«A la literatura le debo muchas cosas, quizá hasta una disculpa»

ASTURIAS

El asturiano Pablo Rodríguez lanza su primer poemario
El asturiano Pablo Rodríguez lanza su primer poemario

El asturiano Pablo Rodríguez, afincado en Madrid, lanza su primer poemario

08 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Madrid, color y dolores (Ed. Café Literario Editores) es el primer poemario que ve la luz del asturiano Pablo Rodríguez Calzado (Avilés,1990). Pablo cambió su Piedras Blancas natal por Madrid, para tratar de vivir por y para la literatura

-¿Qué le llevó a escribir este libro?

-Todo empezó hace años con el Romancero gitano de Lorca, ese libro me cambió la vida y fue la causa de que yo empezase a escribir. Yo vivo en Madrid y me apetecía contar la ciudad: su gente, sus historias, sus problemas y alegrías.

-¿Por qué poesía?

-Yo tengo mucho la cultura de cantautor, desde pequeño, de ahí me viene el amor a las letras. Partiendo de aquí y empapándome de lecturas empecé a escribir poesía.

-Ha optado por el soneto, una composición clásica.

-Me gusta su musicalidad. El verso libre ha tomado mucha fuerza, es algo maravilloso, pero creo que se pierde un poco el sentido del ritmo, de la rima y de la metáfora.

-¿Cómo ha sido el proceso creativo?

-Me llevó mucho esfuerzo. Más que talento y amor al arte, es dedicación y echarle horas. Tengo mucho descrédito de la inspiración o las musas. El concepto romántico de la poesía es algo que hemos cultivado los autores durante años, como algo mágico, y no. Es un trabajo que hay que echarle horas y sacrificio, al igual que el mecánico en el taller o el médico en la consulta, sólo que, en este caso, juntando palabras.

-El libro se titula Madrid, color y dolores. ¿Cómo acabó en Madrid uno de Piedras Blancas?

-Estudié Trabajo Social y trabajaba en un bar en Piedras, siempre me atrajo mucho la ciudad, esa gran urbe, su ruido. Vine a Madrid por probar, me sentí muy cómodo y feliz, y aquí me quede: obsesionado con la literatura y pa´lante.

-Decía Francisco Umbral que Madrid era un género literario.

-Totalmente de acuerdo. Madrid es que es un género artístico, no sólo literario. Es la máxima representación de España, de este maravilloso país. Es un pueblo grande donde uno se siempre se siente acogido y en casa.

-¿Qué da color a su vida?

-La poesía.

-Y, ¿qué le produce dolor?

-No tener tiempo para tener color. Lo que me da dolor es la incapacidad de poder dedicar más tiempo a la poesía, por el exceso de trabajo. Y el sufrimiento ajeno, que me importa y quisiera que me importase más.

-¿Con la mirada provinciana, o como dices en el soneto Primero de Madrid: «Con la ilusa ilusión de otros lugares», se percibe mejor la esencia y grandeza de la ciudad?

-Yo creo que sí. Mucha gente de Madrid no es consciente de la grandeza de su ciudad. Aquí siempre conservas la esencia provinciana, ese mirar con ojos atentos, y, a la vez, estás en casa.

-El libro me recuerda a Ciento volando de catorce, escrito por Joaquín Sabina, a quien le dedica el poema Like a Rolling Stone. ¿Es uno de sus referentes?

-Sabina es un fenómeno. Es uno de los referentes en cuanto a inteligencia y musicalidad, suena tan bien. De temas cotidianos, de la vida, compone unos sonetos brillantes. A la hora de elaborar el libro lo tuve siempre presente, y me pareció de justicia dedicarle uno de mis sonetos.

-Leyendo su poemario uno recorre todo Madrid y se empapa de su idiosincrasia. Es una manera de acercarnos a la Villa y Corte ahora que no podemos abandonar Asturias.

-Es un libro que tiene muy presente la ciudad, trato de evocar imágenes y estampas. Obviamente siempre se cuela algo de mi pensamiento e ideas, porque la creación siempre es subjetiva, pero trato de describir lo universal de Madrid.

-Tiene composiciones de tema social, descriptivos, costumbristas e incluso hay espacio para la COVID-19 y la cuarentena. ¿Con qué temas se siente más identificado a la hora de escribir?

-Lo que tengo más claro es lo que no quiero escribir, no quiero contar mis penas, no quiero bañarme en ese mar de narcisismo, que, por otra parte, lo he hecho muchas veces, porque realmente no existen.

-Pasó solo la cuarentena, ¿fue duro?

-Para mi fue un placer, dentro de las circunstancias, claro. Estuve sólo en mi piso haciendo lo que me gusta todo el rato: escribir y leer.

-¿El silencio es enemigo o aliado?

-El silencio debería ser aliado para todo el mundo, pero para mí no lo es. En mi caso el silencio me induce a pensar mal, en mi caso es enemigo. Sé que no debería ser así, lucharé por tratar de cambiarlo, pero por ahora es así.

-Escribe en los bares, ¿cómo fue tenerlos cerrados?

-Eso me jodió. Para mi un bar es una biblioteca con derecho a tomar café y hacer un poco de ruido. 

-¿Le debe algo a la literatura o ella te lo debe a ti?

-La literatura no me debe nada, todo lo contrario. A la literatura le debo muchas cosas, quizá hasta una disculpa.

-¿Si eligiese el corazón: Asturias o Madrid?

-No se contestarte. Las dos, aunque Asturias es mi casa y tira un pelín más. Lo que me gusta es estar con la buena gente.