La tasa AROPE avisa, el 24,6% de los asturianos está en situación de vulnerabilidad. «Es el peor desempeño de cualquier comunidad autónoma en los últimos diez años»
16 nov 2020 . Actualizado a las 18:38 h.La Comunidad Económica Europea definió en 1984 pobreza como «la situación de personas, familias y grupos, cuyos recursos económicos, sociales y culturales son tan limitados que les excluyen del modo de vida que se considera aceptable en la sociedad en la que viven». Según el último informe de seguimiento del indicador Arope, el 25,3% de la población en España está en situación de riesgo de pobreza y/o exclusión social. Unos 11.870.000 habitantes. Por su parte, Asturias registra un 24,6%, lo que supone 251.863 personas, 36.000 más que en 2018 y 73.000 más que en 2017. A pesar de que el Principado se encuentra por debajo de la media nacional, esta cifra es la más alta desde que hay registros oficiales en la región. Los datos no incluyen la crítica situación que afrontan miles de asturianos durante la pandemia, por lo que la situación es aún peor.
El umbral de pobreza en el Principado se sitúa en 9.009 euros anuales por cabeza, es decir, unos 750 euros mensuales. Por su parte, el de la catalogada como pobreza severa se sitúa en 6.006 euros al año por unidad de consumo, lo que hacen unos 500 euros al mes. Los datos son muy alarmantes. «La tasa de pobreza económica en Asturias ha crecido un 57% en 2019», avisa el informe AROPE. «Es el peor desempeño de cualquier comunidad autónoma en la última década», sentencia, ya que un 20,7% de la población (uno de cada cinco asturianos aproximadamente) está en situación de pobreza económica.
Asturias es la 11.ª autonomía de la clasificación española
Aunque Asturias está por debajo de la media nacional en la tasa Arope (At Risk Of Poverty and Exclusion, por sus siglas en inglés), ese 24,6% sitúan al Principado como la 11.ª autonomía con mayor tasa, cuando hace escasos tres años era la quinta. La peor posicionada en la clasificación es Ceuta, con un alarmante 45,9% de población en riesgo de pobreza y exclusión social, y la mejor la Comunidad Foral de Navarra, con un 11,7%.
En cuanto a la pobreza severa. Asturias cuenta 64.000 personas más que el año anterior, con fecha en 2018. Hace dos años el porcentaje de esta situación fue de 6,7%. Un dato que se vio doblado en este último informe, fechado en 2019, hasta el 13,1%. Por primera vez, Asturias se sitúa por encima de la media nacional (9,2%) desde que existen registros (2008). Esta terrible situación se debe, en parte a la desigualdad social, que desemboca en una polarización en los niveles extremos de renta. Lo que significa que cada vez los ricos son más ricos y los pobres más pobres.
Los datos reflejan una precaridad laboral muy intensa
Los datos laborales hablan por sí solos. Reflejan una precariedad laboral en Asturias muy intensa. Para apoyar esta afirmación, el informe mide la BITH (Baja intensidad de trabajo por hogar en Asturias). Este concepto lo definen como «la relación entre el potencial de empleo de un hogar y lo que efectivamente esas personas están empleadas». «Para puntuar positivamente, el empleo no debe superar el 20% potencial del hogar», aseguran. Es decir, lo que este baremo mide es la cantidad de trabajo que debería haber en un hogar, comparándolo con el que realmente hay. Al tratarse de una medición de baja intensidad, un aumento sería algo negativo. Pues bien, el porcentaje en Asturias se sitúa en el 14,1%, suponiendo esto un aumento respecto al año anterior, que fue de 13,1%.
Otra de las mediciones pasa por la denominada «tasa de privación de material severa». Esta medición indica el acceso de la población a bienes de consumo básicos, como puede ser la alimentación, gastos corrientes o acceso a un vehículo, entre otros. La tasa ha experimentado un descenso del 6% al 3,4%, en 2019. «Hay una oscilación año a año que puede indicar que hay una cantidad reseñable de personas en el umbral», estima el informe.
Las soluciones para doblegar la curva
Para finalizar, facilita una serie de soluciones para paliar esta situación de pobreza en el Principado, especialmente vulnerable desde el comienzo de la pandemia. Por un lado, afirma que «el empleo por sí sólo no erradica la pobreza». Esto es así porque el foco del problema debería ser la calidad del empleo y no la cantidad en sí misma. Además, debería haber una «mejora de los sistemas de protección frente al desempleo». Otra de las soluciones que plantea el documento pasa por abordar las políticas sociales de una manera «expansiva y transformadora», para de esta forma «superar la vulnerabilidad estructural».
Asimismo, señala que estamos en un «momento de avance y no de contracción». En cuanto a la tercera solución que plantean para doblegar la curva de pobreza, hablan de priorizar la desigualdad. Explican que «el incremento de renta no está conectado a la reducción de pobreza» necesariamente. La prioridad debería pasar por la «reducción de la desigualdad», así como un avance en las políticas de renta.