«Nadie quiere hablar ahora de la situación de los inmigrantes»

Carla Vega REDACCIÓN

ASTURIAS

Modou Diop, senegalés que lleva desde 2008 viviendo en Asturias
Modou Diop, senegalés que lleva desde 2008 viviendo en Asturias

Modou Diop, un senegalés de 43 años, sufre las consecuencias del covid-19, pero asegura que sus condiciones normales son los suficientemente malas como para que sea importante hablar sobe ello

03 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La vida de muchos inmigrantes que residen en Asturias ha dado un vuelco desde que comenzó la crisis sanitaria del covid-19. Un sector ya de por si castigado, con problemas económicos y laborales, que se ha visto afectado en gran medida desde que el 14 de marzo se instauró el estado de alarma y nuestra vida cambió. Este es el caso de Modou Diop, un senegalés de 43 años que lleva desde 2008 viviendo en el Principado, donde uno de sus tíos ya residía y le animó a que viniese a trabajar. Diop vive al día, y trabaja de lo que puede para poder pagar el alquiler del piso que comparte con varios de sus primos. Ahora son tan solo él y otro más quienes se encuentran en Asturias, ya que el resto viajó a Senegal para visitar a sus familiares y aún no han podido regresar, por lo que entre los dos tienen que hacer frente a los gastos de la vivienda.

La problemática está en que, además, debido al confinamiento, no han podido salir a trabajar, y día a día todo se complica. «No podemos trabajar, y al no tener trabajo no tenemos posibilidad de cobrar ni paro ni ningún tipo de ayuda. Tenemos que comprar comida, pagar la vivienda, pero gracias a Asturias Acoge y la Plataforma de Afectados por la Hipoteca de Oviedo, podemos conseguir al menos alimentos. Los inmigrantes sin papeles estamos viviendo una situación muy complicada», explica el senegalés. «Lo que vivimos con respecto al coronavirus es lo que vive todo el mundo, pero creo que aún peor que el resto, porque nuestra situación normal ya no es buena. Nosotros venimos en busca de una vida mejor, dejamos atrás a la familia, y lo pasamos muy mal. Vivimos esta situación alejados de ellos y me hace pasarlo mal, pensando en mi mujer y mis hijos», explica Diop.

Su familia sigue viviendo en Senegal a pesar de que el lleve más de doce años residiendo en el Principado. Nunca ha podido traérselos con él porque no podría mantenerlos a todos, por lo que él trabaja para que ellos puedan vivir allí y, con suerte, algún día cercano poder estar todos juntos. Por ahora, Modou Diop trabaja en lo que puede y cuando puede, pero su sueño es el mismo que el de cualquiera: lograr una estabilidad laboral. Esto es de gran importancia para él porque, de conseguir un contrato de al menos un año, podría conseguir los papeles de residencia que lleva tantos años esperando. «Para tener los papeles necesitamos llevar tres años residiendo en el país, y una vez pase este tiempo necesitamos un contrato de un año para que se nos concedan los papeles de residencia», cuenta.

Y esto estuvo a punto de acariciarlo con la punta de los dedos en 2010, cuando logró que se los concediesen por un año. Fue un año en el que la crisis azotaba a todo el país y el trabajo escaseaba, por lo que, al no conseguir un contrato, terminó perdiendo la tarjeta de residencia. Lo ha vuelto a intentar en varias ocasiones, pero no ha sido posible recuperarla por el momento. Para él, las medidas son demasiado estrictas, y difíciles de lograr para alguien en su situación. «Estamos de acuerdo con los tres años, porque cuando alguien se va a un país que no es el tuyo tienes que pasar un tiempo para aprender la lengua y poder comunicarte con la gente, pero un año completo de contrato no creo que sea necesario, y es muy difícil de conseguir. Además, la ley dice que alguien que no tiene papeles no puede trabajar, entonces cómo podemos conseguir un trabajo. No tiene sentido», se lamenta el senegalés.

Esta situación hace que Diop no pueda ser plenamente feliz. Alejado de su familia, sin prácticamente posibilidades de trabajar para mejorar su vida, y viendo como, aunque luche, la solución parece ser lejana o incluso, por el momento, inexistente. «Nadie quiere hablar sobre la situación de los inmigrantes. La Ley de Extranjería está anticuada, nadie habla de modernizarla, ni de humanizarla o darle un cambio. No buscamos salir de nuestro país y meternos en otro para hacer nada malo, venimos aquí para buscarnos la vida, como todo el mundo. Cada país tiene inmigrantes, pero también emigrantes. Muchos chavales españoles están fuera, y en África también hay muchos europeos trabajando. Supongo que a ningún padre de aquí le gustaría que su hijo viviera lo que nosotros estamos viviendo. Hace falta un poco de empatía», reflexiona Modou Diop.