Exhumado el cuerpo de Conchita Arias, la asturiana que fue enterrada pese a que su familia la creía viva

Juan M. Arribas

ASTURIAS

PEPA LOSADA

La mujer falleció en una residencia ourensana y fue confundida con una compañera que sí sobrevivió al virus

19 abr 2021 . Actualizado a las 19:04 h.

A primera hora de este lunes, veinticuatro horas antes de lo previsto inicialmente, se ha llevado a cabo en el cementerio parroquial de Xuances, en Galicia, la exhumación del cuerpo de Conchita Arias Lorenzo, la asturiana que era usuaria de una residencia de mayores de Xove que fue enterrada por error en el citado camposanto tras haber fallecido por covid-19 en la residencia de Os Gozos, situada en (Ourense, adonde había sido trasladada en plena tercera ola. En algún momento del citado traslado fue confundida con una compañera, Rogelia Blanco, de 85 años, que finalmente sí sobrevivió al virus. 

Durante días, las familias vivieron confundidas creyendo que, en el caso de Rogelia había fallecido, y en el de Conchita que había superado la enfermedad. El error llegó al extremo de llegar a celebrar el entierro de la primera. Todo apunta a que Conchita Arias será inhumada en el cementerio parroquial de Xove. 

El error burocrático fue fatídico. Así lo recordaba hace unas semanas Maximino Arias, vecino de Tineo, que tomó el camino a Xove, en la vecina Galicia, contento por ir a ver a su hermana, que vivía en una residencia de Ourense después de mucho tiempo sin visitarla porque las restricciones del coronavirus habían limitado, y mucho, los encuentros desde febrero del año pasado. Iba contento además porque le habían dicho que su hermana Concepción, Conchita, se había contagiado del temible covid pero ya estaba curada. Por la mañana, Maximino estaba dolorido porque días atrás, con los rigores de Filomena, las heladas le habían hecho resbalar y tiene dos costillas rotas, poca broma a los 85 años. Pero viajaba con la ilusión de volver a ver a Conchita.

Nada podía hacerle esperar lo que se encontró en Xove, que lejos de estar curada, Conchita había fallecido, y diez días atrás. Estaba enterrada en el cementerio de la localidad pero con otro nombre, el de su vecina de temporal de habitación, Rogelia Blanco, a quien sus familiares le habían dado por muerta durante más de una semana. El disgusto de Maximino fue devastador.