¿Por qué es secreta la ubicación del ultracongelador de las vacunas de Pfizer?

E. G. B. REDACCION

ASTURIAS

Sanitaria muestra un vial de la vacuna de Pfizer-BioNTech en el Guys Hospital de Londres
Sanitaria muestra un vial de la vacuna de Pfizer-BioNTech en el Guys Hospital de Londres

Tiene capacidad para almacenar 200.000 dosis a 70 grados bajo cero

19 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La vacuna de Pfizer-BioNTech, que fue la que inoculaba por primera vez a una mujer británica de 90 años, requiere de toda una estrategia para su transporte y manipulación hasta llegar al medio centenar de centros de recepción que habrá en España, una vez que las cientos de miles de dosis adquiridas empiecen a salir desde el centro de fabricación de Bélgica. El Gobierno del Principado informaba esta semana de que se ha adquirido un ultracongelador que permite almacenar 200.000 dosis de vacuna y cuya ubicación, en el centro de recepción que habrá en Asturias, tiene que ser secreta.

Los ultracongeladores se utilizan para almacenar tejidos, células o huesos, pero ahora permitirán garantizar la exigente cadena de frío requerida para la vacuna de Pfizer en la distribución a las áreas sanitarias de Asturias, que dispondrán de cinco días para administrar las vacunas una vez distribuidas entre los centros sociosanitarios, hospitales y centros de salud de cada zona de manera simultánea.

La ubicación del ultracongelador en el centro de recepción de Asturias tiene que ser secreta por motivos de seguridad. De hecho, una vez que a parte del 26 y 27 de diciembre salgan desde la fábrica belga para ser repartidas entre las comunidades autónomas, el transporte se hará a través de los canales de distribución normal pero siempre custodiadas por las fuerzas y cuerpos de seguridad, siguiendo el plan de vigilancia preparado por el Ministerio de Interior.

La seguridad para manipular tan delicada e importantísima medicación también requiere que, al llegar a Asturias, el lugar en el que se instale el ultracongelador disponga de un plan de entrada y manipulación, con equipos de protección especiales. Y, como el resto de medicamentos, estarán controladas con cámaras de vigilancia y cerraduras especiales.

Las vacunas llegan en recipientes de poliespam con cinco bandejas de 1.000 viales de cinco dosis cada una. Esos recipientes mantienen la temperatura recomendada de 70 grados bajo cero. Para ello, se emplea nieve carbónica, o hielo seco. Los paquetes incluyen dispositivos GPS con lo que se puede saber en todo momento el lugar en el que se encuentran y a qué temperatura están para advertir de una eventual rotura de la cadena de frío. Una vez descongelada una dosis no se podría volver a congelar.

La vacuna del coronavirus necesita refrigeración precisamente porque utiliza la tecnología de ARN mensajero que la hace más prometedora. El ácido ribonucleico está recubierto por nanoparticulas de lípidos que se degradan a temperatura ambiente. Pero la temperatura exigida debe estar por debajo de los -70 grados centígrados y ahí es cuando se requiere de ultracongeladores con un tamaño suficiente para albergar cientos de miles de dosis de la vacuna.

Además, hay que tener en cuenta que no todos los hospitales tienen la tecnología necesaria para albergar uno de estos ultacongeladores, que pueden alcanzar hasta dos metros de altura y para los que también se han tenido que adquirir aparatos que puedan surtir de energía durante 24 horas ante un posible cortocircuito y evitar que se deterioren las dosis de vacuna almacenadas. En Asturias, está previsto que la vacunación comience en enero entre mayores y personal sanitario. El objetivo es que en 2021 el 60% de los asturianos estén vacunados.