Inspectores de Pesca creen «inmoral» que los manden a los puertos

e. a. REDACCIÓN / LA VOZ

ASTURIAS

PACO RODRÍGUEZ

Creen que su trabajo no es ahora esencial y solo contribuye a poner en riesgo un sector que sí lo es

30 mar 2020 . Actualizado a las 16:41 h.

Los inspectores de Pesca Marítima, encargados de la vigilancia, el control y la inspección de la flota, están desconcertados. Después de una primera instrucción de la Subdirección de Vigilancia Pesquera y Lucha contra la Pesca Ilegal que dejaba en suspenso el trabajo de campo de estos funcionarios, apenas una semana más tarde, el día 25, llegaban nuevas órdenes para que regresasen a las inspecciones en los puertos. Una decisión que el colectivo no acaba de entender y con la que ni mucho menos está de acuerdo. «Nuestro trabajo es itinerante, vamos de puerto en puerto, por lo que suponemos un riesgo evidente de que el virus se siga expandiendo y pueda afectar a un sector, como es el pesquero, imprescindible para la sociedad», explica Antonio Lucena, presidente de Apipes (Asociación Profesional de Inspectores de Pesca).

Los profesionales estuvieron desarrollando normalmente su actividad hasta que se decretó el estado de alarma. Incluso han seguido la costera de la xarda. Pero a raíz del real decreto, la Administración valoró que, para evitar contagios, contribuir al confinamiento de la población y evitar la exposición de trabajadores de servicios no son esenciales convenía suspender las actividades en puerto, dado que, subraya Lucena, sus inspecciones son «administrativas, no sanitarias ni de seguridad». Y así es que desde el día 19 habían venido haciendo trabajo administrativo, de inspección documental. Por eso sorprende que la Administración haya cambiado de parecer y envíe a los inspectores de nuevo a los puertos.

Servicio no esencial

«Es innecesario, irresponsable e incluso inmoral que nos envíen a las dársenas para hacer inspecciones de puerto en puerto y de barco en barco», apunta el colectivo. E insiste en que «nuestra inspección no es esencial para la ciudadanía y solo servirá para esparcir el virus entre un sector que sí lo es».

Lucena dice que es imposible mantener los 2 metros de distancia en el parque de pesca, el puente o la bodega. Sin olvidar que, en caso de decomiso, tampoco tendrían fácil distribuir el pescado incautado entre los asilos y bancos de alimentos. Demasiado riesgo para lo que, al fin y al cabo, es una infracción administrativa. «No se trata de hacer la vista gorda», dado que existen herramientas telemáticas para el control de la flota. Ahí está la caja azul, el sistema de identificación automática (AIS), los diarios electrónicos (DEA)... Se puede realizar el control «sin exponer a otros a posibles contagios», pues, inciden en que «cualquiera que haya subido a un barco sabrá que es imposible cumplir a bordo con las medidas de prevención».

Los inspectores señalan que están deseando volver a puerto, pues sufren el confinamiento como cualquier otro ciudadano, pero quieren hacerlo cuando no supongan un riesgo. «Ahora más que nunca necesitamos coherencia y responsabilidad por parte de la Administración», exponen. Y confían en que hoy se aclare si les afecta o no la paralización de trabajadores que no son básicos. Eso esperan. «El servicio de inspección pesquera no es esencial como el de los policías, los bomberos, las ambulancias...», argumenta Lucena. Y si hasta Capitanía Marítima ha suspendido las inspecciones de barcos y prorrogado la vigencia de botiquines, certificados médicos y cursos de formación, no se entiende que se retomen las suyas de pesca.

Apipes ha expuesto esta postura a la Secretaría General de Pesca y a otras direcciones implicadas, pero todavía no han obtenido una explicación a este cambio .