Florentino Felgueroso: «Para la Asturias de 2050 la única solución va a ser la incorporación de inmigrantes»

ASTURIAS

Florentino Felgueroso
Florentino Felgueroso Fedea

El economista asturiano aboga por no demorar reformas para cambiar el modelo productivo de la comunidad

03 jun 2021 . Actualizado a las 09:03 h.

El economista asturiano Florentino Felgueroso, profesor de la Universidad de Oviedo, ha sido uno de los partícipes en la elaboración del documento «España 2050: Fundamentos y propuestas para una estrategia Nacional de Largo Plazo»; respecto a Asturias destaca la importancia de revertir el declive demográfico y una reforma que descentralice los polos de atracción de la actividad económica.

-El documento para el 2050 ha sido objeto de un tratamiento un poco paródico en muchos medios, pero es un trabajo normal en casi todos los países de nuestro entorno, para fijar estrategias a largo plazo.

-Es necesario, el momento siempre es oportuno, muchos lo han interpretado como un desvío de atención de los problemas actuales y otros como márketing; pero el documento es importante, está muy trabajado y aunque pueda ser mejorable, y lo será con más aportaciones de más interlocutores con el tiempo, había que hacerlo y su publicación estaba prevista ya antes de la pandemia. Se han cumplido las fechas para darlo a conocer. Cuando pase el tiempo este de crítica porque sí se tomará más en valor lo que aporta.

-Entiendo que el documento es de ámbito nacional pero ¿cómo cree que podría ser la Asturias de 2050?

-Asturias tiene sus peculiaridades, muchas cosas están incorporadas en el documento, especialmente lo que atañe a cuestiones demográficas. No es un problema que se haya generado hoy ni ayer, ya llevamos mucho tiempo con una situación de envejecimiento, de pérdida de población y echando una mirada hacia adelante, hasta el 2050, evidentemente si no queremos empeorar habrá que ir pensando no sólo en los efectos sino también en qué hacer, probablemente se tendría que haber hecho antes pero tampoco se ha hecho. Es algo que está generando ya problemas de reemplazamiento en determinadas actividades económicas y para el 2050 la única solución, no probablemente sino con certeza, va a ser la incorporación de inmigrantes. Una gran cantidad. Habrá que ir preparando el escenario y tenerlo en cuenta. En los demás capítulos ya más generales seguramente tienen un enfoque más nacional que autonómico, cuestiones que van desde cambios técnicos, qué ocupaciones esperamos, que tipo de formación necesitamos, como solucionar algunos problemas del mercado de trabajo, que llevamos demorado mucho tiempo, o problemas del cambio climático que nos afectan también. Todo esto hay que ir poniéndolo sobre la mesa y orientar los objetivos en este plazo que tampoco es tan largo. Muchas de las generaciones que están trabajando ya, para ellos 30 años tampoco es tanto. También debemos pensar si nuestra sociedad es altruista, si piensa en los que nos van a seguir y de cara al 2050 se trata de pensar en sobre qué podemos actuar ahora. Hay una serie de reformas y actuaciones, reformas que tienen un coste, por ejemplo respecto a las pensiones, y que hay que ir asumiendo poco a poco porque el hecho de no hacer nada supone que en el futuro se tengan que pagar de golpe todos los cambios.

-¿Qué costes debería asumir Asturias? Se ha ocupado mucho sobre problemas de formación, en la comunidad se forma bien a jóvenes que, sin embargo, luego trabajan y producen en otras regiones ¿eso se puede revertir?

-Con eso llevamos décadas, somos una sociedad emigrante desde hace décadas, que lo ha seguido siendo; el problema es que esto incida más en la sangría demográfica porque se van jóvenes y sus hijos ya no los tienen aquí, los tienen fuera. Hay un problema que debería tenerse más en cuenta en este documento, el problema de la España vacía ya no es sólo el campo, hace tiempo que se van vaciando ciudades de provincias como pueden ser las nuestras porque nuestro modelo productivo nacional es muy centralizado y gran parte de nuestros jóvenes se van a trabajar a Madrid. Esto no sólo afecta a Asturias sino a muchas más comunidades y muchas provincias se acaban desertizando, es un modelo bastante desequilibrado que hay que orientar de cara a que en 2050 los jóvenes de cada provincia tengan también oportunidades de empleo en sus propias zonas de origen. Evidentemente emigrar no es malo, es bueno, pero no todo el mundo quiere emigrar y socialmente para cada provincia es un problema de pérdida de población y de recursos que han invertido todas las familias y que al final tiene su rentabilidad fuera de estas familias. Pero no se trata sólo de Asturias sino de un modelo territorial muy desequilibrado, probablemente el más desequilibrado de Europa porque hay muy pocos centros que atraigan tanto como Madrid, es de las capitales de Europa con mayor capacidad de atracción sobre la periferia. Es un problema grande y hay que buscar soluciones para que no todo se centralice en Madrid, sobre todo las actividades relacionadas con las nuevas tecnologías que tienen además esa capacidad para no tener que estar tan centralizadas. Los jóvenes más educados acaban yendo a metrópolis donde hay más oportunidades de empleo, más grandes y más variadas. Está Barcelona en Cataluña o el País Vasco pero no tienen la capacidad de atracción de Madrid y el resto de comunidades son prácticamente todas exportadoras y en una región como la nuestra, que tiene problemas demográficos, si además le añades este tipo de modelo al final son zonas que se van a desertizar. Ya no es un problema sólo del campo sino de ciudades de tamaño mediano, como Oviedo que en los últimos años vemos que se está degradando bastante y está perdiendo también población. Esto no sólo ocurre aquí, está pasando en Galicia y en más sitios. En nuestro modelo, si vamos a pensar en los próximo 30 años, tendrán que equilibrarse un poco más las actividades del futuro, que no estén todas centradas en los mismos sitios.

-En la cuestión territorial, en el debate político, se habla mucho de armonización fiscal o, al revés, de una guerra de rebajas entre territorios.

-El debate fiscal puede influir pero muy poco; si Madrid tiene el 40% de los ingenieros de España no es por cuestiones fiscales sino porque es una metrópoli centralizada. Por eso cuando hablemos de Asturias tenemos que pensar en una zona metropolitana, que tiene sus ventajas; las metrópolis lo que aglomeran es capital humano, es juventud, esto es así. En el tema fiscal, al nivel de las empresas, los impuestos de Madrid no son distintos, el impuesto de sociedades es el mismo en todas partes. No creo que los jóvenes emigren porque vayan a pagar menos IRPF o porque sucesiones no esté gravado como aquí, no tiene nada que ver con esto. Con lo que tiene que ver es con un modelo en el que no se ha hecho caso a los jóvenes sobre qué tipo de actividades se podrían fomentar sino que pensamos más en conservar algunas actividades, sobre todo las industriales, que son importantes pero que no son en aquellas en las que se están formando nuestros jóvenes. Nuestra formación no está orientada a las actividades de la región actualmente y tampoco se ha pensado mucho en qué se podría hacer para que se orienten al talento joven. Desde el punto de vista político se ha pensado en conservar lo que teníamos, la lucha que ha habido por ejemplo por conservar la minería casi hasta el infinito, y los jóvenes que entran en las facultades no piensan en trabajar en las minas ni en gran parte de la actividad industrial pesada. Se han formado expectativas de otro tipo. Podemos producir jóvenes con una formación, yo creo que bastante buena pero evidentemente si luego no encuentran oportunidades de empleo aquí, y no sólo oportunidades, la calidad del trabajo, la estabilidad, los salarios, todo eso se ha ido degradando y las condiciones laborales aquí son peores que en Madrid.

-Buena parte de las esperanzas del Principado se basan en los fondos de reconstrucción llegados de Europa, muchas orientados a la industria, como el hidrógeno verde, pero me parece que es un poco escéptico.

-No soy escéptico, son cosas necesarias como actividad del futuro; pero sí soy escéptico en el sentido de que Asturias ya ha contado con fondos para la reconversión industrial y no diré que han sido un fracaso total pero no han aportado lo que pensábamos que iban a aportar, no hubo un cambio de modelo ni se resolvió el problema de nuestros jóvenes sino todo lo contrario. La experiencia pasada no ha sido positiva, desde luego. Uno puede tener esperanzas y ser optimistas pero pensar que gracias a unos fondos van a cambiar nuestro modelo productivo o nuestro modelo de inversión, para cambiar eso necesitamos muchas reformas que no dependen sólo del dinero. Detrás de este dinero también hay muchos lobbies, lobbies actuales y del pasado, no del futuro, y en parte si estamos como estamos es por culpa de estos lobbies. Podemos tener cierta esperanza pero que estos fondos vayan a cambiar nuestros problemas principales es complicado. Y un segundo punto es que tampoco sabemos cuánto empleo van a generar estos fondos, y qué tipo de empleo, para qué tipo de formación, yo no he visto ninguna cuantificación de momento.

-¿Y qué reformas en concreto son las necesarias en Asturias?

-Están en el documento, en educación, en formación, tantas que hemos retrasado respecto a los demás. Hemos evolucionado en los últimos años pero seguimos teniendo un retraso grande respecto a otros países europeos. En formación continua, en el mercado de trabajo, todo lo relacionado con el sistema energético, las pensiones. Son reformas importantes que van a definir nuestro futuro y que tienen unos costes que hay que empezar a asumir ahora, no se puede retrasar y retrasar y por eso es tan importante que se rompa la polarización política para que se sienten y pacten para empezar a orientarnos de forma correcta hacia el futuro.