«Tuve que ir a picar a la puerta de Cáritas y eso me impactó muchísimo»

ASTURIAS

José Ignacio Suárez Palacio
José Ignacio Suárez Palacio Tomás Mugueta

José Ignacio Suárez se quedó «sin nada» hace diez años y cuando parecía que «estaba levantando cabeza», la pandemia lo ha devuelto a la casilla de salida

14 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

«Estoy cobrando 430 euros al mes de la ayuda para mayores de 52 años. Es mi única fuente de ingreso», afirma José Ignacio Suárez Palacio, de Oviedo. Después de más de 20 años cotizados en el sector de la construcción, en 2010 se quedó sin empleo. Fue parado de larga duración durante aproximadamente cuatro años y medio. «Ves que pasan los días. Vas a entrevistas de trabajo y no te llaman, porque poco a poco va habiendo gente más joven y más cualificada», lamenta el hombre. «Nunca me había visto en esa situación. Picar a la puerta de Cáritas me impactó muchísimo».

«Siempre había tenido trabajo, y dentro de mis posibilidades nunca me faltó de nada», asegura el hombre. Su historia se torció, según su testimonio, de la siguiente manera. Tenía un trabajo estable, pero debido a la crisis su empresa quebró y se fue directamente al paro. Después de dos décadas cotizadas tenía bastante acumulado, pero lo agotó mientras seguía moviendo su CV por varios lugares de trabajo. «A la vez estuve realizando cursillos en la fundación laboral  para sacarme algunos títulos». Pasaba un día, y otro. «Se me iba acabando el dinero poco a poco. Tuve que llegar a pedir el salario social», lamenta Suárez. «Echando la vista atrás, me quedé sin nada en un abrir y cerrar de ojos».

Su afán por encontrar un trabajo era incesante, pero «ibas a una entrevista y había 200 personas. Era realmente complicado conseguir un puesto en cualquier sitio». Sin saber muy bien por qué se vio envuelto en una situación en la que nunca antes había estado. «Mi hermano me echó un cable en lo que pudo, pero tenía que ocuparse de su familia», cuenta agradecido. «Tuve que recurrir a Cáritas para salir adelante».

La pandemia lo ha devuelto a la casilla de salida

Tras algunos trabajos gracias a la entidad y otros que fue logrando por sus propios medios, relata que «poco a poco fui saliendo de esa situación». Durante más de dos años estuvo «recuperando sensaciones» en el mundo laboral. Hasta que llegó la pandemia. «Me han vuelto a pisar la cabeza», lamenta. «Veía que me estaban saliendo las cosas y esta crisis ha sido ha sido para mí como retroceder diez años».

Actualmente sus ingresos ascienden a 430 euros, correspondientes a la «ayuda para mayores de 52 años». Esta fuente de ingresos, la única que tiene, la gestiona de la siguiente manera: «Ya solo de alquiler pago 250 euros», asegura. José Ignacio Suárez vive en un piso compartido en Oviedo.  «Otros 50 euros los destino a pagar una plaza de garaje», calcula. Lo hace de esta manera, señala, porque es habitual que coja el coche una o dos veces al mes a lo sumo, «si lo tienes muchos días seguidos aparcado en la calle se lo lleva la grúa o te lo pueden robar», explica. «Necesito el coche, porque si me sale un trabajo en algún sitio donde no llegue el transporte público no podría ir». Los 130 euros restantes los tiene que dosificar para comer, gastos cotidianos y el pago fraccionado del seguro del vehículo.

Agradece que esta situación le ha pillado «bien de pertenencias materiales», como ropa, por ejemplo. Como es previsible, muchas veces no puede llegar a fin de mes y compagina lo que compra en el supermercado con la comida que le pueden dar en las asociaciones. José Ignacio Suárez asegura que para llevar esta situación «lo mejor posible» es conveniente «pensar en el día a día» y «no hacerlo a largo plazo», ya que «te puedes desmoronar mentalmente».