Las orquestas asturianas, en peligro de desaparición: «¿Por qué las plazas de toros sí y las fiestas no?»

Carla Vega REDACCIÓN

ASTURIAS

Los ocho miembros del Grupo Tekila durante una de sus actuaciones
Los ocho miembros del Grupo Tekila durante una de sus actuaciones

La asociacion regional que defiende los intereses de las bandas pide al gobierno autonómico que redacte un nuevo protocolo. «No nos dejan trabajar», lamentan desde el Grupo Tekila

09 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La pandemia mundial que estamos viviendo durante este 2020 no ha dejado tregua a ningún sector laboral, provocando crisis a mayor o menor escala en todos y cada uno de ellos. Algunos ya comienzan a ver la luz, pero sin embargo otros desconocen cuándo terminará esta pesadilla. El colectivo de orquestas asturianas se encuentra en este último grupo, ya que desde lo que supondría su inicio de temporada, el coronavirus ha provocado que todas las fiestas se cancelen, haciendo que 2020 sea un año en blanco para todas ellas. A pesar de este panorama, desde la Asociación de Orquestas de Asturias (ADOA) continúan luchando para que, al menos, se les reconozca el derecho a contar con algún tipo de ayuda que les salve de la desaparición.

Hugo Antuña, secretario de ADOA y batería de «Nueva Banda», repasa con La Voz de Asturias cuál es la actualidad de su sector, dos meses después de la última vez que actualizaron su situación. En abril, ya con un amplio número de verbenas canceladas, las orquestas mantenían la esperanza de poder trabajar, de la forma que fuese posible, durante esta temporada. Para ellos, el trabajo se condensa entre los meses de abril a octubre, por lo que esta situación afecta al total de su actividad. Unos meses después, en junio, el Principado emite las condiciones necesarias para que se puedan llevar a cabo las verbenas, pero la inviabilidad de estas hace que se cancelen las pocas fiestas restantes que quedaban en pie.

Desde entonces, ADOA sigue sin entender por qué este protocolo se realizó sin contar con una participación de su sector en la redacción de este, siendo una pieza fundamental de estas celebraciones. «Los ayuntamientos lo cancelaron todo, y no sabemos a qué se está dedicando todo el dinero de festejos. Todos hablan muy genéricamente, dicen «bienestar social», pero nada más, y nosotros estamos sin vistas de poder trabajar hasta el año que viene mínimo y sin ningún tipo de ayuda o atención por parte de cualquier administración», explica Antuña.

Un sector en tierra de nadie

Los propios componentes de las orquestas también tratan de apoyar la causa de la forma que sea posible. «Compartimos noticias, como las que vemos en redes sociales de plazas de toros llenas, el descenso del sella hasta arriba de gente, playas también con mucha gente…todo el mundo realiza su trabajo relativamente, pero al ocio nocturno le están dando unos palos terribles, y a las orquestas no nos dejan trabajar», explica Marga González, componente del Grupo Tekila. Ella misma ejemplifica el daño que todo esto les está causando con una simple comparación: en agosto del pasado año, tan solo tuvo cuatro días libres.

Lo que sí está sucediendo es que, al margen de este protocolo, en distintos puntos del Principado se están llevando a cabo conciertos y eventos musicales, algo a lo que las orquestas no han optado. «Si cuando se redactó el protocolo se hubieran puesto en contacto con nosotros, hubiésemos negociado de cara a cómo podríamos trabajar. Se están centrando las decisiones de cara a la galería, en darle trabajo a artistas famosos, que muchos problemas para vivir no tienen, o al menos tendrán menos que nosotros, y aquí tenemos más de mil empleos directos, mil familias que dependen de esto. También más de dos mil empleos indirectos, porque hablamos de contrato de carpas, barras, feriantes, venta ambulante, etc.», apunta el secretario de ADOA. «Incluso los taxis, que cuando había una verbena trabajaban más, o los comercios de los pueblos», añade González.

Afirman que son conscientes de que la situación sanitaria es la que es, e incluso confirman que dentro del círculo de la asociación se han dado casos positivos en los familiares, aunque echan en falta el apoyo de la administración en estos duros momentos. «Nuestros trabajadores no tienen ningún tipo de ayuda, porque esto estalló cuando estaban a punto de ser contratados, pero no se había comenzado la temporada. Estaban al paro y ahora se ven en la situación en que no tienen acceso a ayudas, que tienen que buscar empleo en otros sectores como la hostelería, la construcción, o donde puedan, y están saliendo de las empresas. Por lo que cuando todo esto pase y volvamos a arrancar, tampoco tendremos trabajadores», comenta Antuña.

«Es una situación muy especial que no sabría como describir. Si todo el mundo cumpliera las normas me callo, pero ¿Por qué en las playas puede haber tanta gente? ¿Por qué en una plaza de toros puede estar llena? ¿Por qué no te puedes duchar en la playa, pero si puedes usar un parquímetro? Hay una serie de anomalidades que te dan a pensar, y son cosas que a mí y a mis compañeros nos saca de quicio», expone Marga González.

La ayuda de la administración, clave para una solución

Para intentar que en el gobierno autonómico tengan constancia de todos estos factores, ADOA trata de ponerse en contacto con la administración por varias vías, aunque de momento con poco éxito. Tras enviar cartas al Ministerio de Cultura, al presidente del Principado, o al director de Sanidad para que los recibiesen, y pudiesen explicar su situación de primera mano, fueron recibidos por el director de cultura Pablo Vasalla. «Nos escuchó, nos dijo que iríamos avanzando y dando pasos, pero de momento nada. Seguimos tratando de ponernos en contacto con Rafael Cofiño o Adrián Barbón, para que nos dejen acceder a los protocolos de cara al año que viene, porque este ya lo vemos perdido, pero para al menos asegurar la próxima temporada», cuenta Hugo Antuña.

«Solo queremos que sepan que están dejando morir al sector. Cuando la gente va a las verbenas va a pasarlo bien, pero nosotros estamos trabajando. Somos autónomos o sociedades limitadas, no somos un grupo de amigos que se juntan a amenizar las fiestas, vivimos de esto», cuenta algo desanimado el secretario de la asociación.

Añade que comprenden que otros sectores, como la hostelería o el turismo, estén recibiendo ayudas, pero recuerda que su sector ocupa el octavo puesto en Asturias por número de trabajadores, un total de 1.079 familias que viven del mundo de las orquestas, que no saben cómo terminará después de esta crisis. «Va a haber muchas orquestas en el sector que desaparezcan, evidentemente, porque a ver cuantas empresas son capaces de estar 18 meses con ingresos cero, y los gastos siguen viniendo. Nosotros no facturamos, pero los ayuntamientos siguen enviando las viñetas, las aseguradoras los seguros, los locales o naves de ensayo, vehículos, material parado…es gasto sin ingresos», apuntilla Hugo Antuña.

Marga González coincide con su compañero en que lucharán hasta el final para tratar de dar un futuro a todos los componentes del sector. «Como no se ponga en orden, estamos tan quemados que vamos a sacar toda la artillería a la calle. Parece que, si no protestas y no prendes fuego en medio de la ciudad, nadie mira para ti. Intentamos ser pacíficos y civilizados, hablando y expresándonos, pero son muchos meses de intentar hablar, de charlas, de exponer, de trabajo que no se paga, y estamos echando horas y horas delante de pantallas de ordenador  buscando soluciones, que incluso nos planteamos redactar nosotros un protocolo para presentarlo»