Una inteligencia artificial para rastrear las emociones de los niños

ASTURIAS

La empresa Kanjo Emotions mide patrones en alteraciones de sentimientos para prevenir situaciones de riesgo

27 may 2020 . Actualizado a las 09:15 h.

El silencio puede ser una barrera a la hora de prevenir situaciones de riesgo en el caso de los niños y adolescentes en momentos en que pueden sufrir graves problemas emocionales. Para detectar los indicadores a tiempo, las nuevas tecnologías pueden ser una herramienta muy útil ayudada además por la inteligencia artificial. Es el propósito de la empresa asturiana Kanjo Emotion que ha desarrollado un software específico con el que poder evaluar los cambios en las emociones de los más pequeños y controlar las posibles alteraciones que pudieran derivar en situaciones de riesgo.

«El niño siente más confianza con la máquina que con un humano, no se siente tan juzgado», explica uno de los fundadores de Kanjo, Yonathan Blanco, formado en Ingeniería Informática en la Universidad de Oviedo. La empresa destaca que en la actualidad, en muchas ocasiones, la detección de problemas en la infancia dentro de un centro escolar «suele realizarse bien a través de la observación subjetiva de profesores u orientadores, o bien a través de quejas interpuestas por los padres o tutores de los menores al centro escolar. Cuando se llega a este punto, el sufrimiento del menor ya tiene que ser evidente para su entorno adulto o directamente ha sido comunicado por el menor»; el objetivo de esta herramienta es acelerar los pasos y que puedan tomarse medidas antes de cualquier crisis por casos de acoso o de luto o incluso posibles casos de violencia.

«Trabajamos con dispositivos táctiles, con tablets o, con odernadores y podemos visualizar las emociones», destacó Blanco. Dirigida a niños de infantil y primaria, con un entorno de diseño adaptado a cada etapa, «los niños van diciéndonos sus emociones y a lo largo del tiempo forman un patrón emocional. Cuando nosotros vemos variaciones, las cotejamos para ver si son síntoma de un problema». En este proyecto se une la teconología de la inteligencia artificial capaz de analizar millones de datos y la experiencia de un amplio equipo de psicólogos, ubicado en el País Vasco, con los que la compañía asturiana trabaja desde su fundación. 

«Es una inteligencia artificial la que hace todo ese análisis por detrás. Y la idea es reducir al máximo el tiempo de detección de un problema para poder intervenirlo. Es una herramienta sobre todo para el área de orientación, los psicólogos de los centros escolares», resaltó Blanco.

Se trata de una jovencísima empresa, fundada en 2019, que desde sus inicios tiene puesto el foco en la internacionalización una vez que despliegue todo su desarrollo. De una compañía previa y que todavía existe, nació casi como un spin off «fue un proyecto con el que arrancamos de esa empresa, hicimos los primeros desarrollos y prototipos y después montamos la sociedad con otros dos socios. Un socio viene del área de diseño y usabilidad porque esta herramienta demanda mucho contenido gráfico; yo soy el área más técnica y el tercer socio es la fundación Educo, la ONG, que está enfocada a la infancia. Hicimos un tándem donde entra una organización muy grande, que entra como tractora y una parte muy técnica que somos nosotros».

En su desarrollo fue crucial el respaldo del IDEPA y sus líneas de ayudas a las Empresas de Base Tecnológica, EBT, con la Sociedad Regional de Promoción del Principado de Asturias (SRP). En este sentido, Blanco apuntó que «tanto CEEI como Idepa son un apoyo vital para cualquier empresa, sobre todo de base tecnológica, en Asturias, porque son facilitadores. Cumplen un papel vital tanto en la parte de financiación como en el enfoque, ellos tienen muchos proyectos, tienen una visión muy transversal de todo y cuando arrancas un proyecto tecnológico grande es una figura fundamental dentro del ecosistema».

De cara al futuro, y en medio del desarrollo de una pandemia global que ha afectado de manera singular al sistema educativo, Blanco destacó que Kanjo está a la espera, al igual que padres y profesores, de conocer los detalles de la apertura del nuevo curso escolar. Y aún así, «la idea es empezar la comercialización el curso que viene, seguir pilotando en varios centros escolares de confianza porque esta es una herramienta que necesita de mucho dato pero con la expectativa de que dentro de tres años nosotros pretendemos estar ya internacionalizados».