Belarmino Feito: «Los fondos europeos no van a ser el bálsamo que lo cure todo, por lo menos no en Asturias»

Luis Fernández
Luis Fernández REDACCIÓN

ASTURIAS

Belarmino Feito, presidente de FADE
Belarmino Feito, presidente de FADE

El presidente de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE) analiza la gestión que ha hecho el Principado de la pandemia y explica los principales retos a los que se enfrenta la comunidad autónoma

31 may 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Ahora que parece que empieza a verse la luz al final del túnel de la crisis sanitaria, llega el momento de impulsar la recuperación económica. El presidente de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE), Belarmino Feito, analiza la gestión que ha hecho el Principado de la pandemia, los principales retos a los que se enfrenta la comunidad autónoma y la situación interna de la patronal. En su opinión, es el momento de recuperar la agenda y volver a buscar soluciones a los problemas endémicos de la región.

-¿Qué balance hace de la gestión de la pandemia por parte del Principado?

-Es un poco prematuro porque la pandemia no acabó, aunque los datos invitan al optimismo y parece ser que con la vacunación se ve luz al final del túnel. Estamos en plena pandemia, no había precedentes en el último siglo y había mucha incertidumbre, que sigue habiendo. No existe ningún manual para manejar la situación y a esto se sumó la situación presupuestaria del Principado, que no disponía de grandes recursos. Entendemos que se ha hecho un esfuerzo por todo esto que comento, pero el secreto era buscar el equilibrio entre salud y economía. Sin salud no hay economía y sin economía no hay salud, y ese es el binomio que tenían que manejar, con las dificultades comentadas. Desde el principio dijimos, y seguimos diciendo, que cuando a un sector se le impongan restricciones, estas deben ir inmediatamente aparejadas a medidas de apoyo encaminadas a ser un respirador económico. No pedimos que compensen la cuenta de resultados, pero sí que permitan que sigan con vida. Ahí es fundamental la agilidad y esa es la mayor debilidad de la gestión del Principado. Sí que se adoptaron medidas sobre el papel con cierta eficacia, pero cualquier medida que se diseñe, por buena que sea, si llega tarde pierde su eficacia. Este es el mayor problema, el retraso en la llegada de las ayudas. Quizá se podía haber diseñado de otra manera, haber previsto ciertas exoneraciones o aplazamiento de impuestos y tasas que se cobraron a empresas que estaban cerradas. Hay luces y sombras pero todo hay que enmarcarlo dentro de la incertidumbre y el límite presupuestario.

-Con la perspectiva que da el paso del tiempo. ¿Qué cree que se podía haber hecho de otra manera?

-Sobre todo la agilidad y haber aplicado una exoneración temporal en el pago de ciertos impuestos y tasas. No hay que olvidar que hubo algunos sectores que incluso se beneficiaron de esta situación de pandemia, pero hay otros muy perjudicados en beneficio de la salud de todos los asturianos, y a esos hay que apoyarlos de forma inmediata. 

-Ahora que parece que la situación mejora, ¿qué medidas se deben aprobar para impulsar la actividad económica de Asturias?

- Es algo que viene de atrás. Hay una nueva situación, la pandemia que agrava el escenario que ya vivíamos y teníamos encima de la mesa. Para impulsar la activad económica, como resumen diría que hay que hacer de Asturias un territorio más atractivo. Ya lo poníamos encima de la mesas cuando presentamos las «22 acciones ineludibles para el progreso de Asturias». Tenemos carencias como la fiscalidad, la conectividad, la formación... que es vital abordar con urgencia para mantener, retener e impulsar la actividad, que es el remedio de muchos males.

Lo primero es eso, retomar lo que había. Con la pandemia nos hemos olvidado de lo que había y ahora todo eso cobra más fuerza y más valor. Es importante el aprovechamiento de los fondos de la UE, de los fondos de transición, que son vitales para esa transformación del tejido productivo. Tenemos que impulsar nuevos sectores, pero el pilar de la economía sigue siendo la industria y llevamos tiempo denunciando las amenazas que está sufriendo. Un ejemplo es el estatuto electrointensivo, una herramienta que era para apoyar al gran consumidor y resulta que al final entra en vigor, con mucho retraso, y no da soluciones a los problemas para los que fue diseñado. También tenemos encima de la mesa la compensación por los derechos de emisión. En principio, se reclamó que fuésemos a los máximos de UE, después de que dijeran que sí, luego resulta que otro ministerio dice que no hay fondos y quedamos como estábamos. Con la industria llueve sobre mojado y se trata de un pilar de la economía que genera empleo estable y de calidad. 

-¿Qué puntos fuertes tiene Asturias para atraer empresas e inversores?

-Tiene muchos puntos fuertes. Es una región cuyo pilar es la industria, que es pasado y presente, pero tiene un sector agroalimentario muy potente, con peso importante dentro PIB. Tiene todos los ingredientes para ser un destino turístico basado en la calidad, para lo que es necesario disponer de un plan a medio-largo plazo basado en la calidad. La «materia prima» está ahí: paisaje, cultura, producto, gastronomía...y el carácter de la gente, que siempre valoran los que vienen de fuera. 

-¿Son optimistas los empresarios a corto-medio plazo?

-Los empresarios son optimistas por naturaleza, pero luego hay que ser realistas por necesidad. La realidad es un poco la que traduce la encuesta que acaba de publicar FADE y que dice que el optimismo no es el que preside el ánimo de los empresarios. La esperanza es otra característica necesaria, es lo último que se pierde y esto hace ver que se puede reconducir la situación, sobre todo porque hay mimbres para hacerlo. Necesitamos darle una vuelta, impulsar esa actividad económica, eliminar barreras, hacerlo con urgencia y tener un proyecto de región aplicable a todo.

-Usted que está acostumbrado a viajar por España por motivos laborales. ¿Hay más libertad en Madrid que en Asturias?

-Últimamente no he viajado tanto. Antes viajaba una o dos veces a Madrid por temas de la CEOE pero ahora es todo telemático. Dicho esto, no tengo esa percepción. Creo que cada comunidad gestionó a su manera la pandemia, con las directrices del Ministerio de Sanidad y con ese marco del estado de alarma y toque queda, y luego cada uno actuó de forma diferente. En Asturias hemos sido conservadores en cuanto a las restricciones. Es cierto que no hay un manual y nosotros desde FADE hemos repetido en muchas ocasiones que no somos epidemiólogos ni virólogos y, por tanto, no tenemos capacidad para valorar si las medidas fueron adecuadas o no. En este momento, entramos fase 1, a las puertas del verano, lo que invita al optimismo y significa que las medidas no fueron del todo desacertadas. ¿Se podían haber evitado ciertas restricciones? Otras comunidades lo han hecho. De momento no podemos juzgar si aquí fueron más o menos efectivas. Sanitariamente estamos en buena posición. Económicamente fuimos de las regiones con más restricciones. Cuando esto acabe, valoraremos.

-¿Qué opinión tiene FADE sobre el céntimo verde que propone el Gobierno central?

-Al final es lo que se llama impuesto sobre hidrocarburos, que está en fase de aprobación. Cada día hay un nuevo globo sonda, un impuesto, otra reforma laboral... Igual es un nuevo estilo de gobernar: lanzar globos sonda y ver lo que pasa. Nosotros lo analizaremos cuando sea firme.

-¿En qué proyectos debe centrar Asturias sus esfuerzos para captar Fondos Europeos?

-Cada vez que se habla de futuro se habla de fondos de transición y recuperación y quizás se están poniendo demasiadas expectativas. No va a ser el bálsamo que lo cure todo, por lo menos en Asturias, y no debemos fiarlo todo a los fondos. Van a ser una herramienta importante si la sabemos aprovechar, pero hay problemas estructurales previos y somos una región que tenemos fortalezas, pero también tenemos debilidades.

-¿Cuáles son esas debilidades?

-Somos fiscalmente poco atractiva, todas las de nuestro entorno son más atractivas. Tenemos muchos problemas de conectividad y un problema demográfico importante, ya que somos de las más envejecidas de Europa. La prueba es la vacunación. Somos los que más porcentaje de población mayor tenemos vacunada porque somos los que más población de avanzada edad tenemos. No es casualidad. Tenemos la mayor tasa de desempleo juvenil y hay una incongruencia: la gente joven sale fuera en busca de empleo y las empresas, incluso la administración, tienen problemas para encontrar ciertos perfiles. Algo estamos haciendo mal en este sentido. La solución es generar actividad económica y acompasar oferta y demanda, formar lo que necesitamos y ser atractivos. Esto evitaría la sangría demográfica y podríamos atraer gente.

Todos estos problemas, por muchos fondos europeos que lleguen, o se les da solución o seguirán ahí.

-Volviendo a los fondos europeos. ¿En qué debe invertirse ese dinero?

-Los fondos se centran en cuatro ejes: digitalización, impulso a la economía verde, cohesión territorial e igualdad. Los resultados de la encuesta de FADE dicen que una de las cosas más demandadas por parte de las empresas es el apoyo a la digitación. En cualquier caso, Asturias debe transformar y modernizar su tejido productivo. Otro reto es la descarbonización. En FADE no discutimos si hay que ir hacia ahí o no, pero hay que hacerlo con una transición justa, no exprés. Esto quiere decir que en Asturias, que fuimos exportadores de energía, hay que mantener ese suministro y la competitividad de los costes energéticos como una de las bases de la competitividad de esas empresas. Y hay que mantener la actividad económica en torno a las térmicas. No se ha hecho ninguna de estas cuestiones. Ya hemos escuchado que no se garantiza el suministro y el Ministerio ya habla de, como apoyo, mantener algún grupo. Bienvenida sea esa reflexión, pero se podía haber hecho de mano y evitado problemas. El tema de los costes también sigue sin solucionarse y a lo que menos atención se pone es a que podemos cesar una actividad pero hacen falta alternativas. Un ejemplo es el cierre de Soto de la Barca o Lada. Tras meses sin actividad, los trabajadores en casa y no hay ni un solo proyecto generador de actividad para recuperar ese empleo.

-Las compañías están presentando algunos proyectos…

-Podemos hablar de muchos proyectos eólicos, pero eso genera actividad cuando se hace la obra civil. Luego mantenimiento y el empleo que genera es prácticamente nulo. Las empresas asturianas que se dedican a la fabricación trabajan con contratos programa para todo el mundo, no es que genere más actividad aquí. A la hora de hablar de actividad hay que tener esto en cuenta. Debemos apostar por las infraestructuras de almacenamiento energético.

-¿Cómo se hace frente al declive demográfico y la cohesión territorial?

-De declive demográfico se habla en campaña electoral, pero solo ahí. A la vista está que no hay encima de la mesa acciones efectivas de cara a atajar el problema de la cohesión. Un ejemplo es el argayo de Salas y la situación que viven las empresas de la zona, que siguen manteniendo el respirador para la comarca y a las que no se les presta atención. Es un problema que en 30 días podía estar solucionado y dos meses después estamos como estamos. Eso no es prestar atención a la España vaciada. Además, están los problemas de conectividad digital. Hasta en lugares turísticos, como en Llanes, tienen problemas en este sentido. Hay muchas previsiones, pero hoy por hoy, con el teletrabajo como oportunidad para Asturias, el hándicap es que no hay conectividad. Tenemos que centrarnos en estas cosas.

-El Principado acaba de flexibilizar restricciones al ocio nocturno. ¿Son las medidas acertadas?

-Toda medida en dirección a recuperar actividad, es bienvenida. El ocio nocturno es el más castigado, así que está bien que coja aire. Ahora podrá abrir hasta la 1, no sé si debe ser la hora o no, pero en cualquier caso se mantienen las restricciones, aunque se abre la puerta, y esto debe ir aparejado a una ayuda económica. Es un sector que se sacrifica por todos. La salud de las personas lleva a que el ocio esté más castigado, si esto es así, hay que darle aire.

-¿Cuáles deben ser las próximas medidas?

-Los próximos pasos deben ser en todo donde las restricciones siguen vigentes, sobre todo de cara al verano, donde los más castigados tienen puestas las expectativas. Hablo de albergues, visitas guiadas, agencias de viajes, guías turísticos…

-En cuanto a la situación interna de FADE. ¿Está la organización más unida que cuando accedió al cargo?

-Accedí con un objetivo y lo dije el primer día. FADE es la casa de todos los empresarios. Creo que, afortunadamente, hubo unas elecciones y al día siguiente todos estábamos en el mismo barco. Se ha demostrado que hay una FADE más unida y más cohesionada, no hay fisuras. Somos una organización que da respuesta a los problemas de los empresarios y somos el interlocutor que necesitan las empresas ante las administraciones para resolver todas las cuestiones que se plantean. En un momento tan delicado se necesita un sector empresarial más cohesionado que nunca y creo que es lo que hay. Estoy satisfecho con eso.

-¿Cómo es su relación con José Luis Álvarez Almeida y qué papel juega Otea dentro de FADE?

-Otea es una asociación que representa a un sector importante como la hostelería y la hotelería y está donde debe estar, que es en FADE. A veces ocurren cosas y, en un momento dado, hubo una remodelación de un órgano de gobierno de FADE. No se le apartó, el asiento de Otea en el consejo ejecutivo siempre estuvo ahí y ellos momentáneamente tomaron la decisión de abandonar la mesa de turismo. Pero un año después volvió a sumarse y en este momento la mesa de turismo está más cohesionada que hace dos años porque, con la reincorporación de Otea y la asociación de camping y turismo rural, ahora hay más colectivos representados que nunca. A los que ya había se incorporaron otros como las agencias de viaje. En ese aspecto no hay problemas. 

-Las elecciones de FADE están a la vuelta de la esquina. ¿Va a presentar candidatura?

-Es un tema que no toca. Con la que está cayendo, tenemos un montón de trabajo y ese es un asunto que habrá que abordar en su momento. Hay cuestiones mucho más urgentes que ese. 

-¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrenta la organización en los próximos años?

-Hay uno inmediato que es gestionar y apoyar a las empresas en un momento delicado después de sufrir el mayor batacazo desde la Guerra Civil. Lo inmediato, lo urgente, es ayudar a las empresas en esa situación. Por otra parte, debemos retomar todo lo anterior a la crisis. Es necesario concienciar a la opinión pública del momento que vive la región. Nos corresponde, en la línea que habíamos iniciado con el tema de las «22 acciones ineludibles» poner estos temas encima de la mesa. Esa presentación fue el acto con mayor presencia de empresarios en la historia de FADE. Hubo 700 empresarios y eso deja claro el interés que despertó. Era necesario un baño de realidad a todo el mundo: a la sociedad civil, a la administración, a las empresas... Después, todo se vio empañado por los diferentes procesos electorales y, cuando se formó gobierno, llegó la pandemia y se quedó ahí. Tenemos que retomar los problemas endémicos que se denunciaban ahí y concienciar a la opinión pública de la realidad que vivimos. A veces tengo la sensación que la sociedad civil está adormecida, anestesiada. Con el cierre de la minería llegaron fondos, que fueron mal aprovechados, pero fue un río de dinero que tapó los problemas que había encima de la mesa. Eso es pan para hoy y hambre para mañana. La falta de alternativas aflora y sigue ahí.