La madre de un interno del centro de Sograndio: «Llevo meses sin abrazar a mi hijo»

E.R. REDACCIÓN

ASTURIAS

María Jesús Vega, una madre de uno de los internos del Centro Juvenil de Sograndio
María Jesús Vega, una madre de uno de los internos del Centro Juvenil de Sograndio

María Jesús Vega denuncia las trabas que desde la institución le ponen para poder hablar y visitar a su hijo, que cumple una condena de 15 meses. La Consejería de Presidencia asegura que cumple con la normativa, teniendo en cuenta la situación de crisis sanitaria

29 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Una madre de unos de los internos del Centro Juvenil de Sograndio, María Jesús Vega, denuncia las trabas que desde la institución pública le ponen para poder hablar con su hijo. «Solo se puede hacer dos llamadas a la semana y de cinco minutos, un tiempo que no da para nada. Sí que tiene una llamadas extras, pero si hay una corrección se las quitan y, claro, con esta medida solo perjudican a las madres. Deberían de privarles de otra cosa no de poder charla con la familia». Al mismo tiempo, pide que por lo menos cumplan con los derechos de los progenitores y se atañen a la ley. «Reclamé por escrito el régimen de llamadas que tenían en el centro porque antes se podía todos los días y me lo negaron.  Además no me permiten abrazarlo, son ya muchos meses y eso duele mucho», clama. Por su parte, la Consejería de Presidencia sostiene que «todos los internos tienen derecho a realizar una llamada diaria, con una duración mínima de cinco minutos y máxima de 10 minutos», teniendo en cuenta las restricciones marcadas por el coronavirus y, además, todas las decisiones están en conocimiento de la Fiscalía de Menores de Oviedo

Su hijo, D.B.V., diagnosticado con un trastorno por déficit de atención e hiperactividad con tendencia agresiva, fue condenado a 15 meses por una pelea. Por ahora ya lleva cumplidos 9 meses de la pena. Un tiempo en el que «ni siquiera ha podido ver a su hermana. Debido al coronavirus el régimen de visitas se limita al círculo familiar, pero, en nuestro caso, como nuestra hija es menor no la permiten acceder. Pero no es excusa porque tiene 17 años. ¿Y si mi hijo tiene que estar más años no va a poder estar ni un segundo con él?», lamenta Vega.

De la misma manera, esta gijonesa también ha visto restringida su actividad en el centro. «Tras haber pasado el coronavirus y, a pesar, de presentar informes con una serología hecha no me permiten abrazarme con mi hijo». En cambio, «otros internos sí que puede tener contacto con la familia». Por eso pide que se mida con la misma vara porque «tienen más derechos los internos de la cárcel de Asturias que ellos para ver a sus padres». Asimismo, exige que, en las visitas haya un poco más de intimidad. «Bastante tenemos con que sean cada 15 días como para que encima las reuniones se hagan con una persona controlando todo el rato».

Al mismo tiempo, Vega denuncia el trato que reciben los internos por parte de la dirección del centro. «Cuando están castigados, les obligan a las 7 de la mañana a bajar al patio, en chanclas y sin ropa de abrigo, y si no salen no les permiten bajar por la tarde. Si hay un guardia de seguridad bueno, que sí que los hay, los dejan, pero por norma general no», lamenta y añade que «por tanto, los tienen encerrados en una habitación todo el día». 

Una medida que para esta madre es intolerable, puesto que «los chavales no se van a reconducir maltratándolos». Por ello lo único que pide es que «el centro debería ser educativo, no de castigo» y se les dé un poco de cariño a los adolescentes que están allí internos y se les ayude a salir adelante. «Son jóvenes que están pasando una mala etapa y no se puede adoptar estas decisiones porque se traduce en mal para ellos. No sé si tienen un reglamento marcado por ellos o deben seguir uno, pero lo que está claro es que la normativa debe basarse en la educación y tiene que ser aplicada para todos. Por suerte, cuentan con educadores fantásticos», sentencia.

Respuesta de la Consejería de Presidencia

Por su parte, desde la Consejería de Presidencia, Justicia e Igualdad aseguran que, debido a la entrada en vigor de algunas restricciones motivadas por la pandemia por el coronavirus, «se autoriza una visita quincenal de familiares directos adultos, en ningún caso menores de edad, manteniendo una distancia entre visitantes e interno más de dos metros y mascarilla obligatoria». Asimismo, señalan que no se permite el contacto físico entre familiar e interno para evitar posibles contagios. «Las visitas son supervisadas por personal educativo del Centro, con el único fin de garantizar que se cumpla la normativa en relación al coronavirus», especifican. Al mismo tiempo, ratifican que recientemente se han autorizado «dos visitas de convivencia familiar, de no más de tres horas de duración previstas en el reglamento para un interno, ante una situación familiar muy concreta».

En cuanto a las llamadas de teléfono, defienden que desde la entrada en vigor de las medidas anticovid, «se ha autorizado a todos los internos a realizar una llamada diaria a su familia, amigos, parejas, etc. con una duración mínima de cinco minutos y máxima de 10 minutos». También estos pueden recibir llamadas del exterior. Sin embargo, cuando son sancionados se restringen las llamadas «a los mínimos que fija el Real Decreto 1774/2004: Dos a la semana de 10 minutos de duración cada una». De la misma manera, manifiestan que «a ningún familiar de los internos se les niega en ningún caso el acceso a la información o documentación que soliciten, tanto verbalmente como por escrito».

Por otro lado, explican que ningún interno ha estado más de siete días sancionado. «Es lo que nos dicta el reglamento y toda la vida del mismo, mientras está sancionado, está cuidadosamente documentada», declaran. Además, indican que «a todos ellos se les garantizan dos horas de patio, visitas familiares, visita de médico o psicólogo o psiquiatra diariamente y visitas de educadores». «A todos se les oferta salir al patio dos horas por la mañana y si renuncian, salen por la tarde. Por motivos de organización, al haber varios internos sancionados, puntualmente en algún caso fue preciso iniciar la salida al patio a partir de las siete de la mañana, pero no es la norma general», añaden.

Unas decisiones que cuentan con «el conocimiento de la Fiscalía de Menores de Oviedo que trabaja coordinadamente con la dirección del centro para velar por la protección de los menores y la garantía de los derechos de las personas internadas en estos centros». Asimismo, recalcan en la necesidad de que «las familias respalden el cumplimiento de la normativa del Centro, refuercen la intervención educativa y apoyen el Programa Educativo Individualizado por el bien del propio menor».