Ribera de Arriba: transparente, participativa y con una administración del siglo XXI

La Voz REDACCIÓN

ASTURIAS

Ribera de Arriba
Ribera de Arriba

El pequeño concejo asturiano cuenta sus singularidades, tradiciones y proyectos de cara al futuro «con los vecinos como protagonistas»

25 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La localidad de Ribera de Arriba da el pistoletazo de salida a su programación cultural y social estival, que trasciende fronteras y está orientada  a deleitar al visitante, acompañando a los vecinos que habitualmente disfrutan de  ella. El Ayuntamiento hace un importante esfuerzo año tras año en su presupuesto para potenciar todo el movimiento asociativo local.

Una de las singularidades  de este concejo -además de la potente industria y la etnografía- es la participación  ciudadana, especialmente a través del movimiento asociativo. Por una parte en la parcela deportiva cuenta con clubes de mucha tradición, como el de fútbol femenino El Llosalín o el Grupo La Ribera Kayak, de piraguas. En el apartado  cultural el movimiento asociativo aúna a un porcentaje importante de la población de Ribera de  Arriba. Hay asociaciones de todas las edades que realizan un sinfín de actividades y le ahorran una gran labor al Consistorio. Por ello «el Ayuntamiento quiere felicitar a todas y cada una de ellas». Quizás las más populares sean la Asociación Cultural de Bueño y las Gaitas de Soto de Rey, aunque los Veteranos de Soto, el Riberano o los jóvenes Collaceos no se quedan atrás.  

Además de esto todos los núcleos tienen unas maravillosas fiestas de prao amenizadas con orquestas, actividades culturales y gastronómicas para que la fiesta no falte en  ningún rincón de este concejo. A partir de ahí, el Ayuntamiento mantiene colaboraciones en investigación con dos  cátedras de la Fundación Universidad de Oviedo y otras sorpresas como la que nos ha  aportado Vestigia, entidad a la que el alcalde riberano ha recibido y agradecido esta  semana por el excelente trabajo realizado de forma desinteresada.

Se cuenta  que es sabido que el lenguaje toponímico de una zona -concejo, monte o valle- puede  suponer, en ocasiones, el único documento a la hora de entender la historia de un paisaje  habitado cualquiera. Es el caso de las fincas de Soto de Rey en torno a La Malata, hoy  zona de «los garajes de la Malata», con un nombre gratamente respetado por los  propietarios. La investigación toponímica local, realizada ahora por el equipo de Vestigia,  dio con el nombre en sus investigaciones orales, mientras buscaba el lugar lectuso como  límite de los territorios concedidos por el rey Fernando II de León en un coto medieval a los monjes del monte sacro. Se diría, por tanto, que la finca de La Malata incluyó parte de  una ladera que asciende hacia los altos de Picullancia (camín del Salvador, camín francés  por La Manjoya), con alguna edificación hospitalaria posicionada a una altura estratégica  sobre las mismas riberas del rio Nalón: el lugar adecuado para el cultivo, y con agua  abundante para la sanidad de la institución. Las malezas circundantes de estas fincas  impiden, por el momento, comprobar posibles murias de la edificación antigua. Esto es  solo un adelanto, ya que habrá una futura jornada didáctica/charla que se celebrará  cuando sanitariamente sea posible sobre este interesantísimo hallazgo.

El Ayuntamiento de Ribera de Arriba cree firmemente que «para una gestión pública, eficiente, eficaz y del siglo XXI hay que contar con una administración moderna y  vanguardista donde la participación ciudadana es pieza imprescindible». Por tanto, el Consistorio ve «a los vecinos como los protagonistas y las administraciones como un mero instrumento, más en la parte del fomento  cultural y social, porque ¿quién mejor que lo propios vecinos pueden decidir de qué forma  o manera se realizan estas actividades?».

Apuesta en firme por los jóvenes talentos

Por otro lado, esta semana el Ayuntamiento recibirá a Claudia Gadea, Jorge Abad, Marta Molins y Diego Catena, equipo de jóvenes arquitectos aragoneses que han ganado un concurso de ideas  promovido por la Fundación EDP y el propio ayuntamiento. En la  primera fase del concurso obtuvieron 14.000 euros como recompensa a su idea, pero esto no era ni mucho menos el premio; el mayor reconocimiento es que van a firmar su primer proyecto profesional de manos de una administración pública. Se ha formado un equipo  integrado por ellos como protagonistas, pero también por voluntarios de fundación EDP, arquitectos e ingenieros con trayectoria profesional como responsables, técnicos del  ayuntamiento, además una joven arquitecta en prácticas que acaba de llegar al  Ayuntamiento de Ribera. 

La idea a desarrollar será en Bueño; un taller de exposiciones y auditorio en la finca de  los Prieto, ahora de propiedad municipal. Todo esto dentro de un convenio de colaboración en el que se van involucrando otras entidades como la fundación laboral de la construcción, que subvenciona parte de los gastos de alojamiento y manutención de los concursantes. Es un proceso que continua y que se le va a dar la  máxima transparencia ya que se trata de un proceso participativo entre la sociedad, los  entes privados y públicos en beneficio de un territorio.