Carcedo contra el murmullo ultra que dice que el ingreso mínimo solo lo van a cobrar los vagos

Juan M. Arribas

ASTURIAS

11 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Puede haber disensos ocasionales en la coalición de gobierno, pero en la sesión de este miércoles, tanto los diputados de Podemos como los socialistas se levantaron a aplaudir la intervención de la asturiana María Luisa Carcedo en defensa del ingreso mínimo vital, en concreto, en defensa de que no se levanten sospechas injustas sobre sus beneficiarios.

La exministra de Sanidad defendía la prestación ante los murmullos de la bancada de la oposición cuando señaló que no molestaría una iniciativa sobre la misma cantidad de dinero pero que fuera dirigida a ofrecer rebajas fiscales a la población más rica, y que no se esgrimirían los mismos argumentos sobre un posible fraude en su percepción.

«Cuando se pone en marcha una política de este tipo, enseguida empiezan los temores, las desconfianzas, ¿qué va pasar? ¡va a haber fraude! Yo les aseguro que si aquí estuviésemos debatiendo una iniciativa del mismo importe por una deducción fiscal de cualquier adquisición del mercado que puedan comprar las personas que tiene rentas, que se pueden permitir determinadas compras, desde luego que no habría ni una palabra. Por el mismo coste ¿eh? Pero como es un gasto, que sería una inversión, para las personas más necesitadas, entonces ya es que van a cometer fraude, va a ir a la economía sumergida, van a ser unos vagos porque no van a querer trabajar. Un poco de respeto a conciudadanos nuestros que no son de segunda, que son tan de primera como nosotros y como las personas más ricas de este país. Son conciudadanos iguales», señaló Carcedo.

Lo cierto es que los populares, pese a sus críticas anteriores, terminaron por respaldar la aprobación del ingreso mínimo vital y los argumentos caricaturizando la presentación como «la paguita» quedaron en manos de la ultraderecha de Vox. Pero no son nuevos, y en el parlamento asturiano llevan escuchándose desde hace muchos años en todo el espectro conservador a cuenta del Salario Social, la ayuda autonómica que ha cumplido ya más de una decada.

De forma más reciente, la crítica no llegó desde un grupo parlamentario sino desde una patronal, la de la Construcción en concreto. «Hay mucha gente que cobra el salario social y chollea en las obras» dijo el pasado noviembre el presidente de la patronal constructora CAC-Asprocon, Joel García, para añadir que la «sanidad, la educación y las políticas sociales no pueden ser un pozo sin fondo». Sus palabras levantaron una polvereda que terminó por llegar, esa vez sí, a la Junta General. Afortunadamente también, el gasto asturiano en sanidad fue muy alto, que luego llegó una pandemia.