La jefa de los rastreadores de Asturias: «No somos policías»

Luis Fernández
Luis Fernández REDACCIÓN

ASTURIAS

María José Villanueva, coordinadora de los programas Covid en Asturias
María José Villanueva, coordinadora de los programas Covid en Asturias

La jefa de los rastreadores del Principado reconoce que hay una minoría que se salta las cuarentenas pero que la inmensa mayoría de la población cumple

01 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

María José Villanueva tiene la complicada tarea de coordinar los programas que el Principado tiene en marcha para luchar contra el coronavirus. La jefa de los rastreadores asegura que en esta pandemia no ha visto «ninguna verdad absoluta», de ahí que «flexibilidad» sea una de las palabras que utiliza con más frecuencia. Desde que accedió al cargo en el mes de agosto, el servicio ha sufrido importantes cambios debido a que la situación es hoy radicalmente opuesta, con el virus desatado en toda Europa. Villanueva explica la forma en la que trabajan los equipos que dirige, cómo se coordinan con atención primaria y con el ejército y las principales dudas que plantean los asturianos sobre las cuarentenas. Eso sí, deja claro que, aunque hay excepciones, la inmensa mayoría cumple las indicadiones que les dan los profesionales.

-El servicio de rastreadores en Asturias no ha parado de crecer desde que se declaró la pandemia. ¿Cómo se organiza?

-Vaya por delante que yo no soy epidemióloga, ni pretendo serlo. Mi función en esta organización es coordinar procedimientos y programas de la covid-19. La consejería planifica, el SESPA ejecuta, y hay muchos programas en marcha. No solo el rastreo, aunque sí que es verdad que este ahora mismo tiene una importancia especial, y ahí nos volcamos. Yo aterricé en un momento epidemiológico de unos 50 casos al día. Ya era una situación preocupante. Había un equipo fantástico que aplicaba cómo se hace el rastreo y lo que determina el Ministerio. Pero van subiendo las cifras, y en esta pandemia si algo necesitamos es flexibilidad. No he visto ninguna verdad absoluta, por eso introducimos cambios. Lo que intentamos es ver los procesos con perspectiva para ver cómo se puede mejorar.

«No he visto ninguna verdad absoluta en esta pandemia, por eso introducimos cambios»

-¿Qué formación tienen los rastreadores?

-Inicialmente eran unos 50 y, la mayoría, 42, eran lo que conocemos como R0. Es decir, residentes que sacaron plaza MIR (médicos) pero que no se incorporaban hasta el 15 de septiembre. Lo mismo con los EIR (enfermeros). Esas personas se fueron para formarse en la especialidad en la que sacaron la plaza, y ahí empezó la fase de reorganización más importante. Hubo un cambio de concepto. No hay capacidad para contratar a 50 sanitarios para realizar esas tareas porque hacen falta en los centros sanitarios. Entonces cambiamos las personas que hacen el rastro y se optó por trabajadores sociales, aunque queda algún psicólogo del otro modelo. La categoría profesional de rastreador no existe, por lo que tuvimos que adaptarnos dentro de lo que hay. Sobre los equipos hay unos coordinadores que sí son sanitarios, fundamentalmente enfermeros, y algún R0 de los de antes. Estos coordinan un grupo de trabajadores sociales, y por encima de ellos hay un equipo de supervisores. También son enfermeros y hay algún médico.

-¿Cuántos rastreadores hay en Asturias?

-Ahora mismo en torno a 200 rastreadores civiles, más 80 militares. Esta semana se incorporarán otros 30 militares. Ya está autorizado por Defensa. En función de la evolución tendremos la opción de contratar más, pero esas decisiones no se toman por las cifras de un único día. Además, hay que tener en cuenta que es necesario un trabajo de formación, por lo que la incorporación no es inmediata.

-¿En qué consiste exactamente su trabajo?

-En un principio, cuando había pocos casos, el núcleo de nuestro trabajo era identificar de dónde vienen los contagios. Ahora, la prioridad es colaborar en la identificación de dónde vienen y, sobre todo, identificar los contactos estrechos y ponerlos en cuarentena para evitar que se propague el virus.

-El Principado siempre ha defendido que su trabajo de seguimiento se basaba en dos pilares: rastreadores y atención primaria. ¿Cómo se coordinan?

 -El manejo del caso lo lleva atención primaria, el centro de salud. Los rastreadores no te dicen qué medicamento vas a tomar o, por ejemplo, tampoco te informan sobre tu baja. El rastreador te llama para preguntarte por tus casos estrechos y ver si logra establecer el vínculo epidemiológico, para lo que te pregunta dónde crees que te has contagiado.

Además, ahora hemos establecido que los supervisores tengan una reunión semanal conmigo y con las direcciones de atención sanitaria de las áreas de Asturias. Ya teníamos, pero ahora pasará a ser semanal. Las descoordinaciones solo se resuelven viendo los errores y sentándose a ver cómo se puede mejorar.  

«La inmensa mayoría de los contagios se producen en el ámbito social y familiar»

-¿Cuáles son los principales focos de transmisión del virus en Asturias?

-No soy epidemióloga, pero todos los días tengo reuniones a primera hora con la dirección general de salud pública. Parece que la inmensa mayoría se producen en el ámbito social y familiar. Somos seres muy sociales y las reuniones son casi siempre excesivas en cuanto a número y necesidad. Yo recomiendo hacer un ejercicio: escribe en un papel con cuántas personas estuviste las 48 horas previas que serían contactos estrechos. Salen muchas más de las que crees. Y si es fin de semana ya ni te cuento. Cuando los rastreadores les cae un caso entre los 15 y los 25 ven que cerrar el caso puede suponer llamar a 20 personas. Si es un positivo de 82 años, es una ficha que prácticamente se limita a los convivientes. Pero esto es lo que pasa ahora. Cambia todos los días.

-¿Qué es un contacto estrecho y qué debe hacer si los es?

-Si el positivo tiene síntomas, son contactos estrechos las personas con las que ha estado dos días antes de esos síntomas a menos de dos metros, durante más de 15 minutos y sin mascarilla. Si es asintomático, son 48 horas desde que dio el positivo.

Una vez identificados los contactos estrechos, los rastreadores les llaman y les explican cómo deben realizar la cuarentena, que antes era de 14 días pero ahora es de 10 días. Si es conviviente del positivo le solicitamos un PCR en un breve plazo de tiempo, hace la cuarentena, y al décimo día otra PCR para levantar esa cuarentena si es negativo. En Asturias, a los no convivientes solo se les hace una PCR al décimo día para levantar la cuarentena. Todo esto ha ido cambiando con la evolución de la pandemia porque la base del sistema es la flexibilidad.

-¿Cuántos contactos estrechos localizan de media de cada positivo?

-Nosotros detectamos sobre seis de media.

- ¿Cuántas llamadas pueden llegar a hacer al día un rastreador?  

-Eso es muy variable. No sabría decirte. Lo que sí sé es que se cierran todos los casos en 24 horas salvo aquellos en los que hay dificultades de contacto o errores en las bases de datos. Hasta con 200 contagios, que ya nos parecían muchos, logramos contactar con todos.

-¿Cómo reacciona la gente cuando le informan de que debe estar en cuarentena?

-La inmensa mayoría reacciona positivamente y es colaboradora. De hecho hay gente que te dice que ya echaba de menos que le llamaran. Pero hay de todo. Hay una cola de hipercumplidores, un 80% de la población que con sus filias y fobias al modelo colabora, y hay una cola de los que no. Los que dicen «¿quién es usted para llamarme?» o directamente te cuelgan. También hay algún negacionista, pero todos estos son una minoría.

«No somos policías, que se cumplan o no las cuarentenas escapa a nuestros ojos»

-¿Cumplen los asturianos las cuarentenas o buscan tretas para saltárselas?

-No somos policías, que se cumpla o no se escapa a nuestros ojos. Lo que sí que hacemos los rastreadores, cuando ponen dificultades, es poner una alarma y pasarlo al departamento de Vigilancia Epidemiológica. A veces también llegan a Vigilancia denuncias de personas o de instituciones que acusan a otros de ser positivos y estar haciendo vida normal. Eso no es trabajo de rastreadores, es de Vigilancia, que se pone en contacto con Delegación para seguir el caso. Pero es testimonial y no depende de los rastreadores.

-¿Qué argumentan los que muestran reticencias para las cuarentenas?

-Hay que empatizar. La mayoría es de ámbito laboral. Si eres positivo es fácil que en el trabajo entiendan que no puedes ir, porque perjudicas el trabajo, pero si eres un contacto estrecho asintomático ya hay más problemas. Otro caso, por ejemplo, es si eres autónomo y las consecuencias que tiene cerrar diez días… Luego están los negacionistas y los que entienden que son soberanos para hacer lo que les da la gana con su vida, aunque esto es un tema de salud pública, no un tema privado.

-Me imagino que tendrán infinidad de anécdotas. Cuénteme alguna de las más llamativas.

-Hay tantas… Por ejemplo, el típico que te dice que lo está haciendo bien, llamas a un contacto estrecho y te dice que está viéndolo en una terraza o comprando. No controlamos por GPS. O el que te dice, oye, controlad a este que está tomando algo con los amigos. Y ahí es cuando activamos el protocolo para activar a Vigilancia.