El gran dilema de las Academias: «No sabemos si nos compensa abrir en verano»

Carmen Liedo REDACCIÓN

ASTURIAS

Liliana García-Riaño, gerente de la academia Antares
Liliana García-Riaño, gerente de la academia Antares

Muchas academias y centros de estudio continúan cerradas. Han perdido el periodo fuerte para estos negocios, que va de enero a junio cuando los alumnos preparan exámenes oficiales o pruebas de acceso

03 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Los datos de la última encuesta realizada por ATA Asturias (Asociación de Trabajadores Autónomos) indican que en la región aún hay un 12 por ciento de trabajadores por cuenta propia que no han retomado la actividad. Entre las causas están que las limitaciones de aforo o los condicionantes para abrir hacen que no les compense económicamente o, simplemente, ven complicado volver a levantar las persianas de sus negocios con seguridad para ellos y para quienes son los usuarios de esos negocios. Así, no es raro que pese a estar en los últimos días de la desescalada de la crisis sanitaria generada por el COVID-19 aún nos encontremos en nuestras localidades academias y centros de estudio cerrados.

Es el caso de la Academia Antares, con sede en Oviedo y en El Entrego. Su gerente, Liliana García-Riaño no ha visto clara la normativa que regula al sector como para decidirse a abrirlas, por lo que a pesar de ser una actividad permitida desde el pasado 25 de mayo, cuando dio comienzo la segunda fase de la desescalada, mantiene estos dos negocios cerrados y a parte de sus trabajadores en ERTE, «como la mayoría de las academias con empleados», explica.

La misma comenta que al principio, cuando ya era posible la apertura, las dudas le surgieron al ver que el sector de las academias estaba regulado igual que los gimnasios cuando «en el mundo de las academias hay de muchos ámbitos y no tenemos nada que ver con el funcionamiento de los gimnasios», lo que en su opinión dejó mucho margen a la interpretación de cada uno al hablarse en la normativa de un tercio del aforo del local. Y es que apunta que puede darse el caso de que en un aula tengas un tercio de los alumnos, pero aún así no se cumpla la distancia de seguridad. «Sin una normativa clara de qué hacer dentro de los centros docentes de enseñanza reglada y no reglada, es muy difícil retomar la actividad», comenta Liliana, que añade que puede ser diferente cuando se tiene una academia en autoempleo con un volumen más pequeño de alumnos. «En ese caso quizá sea un poco más fácil organizarse».

Incertidumbre sobre la apertura en verano

Otra incertidumbre que se le generó a Liliana García-Riaño es que las academias como las suyas «somos centros de refuerzo, y a los colegios ya no les queda curso», por lo que no estaba totalmente segura «de cómo la gente iba a responder». De hecho, asegura que las academias «ya hemos perdido este año el núcleo fuerte de ventas», núcleos que explica se concentra desde enero hasta junio porque es la época en la que se preparan pruebas importantes. «Ese es el periodo de repunte de las academias porque es cuando los alumnos estudian para los exámenes oficiales de idiomas o de acceso a la universidad o a ciclos superiores», manifiesta la gerente de la Academia Antares, que asegura que en su caso aún tiene la incertidumbre de si le compensará abrir en verano o no. «No sé si las familias se plantean llevar a los críos en verano a una clase, porque nuestra tarea es complementar la materia que dan en clase y no adelantar contenidos nuevos», señala García-Riaño.

Ahora que el Principado ha publicado una Resolución para establecer las medidas urgentes de prevención, contención y coordinación necesarias para hacer frente a la crisis sanitaria ocasionada por la COVID-19 tras expirar la vigencia del estado de alarma, en la que se especifican las medidas para centros docentes, Liliana García-Riaño tiene más claro lo que deberá hacer para reabrir sus academias. Aún así, dedicará los meses de verano a reestructurar los espacios para cumplir la normativa, porque aunque no se fija un aforo máximo, se establece una distancia de metro y medio entre alumnos y el uso obligatorio de la mascarilla. Por tanto, su objetivo es retomar la actividad en septiembre con el inicio del curso escolar.

Apoyo durante el confinamiento y la desescalada

Lo que sí ha intentado esta profesora de enseñanza no reglada es que sus alumnos siguieran teniendo asistencia durante el periodo de confinamiento y ahora en el de desescalada ante las dudas que les pudieran surgir mientras estudiaban en casa, ya que apunta que también fueron momentos duros para ellos, sobre todo para los que prepararon pruebas tan decisivas como la EBAU.

Pese al perjuicio que le ha supuesto el confinamiento y la incertidumbre de qué hacer con su negocio a partir de la segunda fase de desescalada, la misma se muestra totalmente tolerante con la situación. «No es una crítica a nada ni a nadie, porque la situación ha sido muy difícil para todos y para nuestro sector también», concluye.