El 8M tiñe de morado las calles de Oviedo

Carla Vega REDACCIÓN

ASTURIAS

Pancartas, banderas, bailes, cánticos y lemas que resuenan a lo largo y ancho de las calles de la capital

09 mar 2020 . Actualizado a las 14:07 h.

Este 8 de marzo ha vuelto a ser histórico en el Principado. Miles de personas han tomado las calles de Oviedo para reivindicar la lucha de todas las mujeres. El color morado predomina en el ambiente, junto con pancartas, banderas, bailes, cánticos y lemas que resuenan a lo largo y ancho de las calles de la capital. «Asturias será la tumba del machismo», «ista, ista, ista, Asturias feminista», o «tranquila, hermana, aquí está tu manada» son algunos de los gritos más entonados por las miles de personas que han asistido a esta manifestación del Día Internacional de la Mujer.

En esta lucha todas las realidades tienen cabida y si algo define la manifestación de este año es la inclusividad. Se recuerda a las que ya no están, a las que están, y a las que estarán. También a los movimientos trans, colectivos LGTBI, mujeres cuidadoras, mujeres en riesgo de exclusión social como las inmigrantes, las asesinadas por violencia machista o a las pensionistas. Esta pluralidad se reflejaba en todas las personas participantes en esta macro manifesación y en las asociaciones o agrupaciones que asistieron como tal a la misma. Muchas familias al completo se han sumado a esta lucha, mostrando a sus miembros más jóvenes la igualdad que este movimiento lucha por conseguir. Es el caso, por ejemplo, de Marta Peláez y Cristian Rodríguez. Juntos han venido hasta Oviedo desde Mieres para mostrarle a su hija Candela, de 8 años, aquello en lo que ellos creen. «Creo que es vital que sea consciente de la cantidad de personas que tienen los mismos valores que tratamos de inculcarle a ella, y que conozca esta realidad para que la tome como suya», explicaba su madre. 

Y como Candela, muchos niños y niñas se sumaban a la reivindicación feminista entonando los cánticos a pleno pulmón. «Ellas y ellos representan el futuro, y la base para solucionar todo esto es la educación. Si criamos a nuestros hijos sin etiquetas de género ni sexualidad, y les otorgamos la libertad para que crezcan formándose simplemente como personas, quizás algún día estas manifestaciones sean cosa del pasado», explica Juan Bolaño, que acudió a la concentración con sus hijos Martín y Sandra. También abuelas y nietas unieron fuerzas para «luchar contra el patriarcado opresor». Carmen Fernández, con un pañuelo blanco atado en la cabeza y, al igual que su nieta Sonia Fernández, con dos lineas moradas dibujadas en su cara, sonreía ampliamente al poder vivir juntas este día. «Todo lo que yo he vivido, no lo quiero para ella. Ya está bien, ¿cuántos años más vamos a necesitar para que esta lucha termine? También tengo un nieto de la misma edad que ella, y cuando sale por la noche no tengo que preocuparme por si volverá sano y salvo a casa o le violarán por el camino. Todas estas historias de las mujeres que no llegan a casa se tienen que acabar», explica Carmen Fernández. 

También muchos grupos de mujeres acudían juntas a esta cita, como Rocío Fernández, de Avilés, que acudió a la cita ataviada de silbato, pintura en la cara y una sudadera morada, «lista para el combate», como ella misma explicó. «Somos mujeres jóvenes y empoderadas, ya nada nos puede callar, y lo que no vamos a permitir es que ahora que tenemos la valentía para ello alguien se crea con el derecho a quitárnoslo. La lucha está viva y se llegará hasta donde sea necesario para que todas las mujeres, sin ningún tipo de distinción, puedan vivir tranquilas y en igualdad», sentenció. Como las avilesinas, también acudían en grupo unas estudiantes que se encuentran de Erasmus en Oviedo. Son francesas, y aseguran no haber asistido nunca a un 8M tan reivindicativo como este. «La gente está entregada, y tienen claro lo que quieren», explicó una de ellas, Fleur Feraud. Su compañera, Celine Bélanger, añadió que «es maravilloso ver a tantas familias y hombres que comprenden esta lucha». 

Y es que son cada vez más los hombres que participan en este día. Luis Alonso y Luis López llegaron a Oviedo desde Gijón para participar en la concentración. «Mi novia no ha podido hacer huelga en el trabajo y no puede venir, asi que yo vengo por ella», explicaba López. «Nuestro papel en esta lucha es el de acompañar, entenderlas y apoyarlas. Poner de nuestra parte para que la igualdad sea una realidad, tan simple como eso. Se que muchos tienen «miedo» y piensan que las feministas quieren pisarnos o algo por el estilo, pero eso solo demuestra que son unos ignorantes», explica Alonso. «Por no participar hoy no eres mas macho, y si te sientes dolido demuestras mucho. Por que un día no seas el centro del mundo no te vas a morir», sentencia López.  También muchos padres de familia o abuelos han entendido de qué va el feminismo, y han querido acompañar a sus familiares a este día, como por ejemplo un hombre que lucía una pancarta que por un costado rezaba «Viva mi madre», mientras que por el otro sentenciaba «Ya es hora. 2020», utilizando las fechas del año para dibujar el símbolo femenino y masculino y simular asi la igualdad tan reclamada por este movimiento. 

Los tres puntos desde los que comenzó la manifestación, la estación de trenes, la plaza América y la calle Víctor Chávarri, atrayeron a la multitud hasta la plaza de La Escandalera, donde los colectivos y organizadores de esta concentración izaron una bandera feminista en el centro de la plaza entre los aplausos y vítores de los presentes. «Esta bandera si me representa» era uno de los gritos más escuchados en dicho momento, haciendo así alusión a la bandera de España colocada en la misma zona el pasado mes de diciembre por parte del ayuntamiento ovetense. Posteriormente la multitud se trasladó hasta la plaza de la catedral, donde continuaron los cánticos y se procedió a la lectura del manifiesto.