La otra cara del coronavirus, según Isabel Permuy

Marcos Gutiérrez ASTURIAS

ASTURIAS

Yusuf y Bruno, retratados por Isabel Permuy
Yusuf y Bruno, retratados por Isabel Permuy Isabel Permuy

La fotoperiodista ovetense se embarcó en el proyecto Covid Photo Diaries para poner rostro (y voz) a historias particulares y, a la vez, universales que sucedían en su barrio, en su escalera... Diez de sus fotos forman parte de la muestra Tiempo detenido. Memoria fotográfica del confinamiento

25 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El confinamiento impuesto que España sufrió para combatir la COVID 19 provocó que, en cierta medida, nuestras vidas se detuviesen. Casi como si esas semanas en las que nos vimos prácticamente encerrados a cal y canto entre las cuatro paredes de nuestras casas existieran en un lugar ajeno a la realidad, que solo pervive en nuestra memoria. Pero esos días existieron y, visto lo que está sucediendo con la reapertura, conviene no olvidarlos. Jamás. Precisamente no olvidar lo sucedido y documentar visualmente las historias humanas que acontecieron esos días es la misión de Tiempo detenido. Memoria fotográfica del confinamiento, una exposición colectiva y virtual organizada por PhotoEspaña (en septiembre se publicará en formato físico), con 10 imágenes captadas por cada uno de los 42 profesionales de la fotografía que decidieron mostrar realidades, historias y momentos suspendidos en el tiempo durante la cuarentena.

Una de estas profesionales es la asturiana Isabel Permuy (Oviedo, 1972), una fotógrafa de larga experiencia que trabajó durante años en La Voz de Asturias. Permuy, junto a otros siete compañeros, se embarcó en los Covid Photo Diaries, un proyecto en el que diariamente mostraban en Instagram un pedazo de la realidad que ocurría extramuros. En su caso, Isabel Permuy se centró, al menos al principio, en las historias de los vecinos de Lavapiés, barrio madrileño en el que vive.

Explica que «la idea se le ocurrió a Manu Bravo y buscó la gente. Hablé con él justo el día después del confinamiento, me dijo que si me apuntaba a este proyecto y fue el don de la oportunidad». Pese a lo difícil del momento considera que era la oportunidad de plasmar para siempre «algo inédito y llamativo».

«Una vez que asumo el reto de publicar una foto al día, al principio recurro a la ventana y a mis vecinos de escalera», explica. Posteriormente, gracias a un convenio con Médicos del Mundo se pudo salir a la calle a capturar esas historias de manera algo más amplia, si bien «todo arrancó en Lavapiés y las veces que no tenía una historia que surgiera fuera volvía al barrio».

Entre los que más le impactaron se encuentran los relatos y vivencias de sus propios vecinos, «que son gente a la que conocía y saludaba, pero entonces me di cuenta de todo lo que me estaba perdiendo de sus vidas». Recuerda, por ejemplo, la calidez de «Ramón y María Luisa, que nacieron en los años de la guerra civil, luego se conocen y se enamoran a los 70, tras sendos matrimonios». O la de Yusuf y Bruno, guineanos residentes en Madrid desde hace más de dos décadas. 

Ha mostrado los casos de gente a la que la pandemia privó de lo poco que tenía, como el de Rosalía, «una señora que estaba en un hospital para gente sin hogar con síntomas leves. Ella vino de Honduras, donde sufrió todo tipo de acosos. Vino aquí, estudio peluquería, se le murieron los hermanos y estaba destrozada».

Reconoce que en ocasiones experimentaba «un bajón enorme cuando se pasaba la adrenalina al llegar a casa de trabajar y sacar las fotos». Cree que una de las lecciones que debemos aprender de la situación que estamos viviendo es la de que «ninguna broma con la naturaleza», ya que el escenario presente se ha complicado al máximo al «destruir el hábitat natural de los animales y llevarlos a entornos urbanos». Considera que debemos echar el «freno al consumo compulsivo y a nuestra manera de vivir» en favor de «un sistema más sostenible». Y es que «durante el confinamiento nos dimos cuenta de lo que necesitábamos».

«Tener inquietudes culturales y ganas de aprender cosas es un salvavidas», concluye.