«En Asturias llevamos 2.000 muertos, pero sin medidas estaríamos hablando de 15.000 o 20.000»

E. G. B. REDACCION

ASTURIAS

El consejero de Salud, Pablo Fernández Muñiz; y el presidente del Principado, Adrián Barbón
El consejero de Salud, Pablo Fernández Muñiz; y el presidente del Principado, Adrián Barbón Gobierno del Principado

El presidente asturiano llama a un último esfuerzo y a no bajar la guardia para «no cometer los errores del verano pasado»

04 may 2021 . Actualizado a las 18:11 h.

«En Asturias llevamos 2.000 muertos, pero si no hubiéramos aplicado medidas estaríamos hablando de 15.000 o 20.000», afirmaba hoy el presidente asturiano, Adrián Barbón, durante la rueda de prensa en la que se dio a conocer el nuevo modelo de restricciones que se aplicará en el Principado para gestionar la pandemia tras el fin del estado de alarma este próximo domingo, 9 de mayor. «Han sido muchos meses muy duros, pero queda un último esfuerzo», aseguró Barbón, recordando la buena marcha de la campaña de vacunación y la situación favorable, con una tendencia a la baja, de la incidencia de coronavirus en el momento actual, en torno a 136 casos por 100.000 habitantes.

La situación de meseta, pese a que en los últimos días tanto contagios diarios como tasa de positividad han ido bajando de las cifras de semanas anteriores, sigue manteniéndose y Barbón insistió en que el fin del estado de alarma no significa que se haya superado la pandemia ni que la crisis sanitaria haya quedado resuelta: «Somos la comunidad más vulnerable, por ser la más envejecida y con mayores patologías previas relacionadas con el pulmón, y sabíamos que la letalidad iba a ser mayor en Asturias. Y eso nos hizo desde el primer momento tener en cuenta tres premisas: evitar contagios, proteger a los mayores y salvar vidas».

Barbón hizo repaso de las medidas aplicadas en las tres olas anteriores de la pandemia para insistir en que eran necesarias, sobre todo, para evitar muertes. «La primera tuvo menor incidencia porque la pudimos frenar con una medida durísima como fue el confinamiento en nuestras casas, pero fue efectivo y tuvimos un verano bastante tranquilo desde ese punto de vista. La segunda ola fue brutal, llegó con un crecimiento exponencial que nos sorprendió a todos y aplicamos medidas muy duras que permitieron frenar el crecimiento de la incidencia. Nunca superamos los 650 casi por 100.000 habitantes de incidencia cuando hubo comunidades que llegaron a más de mil. Y en la tercera ola afinamos más con el modelo de medidas 4+, más restrictivas allí donde eran necesarias. Ahora el estado de alarma decae y esto nos lleva a suavizar medidas en diversos sectores», explicó.

También quiso lanzar un mensaje a los más jóvenes: «Estoy convencido de que la gran mayoría esta a la altura y son responsables; lo han pasado muy mal y han tenido que romper vínculos de sociabilidad de la edad, pero les pedimos ese último esfuerzo». Un último esfuerzo que permitirá avanzar en la vacunación de las personas más vulnerables y en los siguientes tramos de edad que, de cumplirse las previsiones de envíos de dosis de vacunas como hasta ahora, podría permitir comenzar a administrarlas a menores de 50 años este mismo verano. «El modelo 4+ ha ido dando resultados y estamos en esta situación actual gracias al tiro de vacunación. Es un escenario completamente diferente, pero también es una etapa en la que no podemos bajar la guardia ni cometer los errores del verano pasado con la segunda ola», recordó.