Las autonómicas gallega y vasca vuelven a retrasar la renovación de la cúpula del PP de Asturias

ASTURIAS

Marta Fernández Jara

Génova no se ha marcado ninguna fecha para la designación de un presidente, sin celebrar un congreso, cuando se cumplirán seis meses sin dirección

10 mar 2020 . Actualizado a las 08:30 h.

Primero fue la convocatoria de las elecciones generales repetidas de noviembre, después un largo periodo de inactividad justificado por los festivos navideños y las citas institucionales hasta la formación de gobierno; en principio, la renovación de la cúpula directiva del PP asturiano debería haber comenzado su proceso en los primeros meses de 2020, pero llegados a marzo no se ha iniciado y tampoco hay visos de que vaya a hacerse a corto plazo. De momento, Génova no tomará ninguna decisión respecto a Asturias hasta que hayan concluido las elecciones autómicas en Galicia y en el País Vasco. Por un lado, el partido quiere centrarse en la campaña pero, además, la controversia en el cambio de liderazgo en Euskadi, donde de desplazó a Alfonso Alonso para aupar a Carlos Iturgaiz después de que el primero pusiera en cuestión los términos de la alianza electoral con Ciudadanos en la comunidad foral.

El PP asturiano se mantiene en una situación de vacío de poder inédita desde que el pasado mes de septiembre la presidenta regional, Mercedes Fernández, presentara su renuncia para optar a encabezar la lista del partido al Senado en Asturias. Cherines obtuvo su escaño aunque fue una decisión que tomó a regañadientes y tampoco trató de ocultarlo. La situación en el partido en Asturias había sido de pura tensión desde que el equipo de Casado decidiera apartarla de la candidatura autonómica y apostar por Teresa Mallada. Su relación fue mala desde un principio y tuvo varios encontronazos públicos. En la lucha de poder entre los distintos sectores del partido, también cayó el que fuera secretario general y mano derecha de Mercedes Fernández, Luis Venta, que fue suspendido de su cargo después de ser acusado de envíar una carta con amenazas al entonces concejal gijonés Pablo González. Finalmente, Venta fue absuelto en los tribunales por falta de pruebas, Pablo González se encuentra ahora en la Junta General como diputado autonómico y pronto se cumplirán seis meses en los que el PP asturiano ha estado sin presidente ni tampoco secretario general.

Las dos ausencias son relevantes. En una situación normal, si un presidente regional del PP renuncia, su puesto es ocupado de forma temporal por el secretario general hasta que se celebra un congreso extraordinario para elegir a un nuevo lider. Pero en Asturias no había ni presidente ni secretario general así que el vacío de poder se ha prolongado sine die a la espera de que la dirección nacional diera alguna indicación significativa. Finalmente, a mediados de febrero Génova señaló que tampoco habrá congreso regional y que en una fecha indeterminada se designará un presidente, no por el voto de los militantes, sino elegido directamente por el equipo de Pablo Casado desde Madrid.

Lo cierto es que la primera en sugerir la opción del 'dedazo', fue la expresidenta Mercedes Fernández. A finales de enero, la ya senadora consideró que «lo más razonable» sería que la dirección nacional eligiera al nuevo presidente del partido en Asturias ya que quedan dos años para la celebración del próximo congreso ordinario; «para qué va a haber otro», añadió.

Al respecto, la portavoz del PP en la Junta General, Teresa Mallada, y en las mismas fechas, afirmó que la decisión que la dirección nacional del partido tome para designar al nuevo presidente popular asturiano «será bienvenida. Hay múltiples posibilidades».  

Fuentes del partido confirmaron entonces que la dirección nacional también había apostado definitivamente por esta opción. Se pone así un punto y seguido al brevísimo periodo en el que los militantes del PP de Asturias tuvieron la ocasión de participar de forma directa en la elección de sus dirigentes con un peculiar sistema de doble vuelta; primero con el voto de los afiliados y después con la ratificación de los compromisarios. Fue con este sistema con el que había sido elegida Mercedes Fernández en un congreso celebrado en febrero de 2017; con muy poca participación (apenas votaron algo más de 2.000 militantes en una partido que presume de superar los 18.000 afiliados) pero por abrumadora mayoría (1.536 votos frente a los 189 cosechados por su única rival en aquel cónclave: Carmen Maniega). También Pablo Casado fue elegido presidente del PP con este sistema, aunque obtuvo su victoria gracias al voto de los compromisarios en la segunda vuelta. En la primera, con los sufragios directos de los afiliados, había obtenido más apoyos Soraya Saenz de Santamaría.