El infierno burocrático que sigue a la muerte de Conchita Arias bajo otra identidad

La Voz

ASTURIAS

Fachada de la residencia donde vive Rogelia
Fachada de la residencia donde vive Rogelia PEPA LOSADA

Su hermano de Tineo deja en manos de la justicia el pago del entierro y la administración debe «resucitar» a la mujer que se dio por fallecida

28 ene 2021 . Actualizado a las 12:13 h.

A la desolación de Maximino Arias, el vecino de Tineo que descubrió la semana pasada que su hermana había fallecido en una residencia en Galicia y se encuentra enterrada bajo otra identidad, se une ahora un infierno burocrático. Su hermana, Concepción, falleció por causa covid pero su identidad fue confundida con la de otra residente, Rogelia Blanco, a la que su familia lloró durante diez días para descubrir después que seguía viva.

Maximino, de 85 años, que denunció que apenas se le había proporcionado información sobre lo sucedido, se lamentó además de que se le pidiera ahora los gastos del entierro. Según citó La Voz de Galicia, la familia de Rogelia Blanco señaló que costearon los gastos propios del sepelio en el cementerio de Xuances el pasado día 14. A todo ello se suma que debe producirse ahora un traslado de nicho.

A falta de que se ofrezcan las conclusiones sobre los sucedido, los servicios de salud de la comunidad gallega, el Sergas, ofrecieron esta explicació: «Se dio un cúmulo de circunstancias. Debido al brote de covid en la residencia de Xove, se trasladaron a usuarios contagiados al centro especializado de la fundación en Ourense; es habitual para atenderlos y cuidarlos debidamente y al tiempo aislar a los demás. En el traslado se averió la ambulancia en la que iban Rogelia y Concepción (probablemente algunos usuarios más, desde el Sergas en ese momento no lo podían concretar); hubo un trasvase a otra ambulancia. Es probable que ahí tuviese su origen la confusión de datos. Luego, en Pereiro de Aguiar, ambas compartían habitación; una mejoró su estado y la otra empeoró. Luego ya sabemos lo que ocurrió lamentablemente».

¿Y cómo se resucita a una persona a la que ya se ha dado por fallecida a efectos administrativos?

Varios abogados de la zona en la que ha ocurrido este suceso se han pronunciado al respecto. Así, para el letrado Jaime Pernas, los trámites son relativamente sencillos: «Hay que abrir un expediente administrativo de subsanación de errores, se llama así, en el Juzgado de Viveiro acreditando que por un error de identificación se dio por fallecida a Rogelia Blanco, en lugar de a la otra señora. Esto se hace constar en el Registro Civil. Luego entiendo que el Juzgado dictará una orden de exhumación de los restos para su traslado al nicho que corresponda y, bueno, luego están también los daños morales a reparar».

«Esto sucedió el pasado día 13 y es relativamente poco tiempo. Si hubiera transcurrido más tiempo, entonces sí que sería probablemente más complejo porque ya entrarían ahí más asuntos y más trámites. En este caso se descubrió el error -que fue grande- en pocos días y es más sencillo. El caso tiene más impacto social y emocional que dificultades legales, que yo entiendo que es sencilla su solución. Ahora, ¡las dudas que tendrá la gente en estos casos de fallecidos a los que se aplica el protocolo covid! El caso tuvo mucha trascendencia».

Por su parte, el abogado Luis Rego coincidió en indicar que se trata de un asunto relativamente sencillo: «Realmente desde el punto de vista legal, una vez advertido el error, no tiene especial trascendencia más allá del indudable daño que se ha provocado a los familiares, que entra dentro del daño moral, y por eventuales gastos en que se haya podido incurrir por el entierro. Pero desde la legalidad no entraña mayor complejidad y requiere abrir un expediente administrativo ante el Registro Civil».

En cuanto al cobro de la pensión apunta: «Es probable que se haya comunicado la defunción al Instituto Nacional de la Seguridad Social, pero del mismo modo que se da traslado se subsana el error. Hay que hacer la gestión, dar de baja a la persona que realmente falleció y de alta a la que sigue viva. No le veo mayor problema, más allá de la desgraciada equivocación y el daño, obvio, a las familias».

Otro letrado, José Manuel Oliveros, apunta también la posibilidad de que las familias puedan reclamar una compensación por daños morales o iniciar un proceso de responsabilidad patrimonial para reclamar el reintegro de los gastos en los que hayan podido incurrir, por ejemplo en el entierro.

 «Si la anciana que está viva fue dada de baja en el INSS no tendría mayores problemas a la hora de reclamar si no llega a cobrar la pensión. Se le pagaría lo que se le adeudase».