Emilio Martínez Pañeda, mejor ingeniero joven del Reino Unido: «En Asturias hay grupos de investigación líderes, de primer nivel»

Nel Oliveira
Nel Oliveira REDACCIÓN

ASTURIAS

Emilio Martínez Pañera, mejor ingeniero joven del año del Reino Unido
Emilio Martínez Pañera, mejor ingeniero joven del año del Reino Unido

A sus 34 años, el asturiano acaba de ser galardonado por la Real Academia de Ingeniería británica. En la actualidad trabaja como profesor universitario en el Imperial College de Londres

20 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El asturiano Emilio Martínez Pañeda, de 34 años, es Ingeniero Industrial por la Universidad de Oviedo y desarrolló su doctorado en el Departamento de Construcción e Ingeniería de Fabricación de la Escuela Politécnica de Gijón. Martínez Pañeda acaba de ser galardonado con el premio al mejor ingeniero joven del Reino Unido, un prestigioso galardón que entrega cada año la Real Academia de Ingeniería británica y que está dotado con 3.000 libras. En la actualidad trabaja como profesor universitario en el Imperial College de Londres, una universidad clasificada entre las diez  mejores del mundo (8ª en el 2020 QS World University Rankings, 10ª en el 2020 Times Higher Education World Rankings). 

- Ingeniero Joven del Año en Reino Unido por unas investigaciones pioneras a nivel mundial que consisten en predecir el fallo de componentes y estructuras metálicas por la corrosión, su exposición al hidrógeno o su exposición a cargas cíclicas. ¿Qué supone para usted este premio?

-Es una alegría tremenda, ya que supone un reconocimiento muy importante al trabajo que desarrollo. Es el premio más prestigioso del Reino Unido para un ingeniero joven y estoy muy agradecido de haber recibido este galardón.

-Hábleme sobre esas investigaciones, que ya están siendo utilizadas en la industria eólica para predecir la vida de las turbinas eólicas, así como en el campo del hidrógeno para desarrollar componentes que permitan almacenar y transportar hidrógeno de forma segura.

-En mi grupo de investigación combinamos experimentos de laboratorio con el desarrollo de modelos computacionales. El objetivo es poder hacer ensayos virtuales para predecir cómo se deforman y rompen los materiales y componentes estructurales. Los ensayos virtuales se utilizan desde hace tiempo en la industria automovilística y nuestro objetivo es extender ese éxito a situaciones donde los materiales se degradan por el medio ambiente, como en las baterías de litio, las turbinas eólicas (corrosión) y el almacenamiento y transporte de hidrógeno. Por ejemplo, los modelos que hemos desarrollado se están utilizando para tomar decisiones sobre la extensión de la vida útil de los parques eólicos y para evaluar si la infraestructura de gas se puede utilizar para transportar hidrógeno.

-¿Qué futuro le ve a su sector en Asturias?

-La situación en general no es muy buena. Veo diferencias significativas con el ambiente del Imperial College de Londres y del Reino Unido en general. Pero hay focos de excelencia en Asturias, grupos de investigación líderes en su campo y empresas haciendo investigación aplicada de primer nivel. Es importante trabajar en crear un ambiente donde el talento se vea apoyado, y desarrollar programas para atraer talento internacional. 

- ¿Cuáles fueron sus pasos para llegar hasta donde está?

-Estudié Ingeniería Industrial en la Universidad de Oviedo, donde también hice mi tesis doctoral bajo la supervisión de la catedrática Covadonga Betegón. Durante mi tesis doctoral tuve la oportunidad de realizar estancias largas de investigación en las universidades de Cambridge, Luxemburgo y la Universidad Técnica de Dinamarca. Al finalizar la tesis tenía ofertas de estas universidades y dejé la tierrina. Llegué hace cuatro años a Cambridge y tras dos años allí me cambié al Imperial College de Londres.

- ¿Qué valoración hace sobre el nivel de las ingenierías en España y concretamente en Asturias?

-La formación que se recibe en ingeniería en las universidades públicas de España es muy buena. Y eso incluye por supuesto a la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón. Es posible que la situación haya cambiado a raíz del plan de Bolonia, pero antes de que este llegase las carreras superiores eran muy exigentes y proporcionaban una formación muy generalizada. Estoy convencido de que esa formación ha sido muy importante para llegar a donde estoy ahora. Es importante mantener el nivel para que la reputación de los ingenieros españoles no caiga.

-¿Cree que los estudiantes salen correctamente preparados para afrontar los problemas del día a día en el mundo laboral?

-Sin lugar a dudas. Al menos así era antes de que cambiasen los planes. Hay una tendencia por empujar a las universidades hacia una formación más especializada, pero esto no es lo que se hace en Cambridge o en el Imperial College. La tecnología avanza muy rápido y no hay nada mejor que una buena base de matemáticas, física e ingeniería para enfrentarse a los problemas del futuro.

-Algunos consejos para los estudiantes de Ingeniería Industrial en la Universidad  de Oviedo.

-Les diría que aprovechen los programas de intercambio para ampliar su perspectiva y que confíen en sus capacidades. Están bien preparados y deben afrontar su carrera profesional con ambición. No sé cuáles serán los próximos avances tecnológicos en el futuro, pero a buen seguro estarán liderados por ingenieros.