Pablo Varela: «El sistema de investigación criminal necesita un cambio de paradigma»

Javier Romero Doniz
JAVIER ROMERO VIGO / LA VOZ

ASTURIAS

CAPOTILLO

El fiscal delegado de la Fiscalía Antidroga de Pontevedra reclama un modelo nuevo que otorgue la investigación a los fiscales y deje, para acortar plazos, los juicios a los jueces

08 jun 2020 . Actualizado a las 15:02 h.

Pablo Varela (Oviedo, 1977) concentra la mayoría de procedimientos de narcotráfico investigados en las Rías Baixas desde el 2017. La voz de la experiencia para exponer cómo asimila el sistema judicial semejante asedio de asuntos sumamente complejos y los mimbres judiciales decimonónicos que siguen vigentes.

-Más trabajo cada año y las causas, con sentencia firme y bienes subastados, tardan un decenio o más en ejecutarse. Difícil de entender...

-No tiene justificación.

-Pero es muy común.

-Lo sufro, créame. Mire, nunca se va a acabar el narcotráfico, igual que nunca se va a acabar con el mal y no por eso dejamos de procurar el bien social. Al decir que no desaparecerá el narcotráfico se obvia que tampoco desaparecerán otras formas criminales consustanciales al desarrollo social. Nunca dejó de haber corrupción económica y política, y no por eso vamos a dejar de luchar contra ella. De ahí la importancia de no restar importancia, o impulso, a la actual lucha contra el narcotráfico por la suposición de que no desaparecerá jamás. Lo que debemos plantearnos es qué situación tendríamos de aplicarse todos los recursos.

-¿Conforme con la instrucción?

-Se hicieron cambios relevantes, como el Real Decreto que ilegalizó planeadoras o reformas del Código Penal y la Ley de Enjuiciamiento Criminal (LECrim) en regulación del decomiso. Todo para dotar de eficacia al sistema de investigación operativa criminal. Pero el aparato judicial, del cual depende siempre el resultado de estas operaciones, está regulado por una ley del siglo XIX y eso no puede ser. Nuestros sistema de investigación criminal no es que necesite actualización, necesita un cambio completo de paradigma. La investigación criminal debe ser una investigación ágil y eficaz, flexible y útil, para celebrar lo antes posible el juicio con todas las garantías procesales. Pero el paradigma del sistema procesal español es de una investigación sobredimensionada sometida al mismo esquema de desarrollo que el de un juicio oral y que impide, por tanto, que sea ágil y esté guiada a plantearle a un tribunal imparcial e independiente si hay méritos suficientes para pasar a la fase de juicio oral.

-¿Ofrecieron alternativas?

-Se ha pretendido agilizar la investigación criminal, empujarla hacia adelante, con modificaciones como la del artículo 324 de la LECrim. Obligaban, con un empujón hacia adelante, a que los jueces de instrucción y fiscales hicieran más deprisa aquello para lo que no se les dotaba de medios con los que poder desarrollar más ágilmente los procedimientos. Eso no es impulsar la investigación criminal, eso es empujar a jueces y fiscales al abismo.

-La Fiscalía entre la espada y la pared... suena raro.

-Es imposible hacer pasar por el embudo del artículo 324 las causas tan complejas de crimen organizado, la carestía de medios materiales y personales y también la falta de herramientas procesales que configuren un procedimiento ágil y propio de un sistema acusatorio homologable en Europa en el siglo XXI.

-¿Voluntad de cambio?

-Lo primero es decidir si queremos tener un sistema de investigación homologable en el siglo XXI y acorde con la preocupante situación actual. Un sistema donde el fiscal asuma la instrucción de las investigaciones, no un sistema en el que ponemos a un fiscal donde está un juez. Se trata de cambiar el paradigma de la investigación criminal. Instruimos nosotros, sí, pero para agilizarlo todo y acumular las fuentes de prueba para llevar ante un tribunal imparcial a juicio un determinado caso.

-La figura del juez es imprescindible sí o sí...

-Los jueces serán necesarios siempre porque la investigación criminal tiene que ser intervenida sí o sí por un juez de garantías. También porque la mayoría de medidas tecnológicas que posibilitan investigaciones complejas, y afectan a derechos fundamentales, requieren autorización judicial. Por eso, mientras ese cambio no se realice, las investigaciones seguirán empantanándose. No se puede pretender que en los juzgados de instrucción se tramiten causas complejas de crimen organizado, igual que no se puede pretender que se hagan operaciones de corazón abierto en los ambulatorios de cada una de las villas de Galicia.

«Mucha de la droga que llega se guarda para ir alimentando el mercado al ritmo que convenga»

El 2019 supuso un ejercicio de récord en incautaciones de cocaína en Galicia: 15.000 kilos. Pero el mercado, atendiendo a los precios en la calle hasta el inicio de la pandemia, no se resentía. Ahí nace la gran pregunta sin respuesta: qué entró sin cogerse.

—¿Estiman cuánto se les escapa?

—Las operaciones no van guiadas tanto a satisfacer las necesidades inmediatas del mercado como a satisfacer las necesidades de abastecimiento de las estructuras criminales. Me refiero a que la droga que viene no surte al mercado de modo inmediato, sino que garantiza la disposición de los recursos de estas organizaciones. Mucha de la que llega se almacena para ir alimentando el mercado al ritmo que garantiza el mayor enriquecimiento. Por eso muchas veces hay más almacenada de la que hay en el mercado.

—En el 2020 ya suman 8.300 kilos, ¿con qué se queda?

—Lo importante es toda esa infraestructura material que no se genera ni se sostiene, por sus grandes costes económicos, para una actuación ocasional y sí para un modo continuado. ¿Qué debemos hacer ahora? Mantener la implementación operativa de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, ya que sin su compromiso, agilidad o medios de colaboración internacional e inteligencia, no podríamos llevar a cabo todo esto. Pero insisto, para que no se empantanen los procedimientos debemos cambiar el paradigma de cómo tramitamos las investigaciones criminales judiciales.