Así se adaptan las autoescuelas asturianas para cumplir los protocolos de higiene

Marcos Gutiérrez ASTURIAS

ASTURIAS

Daniel Martínez, de la autoescuela Carbayón, limpia el interior del vehículo tras una clase
Daniel Martínez, de la autoescuela Carbayón, limpia el interior del vehículo tras una clase

Los centros reciben más alumnos de los esperados tras el confinamiento de cara a preparar los exámenes de conducir teórico y práctico. Lo hacen con todas las garantías de seguridad y protocolos de higiene

15 jun 2020 . Actualizado a las 08:58 h.

Las autoescuelas asturianas vuelven a la normalidad (al menos, la de ahora) con todas las garantías de seguridad. Menos aforo en las aulas y distancia social; clases para cada alumno más concentradas en un mismo día para evitar que una misma persona realice prácticas varios días seguidos; limpieza a fondo del auto después de cada trayecto; mascarillas… todo es poco para asegurar que los futuros conductores se preparan con seguridad, en el más amplio sentido del término. Muchos profesores se muestran agradablemente sorprendidos por la responsabilidad de sus pupilos y, asimismo, por la afluencia a las clases tras el confinamiento.

Ricardo Cangas, de la ovetense autoescuela Carbayón reconoce que los alumnos tenían algunas dudas cuando se retomaron las clases, pero «¿quién no las tenía?», asevera. Comenta que este retorno «se está desarrollando cumpliendo con todas las normas de seguridad y los protocolos». Protocolos que pasan por «higienizar los coches en todos puntos susceptibles de que el alumno anterior haya tocado, con desinfectante y rollos de papel desechable».

Jesús Lozano, de la autoescuela Carbayón, limpia su coche tras una clase
Jesús Lozano, de la autoescuela Carbayón, limpia su coche tras una clase

Además «profesor y alumno, obviamente, se suben con mascarilla y se lavan las manos con gel antes de entrar y después de salir». Todo se orienta a minimizar cualquier riesgo, por pequeño que sea, en el interior de un vehículo en el que no se puede guardar al máximo la distancia de seguridad por razones físicas y, además, «porque en la impartición de las clases muchas veces se necesita que, por ejemplo, el profesor eche mano del volante para corregir una trayectoria».

Otra estrategia que están desarrollando algunos centros es la de tratar de concentrar en la medida de lo posible las clases de cada alumno e «intentar subir al coche a cuantas menos personas sea factible cada día. En vez de que una persona tome una clase diaria lo que hacemos es que dé más de una cuando venga, para así alternar».

Este cuidado también se da en las aulas de la autoescuela, que imparte las lecciones teóricas y los tests de preparación con «limitación de aforo y cumpliendo la distancia social».

Más alumnos

Esteban Gómez, de la autoescuela Stop de Gijón, explica que «el alumnado viene con mucho cuidado y muy concienciado. Al fin y al cabo todos tienen familiares, abuelos, padres o personas cercanas delicadas de salud». En este sentido comenta, por ejemplo, que «la Dirección General de Tráfico exige que usen guantes y mascarilla y no hemos tenido un solo problema al respecto. No olvidemos que Asturias tiene una población muy envejecida y, precisamente por eso, creo que la gente está bastante concienciada».

Una alumna de la autoescuela Stop de Gijón antes de comenzar una clase
Una alumna de la autoescuela Stop de Gijón antes de comenzar una clase

De cara a los exámenes teóricos constata que no existen problemas «ya que se pueden mantener las distancias en las aulas y ordenadores. Además, hace muchos años que en las autoescuelas disponemos de plataformas de enseñanza que permiten hacer tests e impartir clases teóricas online, por eso ahora vienen bastante preparados».

Le ha sorprendido para bien encontrarse en esta desescalada «con una demanda mayor de lo esperada para hacer los exámenes teóricos y prácticos», cuando otros años los veranos eran, tradicionalmente, una época relativamente floja para las autoescuelas. Esteban Gómez cree que ante la limitación de las opciones de ocio que va a imponer la lucha contra la COVID 19  «este va a ser el verano para sacarse el carnet y aprender idiomas».

En las clases prácticas el responsable de la autoescuela Stop resalta que los vehículos se ventilan y se asean a conciencia «con líquido desinfectante inocuo para la piel, pañuelos y toallas. Todo lo que esté en contacto con el alumno se higieniza». Además se usan geles de limpieza antes y después de cada práctica, si bien «la mayoría de los alumnos vienen con guantes» por iniciativa propia.

Este profesor comenta que en los exámenes teóricos de conducir que se están desarrollando en la región se «limpian ordenadores constantemente, se llevan guantes y mascarillas y hay mínimo contacto entre alumnos y funcionarios». En el práctico «por supuesto el profesor, alumno y examinador llevan todas las medidas de protección», se airea  el vehículo y se examina a un alumno de cada vez, minimizando además el trasvase de documentos.

Donde ve más dificultades es de cara a las prácticas de moto, sobre todo en lo que respecta a la cazadora y el casco reglamentarios. Son dos elementos, en concreto, que en las autoescuelas se proporcionan a los alumnos perfectamente desinfectados e higienizados antes de cada clase pero que, por su propia idiosincrasia y contacto directo con el cuerpo, «lo ideal sería que trajeran el suyo propio».

Más infraestructura, sin embargo, se requiere en este apartado en los exámenes de moto en circulación, ya que por la naturaleza de las pruebas se necesita que cuenten con un sistema de intercomunicación para que el alumno reciba instrucciones y se comunique con los examinadores, lo que dificulta en gran medida, por ejemplo, que los alumnos traigan el suyo propio.