«Como mínimo hasta el 2021 o 2022 no tendremos una vacuna para el COVID-19 que pueda ser utilizada en la población»

Carmen Liedo REDACCIÓN

ASTURIAS

La epidemióloga asturiana Raquel Medialdea
La epidemióloga asturiana Raquel Medialdea

La epidemióloga asturiana Raquel Medialdea considera «fundamental» que los países dispongan de buenos sistemas de vigilancia epidemiológica «para la rápida detección y prevención de la expansión de nuevas epidemias»

11 may 2020 . Actualizado a las 12:09 h.

Pese a la juventud de Raquel Medialdea (Gijón, 1991), esta epidemióloga asturiana atesora ya un importante curriculum laboral tras graduarse en Biotecnología en la Universidad de Oviedo, hacer dos másters y doctorarse en enfermedades infecciosas y salud pública en la Universidad de Liverpool. Actualmente es especialista en salud pública y epidemióloga del Centro Europeo de Control de Enfermedades (ECDC) como EPIET en el Ministerio de Salud de Malta. En concreto, forma parte del equipo que lidera la respuesta al coronavirus en Malta, por lo que trabaja en el desarrollo de los sistemas de vigilancia, manejo de casos de la COVID-19, seguimiento de contactos y desarrollo de estudios de prevalencia de anticuerpos para entender la dimensión de la epidemia del coronavirus. También apoya la respuesta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) trabajando a través de GOARN, la Red Mundial de Alerta y Respuesta ante brotes epidémicos. Con anterioridad ya trabajó para la OMS en la respuesta a la epidemia de ébola que afectó a La República Democrática del Congo y Uganda y también para otros organismos para dar tratamiento a esa misma epidemia en Sierra Leona. Sus investigaciones de las epidemias de Zika, Dengue y Chikungunya la llevaban a Brasil hace unos años y, con posterioridad, el estudio de la epidemia de Dengue a la India.

Raquel Medialdea asegura que estas últimas semanas han sido para ella de «muchísimo ajetreo» laboral y, aunque está fuera, se mantiene al corriente de la situación y las medidas de España. En su opinión, esta pandemia ha alertado a la sociedad «de la importancia de tener un buen sistema sanitario» al igual que lo fundamental que es que los países dispongan de buenos sistemas de vigilancia epidemiológica «para la rápida detección y prevención de la expansión de nuevas epidemias». Aún así, en esta entrevista pone de relieve que «los virus y bacterias no entienden de fronteras» y que el uso de la mascarilla será cada vez más común para protegernos y proteger a los demás. Respecto a la disponibilidad de una vacuna para el COVID-19, considera que al menos hasta 2021 o 2022 no habrá una vacuna que pueda ser utilizada para proteger a la población.

--Teniendo a una experta en casa ¿cómo afronta su familia todo lo que está pasando como consecuencia del coronavirus? ¿Les ha dado algún consejo que nos pueda servir a todos?

--Mi familia está contenta de saber que con mi trabajo estoy apoyando a la respuesta a la epidemia, pero no llevan nada bien que esté en primera línea en contacto con casos sospechosos de COVID-19.  Y sí, claro, que intento compartir la información y consejos que puedo. Intenté proteger lo mejor posible a mi abuela de 92 años desde el principio de la epidemia. Además, a mi familia siempre les recomiendo que sigan informaciones confiables de organizaciones de salud como las de la OMS o del Ministerio de Salud. También les recomiendo que continúen manteniendo las medidas de prevención de la infección todo lo posible. 

--Asturias es una de las primeras comunidades autónomas que muestran signos de recuperación en esta pandemia ¿cuál es su opinión sobre cómo se ha afrontado esta crisis sanitaria a nivel regional?

--En Asturias se ha hecho un trabajo fantástico. El número de casos en Asturias ha sido mucho menor al de otras comunidades. Un grandísimo número de expertos y especialistas han hecho todo lo posible para intentar poner las mejores medidas lo más rápidamente posible. Además, en Asturias se han hecho un número muy alto de tests de diagnóstico e implementado medidas rápidas que permitieron el seguimiento de contactos.

--¿Hay forma de prever cuándo van a salir Asturias y España de esta crisis sanitaria?

--Ha habido ya un avance muy muy positivo, pero todavía es pronto dado que no sabemos cuál será el impacto de la relajación de las medidas de prevención. De momento, el avance está siendo prometedor, pero debemos ser cautelosos para evitar un repunte en el número de casos.

--¿Ve adecuadas las medidas de desconfinamiento tomadas por el Gobierno central?

--La estrategia propuesta en España está muy bien calculada y tiene en consideración una serie de factores muy importantes. Dada la desigual expansión del coronavirus en España, la relajación de las medidas de manera asimétrica y gradual permitirá adaptarse a cada una de las regiones. 

--¿Mascarilla sí o mascarilla no? ¿Va a quedar la cultura de la mascarilla en la vida de los ciudadanos después del COVID-19 como elemento para evitar el contagio de otras epidemias, como las gripes?

--El uso de mascarillas reduce drásticamente el número de personas que se pueden infectar de coronavirus. Creo que cada vez será más común el uso de mascarilla, especialmente para proteger al prójimo. Espero que como sociedad nos acostumbremos a usar mascarilla, como poco, cuando tengamos catarro o síntomas gripales como medida para proteger a los que están a nuestro alrededor.

--¿Se puede comparar esta pandemia con alguna otra que haya habido en el transcurso de la historia?

--A lo largo de la historia ha habidos muchísimas pandemias y en las últimas décadas, gracias al avance de la tecnología, las vacunas y la mejora de la higiene, habíamos conseguido reducir la expansión de estas infecciones. Las pandemias más similares son las de virus respiratorios como la gripe. En 1918 y 1919 una gran epidemia de gripe se expandió por todos los continentes del mundo y fue conocida como la gripe española. Se cree que más de 40 millones de personas murieron durante esta pandemia que es considerada la más devastadora de la historia reciente.

--Algunas voces apuntan que virus de este tipo, que afecta de forma global, podrían reproducirse en el futuro. ¿Cuál es su opinión? ¿Habrá que estar alerta?

--En las últimas décadas con el incremento en el número de viajeros, la globalización, el cambio climático y movimientos migratorios, el riesgo de expansión de virus y bacterias a nuevos territorios se ha incrementado. Por ello, buenos sistemas de vigilancia epidemiológica son fundamentales para la rápida detección y prevención de la expansión de nuevas epidemias.

--Hay virus que son estacionales y que desaparecen más o menos cuando el tiempo y las temperaturas mejoran ¿hay evidencias de que este coronavirus pueda ir a menos por razones climatológicas?

--Hay algunas evidencias de que con la llegada del verano habrá una reducción en la transmisión del coronavirus especialmente en lugares abiertos, sin embargo, aún no se sabe exactamente cuál será el efecto del clima. Por desgracia, se está dando transmisión y brotes epidémicos en áreas con climas cálidos, por ello, aún debemos aguardar unos meses más hasta entender mejor como se comporta este virus.

--Por lo pronto, el mundo espera una respuesta de investigadores y científicos, que logren una vacuna o un medicamento que haga frente a este virus ¿Hay alguna estimación o plazo fiable para tener un antídoto al Covid-19?

--Normalmente las vacunas tardan entre 2 y 5 años en desarrollarse. Ahora mismo y dada la necesidad mundial de desarrollar de manera rápida esta vacuna se están acelerando todos los procesos, pero estimo que mínimo hasta el 2021 o 2022 no tendremos una vacuna que pueda ser utilizada en la población.

--¿Cree que esta pandemia del Covid-19 va a afectar al sistema sanitario? Desde luego, habrá un antes y un después de este virus…

--Creo que esta pandemia ha alertado a toda la población de la importancia de un buen sistema sanitario. Espero que tras la pandemia podamos aprender de esta situación y asegurarnos de mejorar y proteger nuestros sistemas de salud pública.

--¿Deberemos estar más atentos a lo que sucede en otros lugares del mundo?

--Por supuesto. Los especialistas de salud pública lo estamos siempre. Los virus y bacterias no entienden de fronteras y por ello debemos estar siempre atentos y conectados para poder proteger lo más posible a nuestras poblaciones. Además, se puede aprender mucho de las investigaciones y estudios que son realizados en otros países.