La crisis dispara el número de asturianos que recurren a las ayudas sociales

Marcos Gutiérrez ASTURIAS

ASTURIAS

Comida en Cáritas
Comida en Cáritas MARCOS CREO

Mari Luz Baena, secretaria general de Cáritas Asturias, cree que la situación afecta especialmente a «toda la gente que trabajaba en la economía sumergida»

02 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Cáritas ha prestado ayuda a 130 familias, 178 menores y 83 jóvenes asturianos desde el inicio del confinamiento por la COVID-19. La entidad alerta de que la situación aumenta el riesgo de exclusión social de muchos colectivos sensibles y, asimismo, destaca que está causando que muchas personas que hasta ahora no requerían de sus programas de ayuda acudan a Cáritas.

Mari Luz Baeza, secretaria general de Cáritas Asturias, explica que su actividad «se ha visto muy afectada en lo prioritario, que siempre es ese acompañamiento cercano, que hemos tenido que eliminar de la ecuación para estar cerca de otra manera». Destaca que los «programas para personas sin hogar, por ejemplo, se han mantenido», así como «la atención a familias». «El año pasado atendimos a más de 5.000 familias en Asturias», explica.

Previendo la situación que se cernía sobre el país y la región, en marzo la entidad adelantó «las ayudas de dos meses». El programa de Menores y Familia se ha desarrollado en Oviedo, Gijón, Avilés y Mieres. Cáritas tuvo que suspenderlo de forma presencial, sustituyéndolo por un «acompañamiento telefónico», a través del WhatsApp o por medio de videoconferencias.

Cáritas ha elaborado más de una decena de guías orientativas para ayudar a las familias a comprender las medidas de prevención y colabora con centros educativos, para que padres y madres se manejen mejor con la tecnología y las tareas escolares.

Considera que la situación se está cebando especialmente con «toda la gente que trabajaba en la economía sumergida, que no tiene trabajo y tampoco derecho a prestación». Pese a que «Servicios Sociales ya está respondiendo», indica que durante «el primer mes esta realidad recayó en entidades» como la que coordina.

Y es que, a su juicio, «la Administración pública tiene mucha dificultad para atender lo que es la urgencia». Reconoce que en la región hay perfiles nuevos de ciudadanos que buscan su ayuda.  «Están acudiendo a nosotros personas que hasta ahora tenían un salario social y lo complementaban con otros trabajos» y, por sectores, «gente que trabajaba en el servicio doméstico, hostelería y que, a lo mejor, no estaba asegurada o lo estaba por muchas menos horas». Se trata de un perfil «más de familias» en apuros que de individuos.