja (900 345 344 o acogimientofamiliar@cruzroja.es), con la Fundación Meniños (985 208 124 o delegacion.asturias@meninos.org), o con la propia Asociación de Familias de Acogida del Principado de Asturias a través del teléfono 600 50 23 38, el correo electrónico asociacionafapas@gmail.com o su página de Facebook.