Ya expulsado de Club de los Viernes, el hasta ahora vicepresidente del grupo ultra liberal, ha querido dar su versión de la polémica que ha derivado en su salida de la asociación y defenderse de las acusaciones de un manejo «opaco» de las cuentas así como de que no quería entregar las claves de las cuentas.
Ricardo Parente señaló que la actual directiva fue elegida el pasado mes de junio pero los problemas financieros no tardaron en aparecer. En noviembre « hay irregularidades en la tesorería, el tesorero da la 'espantá' como los toreros, y yo dimito de la Junta Directiva, por ese motivo y porque mi sistema del acceso por roles de claves no es admitido. Ese sistema lo propongo ante la petición de total acceso y por la situación Covid, me podía poner enfermo y quedar inoperativo».
Parente recalcó que nunca tuvo acceso al dinero de la entidad y que no accedió a conceder el acceso «total» que la nueva directiva le exigía sobre los datos de los socios para resguardar su privacidad y dada la gravedad de las multas en la agencia de protección de datos que «son muy graves si esos datos se usan mal, y yo prefiero dormir bien».
Respecto al hecho de que hubiera reclamado la indemnización antes de entregar las claves, Parente afirmó que en un inicio había llegado a un acuerdo con la Junta Directiva tras su expulsión pero que se incumplió el compromiso de un «plazo de 48 horas para hacerme el abono de mi mensualidad, y a las 72 horas, incumplen el acuerdo con otro comunicado con graves calumnias hacia mi persona». Con todo, insistió en que «no hay ningún contrato ni indemnización, solo una relación mercantil, y me deben una mensualidad» por una cantidad que, asegura, de conocerse «todo el mundo se echaría a reír».
