Llegan las «casas pasivas»: una empresa gallega ya construye tres en Asturias

María Cuadrado Fernández
MARÍA CUADRADO FOZ / LA VOZ

ASTURIAS

Método Crea

Método Crea, de Foz, diseña y edifica viviendas eficientes y con bajos consumos

23 abr 2022 . Actualizado a las 21:22 h.

«Tenemos que empezar a vivir de otra manera. Pasamos muchas horas en espacios cerrados en los que la calidad del aire no siempre es buena». La aseveración de Jorge Martínez Fernández, gerente de la empresa Método Crea, encargada de la arquitectura, el interiorismo y la construcción de tres casas pasivas en obra en el Occidente de Asturias, quizá invita a una mayor reflexión en plena pandemia del covid-19, marcada por el confinamiento y las restricciones de movilidad. El concepto Passivhaus desarrollado en Alemania hace varias décadas, implantado ya en el País Vasco, Navarra o Madrid, comienza a ganar adeptos en esta esquina del Norte peninsular. Esta empresa, asentada en Foz y con oficina en Tapia de Casariego, construye sus primeras casas eficientes en los concejos de El Franco, Tapia y Valdés. Los propietarios de dos de ellas han decidido que cuando concluyan las obras, las certificarán, un trámite que requiere del visto bueno del Passivhaus Institut.

Pero ¿qué diferencia una casa pasiva de otra? «Son casas muy eficientes, saludables y confortables, construidas siguiendo criterios de arquitectura bioclimática, teniendo en cuenta las orientaciones y valorando las ganancias solares en invierno y los sombreamientos en verano, en este caso, trabajando con el diseño o la vegetación», explica Jorge Martínez. Las claves de este tipo de viviendas son el tener un buen aislamiento, evitar los puentes térmicos, una ventilación mecánica con recuperación de calor, hermeticidad al aire y ventanas de altas prestaciones.

«Son casas construidas siguiendo criterios de arquitectura bioclimática»

«Son casas que sin calefacción pueden tener una temperatura media de 21-22 grados en invierno y 22-23 grados en verano, garantizando un 50 % de humedad», explica. La técnica no condiciona ni el diseño ni el sistema constructivo, ni siquiera el uso de determinados materiales. Tampoco es un sistema prefabricado. Las tres viviendas en obra tienen estructura de madera de abeto laminado, «pensando en una estructura ecológica, biodegradable y con talas controladas». Otra opción es decantarse por una estructura de termoarcilla.

Confort y salud

La clave está en la eficiencia, a la vez que garantizan diseños personalizados. Menos consumo en calefacción y, por lo tanto, menos contaminación. Martínez explica que con esta filosofía llegan sus clientes: «La gente viene pensando en la eficiencia y, cuando viven en ellas le dan valor al confort, a la salud y al descanso. La continua renovación del aire reduce los niveles de CO2 y garantiza aire sin ácaros, sin polen...». A pesar de todas estas ventajas, el gerente de la firma indica que este tipo de viviendas cuestan un 10 % más que una construcción normal. Entre cuatro y seis meses lleva definir el proyecto y la obra, entre ocho y diez.

«De media, una casa de este tipo, de entre 150 y 200 metros cuadrados, puede gastar entre diez o quince euros al mes en calefacción. Son casas con una muy baja demanda en calefacción, refrigeración y energía primaria. Creo personalmente que son las casas del futuro, pero también del presente», reconoce el gerente de Método Crea, empresa que nació en el 2015 en A Mariña lucense, una comarca que padeció especialmente el frenazo del bum de la construcción.

«De media, una casa de este tipo, de entre 150 y 200 metros cuadrados, puede gastar entre diez o quince euros al mes en calefacción»

La firma orientó parte de su actividad a este sector en el 2018. Dentro de la sección de hogar, las casas pasivas son la especialidad de Método Crea, que ofrece servicios de arquitectura, interiorismo, construcción y llave en mano también en locales comerciales. Operan en A Mariña lucense, por toda la provincia y en Asturias, hasta el centro de la región: «Queremos estar cerca del proyecto en el que trabajamos y de nuestros clientes». Entre técnicos y operarios suman diez trabajadores en plantilla, con arquitectos passivhaus designer y aparejadores tradesperson.

Jornada de puertas abiertas

La empresa mariñana estudia organizar jornadas de puertas abiertas este verano y crear un aula de formación pensando en futuros clientes. «Constatamos que este tipo de viviendas empieza a generar interés. Hay solicitud de información y de visita a alguna obra», reconoce el gerente.