«No se ha tratado tan mal a un político en la historia de la democracia en España como a Pablo Iglesias»

ASTURIAS

La candidata de Cambia Avilés a la Alcaldía de la ciudad, Tania González
La candidata de Cambia Avilés a la Alcaldía de la ciudad, Tania González CAMBIA AVILÉS

La asturiana Tania González, primera eurodiputada de Podemos, elogia la figura de dirigente morado y su trayectoria tras el anuncio de su retirada

06 may 2021 . Actualizado a las 18:44 h.

Tania González estaba en primera fila cuando Podemos y Pablo Iglesias comenzaron a dar sus primeros pasos en la política española, tan en primera fila que fue una de las cinco personas que obtener un escaño en los comicios al parlamento europeo en los que los morados, el año 2014, dieron la campanada. A la hora de hacer balance de lo recorrido y tras el anuncio de la retirada de Iglesias, González elogia su figura.

-¿Cómo recuerda aquella noche electoral, en la que Podemos obtuvo cinco eurodiputados en su presentación en sociedad ante la política nacional? 

-Recuerdo sobre todo el proceso desde enero de 2014 hasta mayo, cuando fueron las elecciones como un momento muy ilusionante porque veníamos de muchos años en los que parecía que no había alternativas políticas en España, el bipartidismo, una crisis como la de 2008 gestionada a favor de las grandes entidades financieras, de las grandes fortunas, a pesar de la mayoría social de nuestro país. Habíamos visto un movimiento social muy fuerte que fue absolutamente transformador en España como fue el 15M, un cambio muy importante en el sentido común mayoritario, en el discurso y en la conciencia de mucha gente. Pero no teníamos esa alternativa política para transformar todo eso en políticas públicas reales. Por eso lo veo como un momento de gran ilusión, de una gran esperanza por poder llegar a conseguir todos aquellos objetivos y conquistas de derechos sociales que se habían manifestado como necesarias en las calles. La noche electoral en concreto para mí fue una sorpresa porque sí que teníamos esperanzas y expectativas pero yo personalmente no pensaba que íbamos a tener un apoyo tan contundente en las elecciones europeas, siendo una fuerza política completamente nueva, donde nadie procedía de las instituciones. Y sufrimos una campaña de acoso bastante potente por parte de quienes estaban aferrados a esa forma de hacer política tradicional y que no querían que nada cambiase. Fue un momento en que se abrió definitivamente de un horizonte de cambio político en nuestro país.

En la foto de la asamblea fundacional de Vistalegre, en octubre del 2014, Carolina Bescansa, Luis Alegre, Juan Carlos Monedero, Pablo Iglesias, Íñigo Errejón y Tania González.
En la foto de la asamblea fundacional de Vistalegre, en octubre del 2014, Carolina Bescansa, Luis Alegre, Juan Carlos Monedero, Pablo Iglesias, Íñigo Errejón y Tania González. BENITO ORDOÑEZ

-¿Cómo se involucra en ese nuevo proyecto?

-Es una doble vía o una doble motivación, por un lado yo estudié Ciencias Políticas en Madrid, en la Complutense y había sido compañera de facultad de Íñigo, de Pablo, de Jorge Moruno, de mucha gente que en su momento impulsó Podemos y formó parte de estos orígenes, que eran compañeros de facultad pero también de movimientos sociales y de aspiraciones políticas. Había compartido camino en el movimiento estudiantil, en el movimiento por una vivienda digna y evidentemente tenía mucha confianza en lo que estaban planteando y pronto entré en contacto con ellos. Fui a la presentación de Podemos en el Teatro del Barrio, pero además también aquí en Asturias yo había estado participando en el 15M, en el movimiento feminista y también aquí había un grupo de gente con muchas ganas de impulsar Podemos y de apostar por el cambio político. Así que muchos compañeros aquí me animaban a dar el paso, a presentarme a las primarias para las elecciones europeas, y ahí fue muy importante el apoyo de los compañeros de Asturias y especialmente de Avilés; y por otro lado, el hecho de que quien estaba empujando Podemos en sus inicios habían sido compañeros de otros movimientos sociales en la universidad.

-Con esa perspectiva, ya ahora en 2020, ¿cuál cree que es la principal aportación de la figura política de Pablo Iglesias?

-Ha sido clave. En los inicios de Podemos teníamos muy claro que el sentido común había cambiado, había unas aspiraciones de más democracia, de más derechos sociales, pero nos hacía falta una herramienta, nos hacía falta un vehículo. En ese momento, Pablo tenía un capital simbólico, participaba en algunas tertulias de televisión, era un poco conocido y eso nos permitió en gran medida tener ese paraguas para poder dar el paso y tener presencia a nivel mediático. Desde 2014 hasta ahora han sido siete años de una entrega constante, de un esfuerzo absoluto y una convicción clarísima de que había que intentarlo, había que transformar este país y que era posible. Sin Pablo Iglesias no habríamos visto los cambios que hemos visto en España. Seguramente no hemos llegado a ese lugar para el que nació Podemos pero han cambiado muchísimas cosas, que hace falta un poco de tiempo para ser conscientes de lo que son. Hace unos años parecía muy difícil una alternativa al bipartidismo, parecía muy difícil que llegáramos a gobernar ayuntamientos de ciudades muy importantes en España haciendo políticas para la mayoría o que una crisis como está siendo esta se gestionase como se hace gracias al papel de Unidas Podemos en el Gobierno, atendiendo a los intereses de la mayoría y no de una élite privilegiada como fue en 2008. Y todos esos cambios, en gran parte, se deben al paso que Pablo Iglesias dio, poniendo su cuerpo, su mente y su vida al servicio de una política transformadora.

-Sin embargo, a la hora de anunciar que dejaba sus cargos parecía quemado en un doble sentido, por esa presión personal pero también según dijo por haberse convertido en una especie de chivo expiatorio que al final podía restar más que sumar.

-Lo que creo que no se ha tratado tan mal a un político en la historia de la democracia en España como a Pablo Iglesias. Las cosas que han ocurrido, la normalización del insulto, de la vejación, del acoso, hacia su figura es verdaderamente espeluznante. Eso no se ha visto en el caso de ningún otro político. ¿Dónde viven el resto de los dirigentes políticos de otros partidos, por qué no lo sabemos, por qué no han salido en los medios de comunicación sus casas, sus hijos? Es espeluznante el acoso al que se ha visto sometido y eso es algo que tiene que desgastar mucho. Si ha ocurrido así ha sido precisamente porque él representaba, y lo ha representado durante todos estos años, la posibilidad de cambiar el statu quo, de cambiar las cosas realmente. Yo no diría que esté quemado a nivel político pero sí entiendo que han sido muchos años de mucha entrega, de ponerlo absolutamente todo. Y cada uno debe de tener la libertad de decidir en qué momento quiere dar un paso atrás y retomar algunos aspectos de su vida personal y de su privacidad, que seguramente tendrá muchas ganas. En ese sentido creo que sólo podemos tener agradecimiento hacia él y respeto hacia su decisión. Ahora, yo sé que sigue habiendo mucha gente en este país que quiere a Pablo Iglesias en la política y que podría seguir teniendo un papel muy importante si fuese su deseo.

-Desde aquellas elecciones europeas cambió mucho Podemos, las caras que estaba en primera línea, algunos hoy están en otros partidos. ¿Habría hecho las cosas de otra manera?

-Yo estoy muy orgullosa en general de lo que hemos hecho, este ha sido un proyecto de entrega. Por el camino evidentemente hay problemas, hay diferencias políticas que es algo que hay en todas las organizaciones, pero siempre hemos tenido muy claro el objetivo que es la conquista de derechos para la mayoría social de nuestro país. Se puede revisar si habría hecho esto o aquello mejor pero el balance general, para mí, es de orgullo de todo lo que hemos conseguido, lo que hemos peleado y trabajado; y seguimos. No hemos llegado todavía al lugar para el que Podemos nació, seguimos creyendo que es posible y seguimos trabajando para que sea así.

-Una figura carismática marca un partido, con ventajas e inconvenientes, después de un liderazgo tan fuerte. ¿Puede haber problemas en la sucesión de Podemos?

-La tarea es construir ese relevo. Después de tanto tiempo, Podemos es una organización lo suficientemente madura como para ser capaz de hacerlo. Está claro que Pablo Iglesias ha sido una figura clave pero lo que hay detrás de esa figura es mucha gente trabajando en las instituciones y fuera de ellas, muchos militantes que llevan años dejando sus energías y depositando sus ilusiones para construir un futuro mejor, y van a seguir estando ahí. En los próximos meses o semanas tendremos esa tarea de construir ese relevo y de demostrar que Podemos es un proyecto maduro, que tenemos las cosas claras y seguimos confiando en la posibilidad de transformar este país.

-¿Y Podemos Asturies? Siempre tuvo una línea muy independiente respecto a la organización estatal, ¿cómo estará a corto o medio plazo?

-En general, Podemos se construyó con mucha diversidad. No veníamos de ningún partido, veníamos de las calles, de los movimientos sociales, y eso ha hecho que fuera una organización diversa. En el caso de Asturias, el proyecto tiene mucho arraigo con la realidad asturiana, siempre ha tratado de aplicar esos planteamientos generales de Podemos a la realidad concreta de Asturias y eso es un acierto. Es uno de los territorios donde Podemos tiene más fuerza, donde más ha resistido los momentos más difíciles y yo espero que las cosas sigan yendo así. Tenemos muchos retos por delante, confío en este proyecto que, además, ha sido apoyado sistemáticamente por una mayoría aplastante de los militantes. Tenemos claro cuál es la dirección y que hay que seguir peleando.