Un palacio histórico asturiano, en venta por un precio millonario

E.R. REDACCIÓN

ASTURIAS

El espacio cuenta con 1.800 metros cuadrados y está organizado en cuatro alas en torno a un amplio patio central y con la torre original de cuatro pisos

08 jun 2021 . Actualizado a las 14:31 h.

Rodeado por los bosques de las reservas, tanto de Somiedo como de Muniellos y ubicado el concejo de Salas, se encuentra el palacio de Doriga, un edificio singular que durante sus siglos de historia ha sabido sobrellevar el devenir del tiempo. Esta mansión, declarada Bien de Interés Cultura y lugar de veraneo del prestigioso economista y escritor asturiano Valentín Andrés Álvarez, ha permanecido desde 1883 hasta hoy en manos de la misma familia. Ahora, sin embargo, busca nuevo propietario. El precio que se estipula por sus estancias, así como de su finca es de 8.000.000 euros.

Un valor económico que va ligado no solo a su singularidad sino también a su buen estado de conservación. «Consideramos que esta propiedad es probablemente una de las inversiones más interesantes de la zona. Por un lado, porque no necesita grandes reformas para quienes quieran destinarla a uso residencial; por otro, porque ofrece infinidad de posibilidades en el caso de reconvertir sus instalaciones con fines turísticos o empresariales. Pero sobre todo es un interesante conjunto artístico y arquitectónico para amantes de la historia y la naturaleza», asegura Robert Menetray, fundador de la consultora Lançois Doval especializada en propiedades singulares e históricas. 

Con sus 1.800 metros cuadrados construidos entre la casa señorial y sus anexos, «es un espacio lo suficientemente amplio para albergar un negocio de hostelería, la sede de una fundación, un palacio de congresos y convenciones o una residencia con mucho estilo», señala Menetray. Además se encuentra en un enclave estratégico porque está a mitad de camino entre la costa y la montaña y a apenas 30 minutos de Oviedo o Avilés.

Un palacio rural que ha hecho historia

El palacio de Doriga es una propiedad singular que no solo ha ido definiendo su imagen actual a través de la historia, sino que ha sido protagonista directa de esta. Su doble faceta de casa señorial y construcción defensiva permitió que funcionara como cuartel general y residencia de uno de los mariscales de Napoleón, escenario de recepciones y lugar de encuentro y tertulia de grandes artistas, intelectuales y literatos como Lorca o Ramón Gómez de la Serna.

Tras su paso por varios linajes entre los que figuran ilustres apellidos como los Doriga, los Valdés o los Miranda, este edificio señorial del siglo XIV está organizado en cuatro alas en torno a un amplio patio central y con la torre original de cuatro pisos delimitando el extremo oriental.

Es una construcción donde destacan sus robustas fachadas de piedra y el arco de medio punto que da acceso a la propiedad, como en el interior. Además, los techos de casi una veintena de estancias conservan el artesonado de casetones, los suelos de madera y parte el mobiliario original del siglo XVI. De esta manera, conserva el concepto antiguo.