El impacto de los temporales en la costa asturiana: hasta 40 metros de retroceso

La Voz REDACCION

ASTURIAS

Acceso a la playa de Rodiles, a través de las dunas.Acceso a la playa de Rodiles, a través de las dunas
Acceso a la playa de Rodiles, a través de las dunas

Una investigación liderada por la Universidad de Oviedo analiza los cambios en 15 campos dunares entre 1992 y 2014

29 jul 2021 . Actualizado a las 12:04 h.

La costa asturiana ha sufrido un incremento de los temporales fuertes de olas durante el siglo XXI, posiblemente vinculados al cambio climático, y éstos han dejado su efecto en la erosión de la costa asturiana y, de forma más específica, en los campos dunares.

Así lo refleja un estudio liderado desde el Departamento de Geología de la Universidad de Oviedo y publicado en la revista Geomorphology que constata que, tras los temporales de 2013 y 2014, se produjo la erosión más severa que, en algunos de los 15 campos dunares analizados, alcanzó hasta los 40 metros de retroceso de la línea de costa. 

La investigación detectó además «una inusual variación de 5 grados hacia el oeste en la dirección de aproximación de las olas en alta mar, algo no registrado anteriormente en la bibliografía científica», según ha señalado uno de los investigadores, Germán Flor-Blanco, que ha advertido de que esta variación supuso la eliminación o mayor erosión en la parte oriental de los campos dunares asturianos en casos como los de Bayas, Xagó y Rodiles.

Para la elaboración de esta investigación, el equipo investigador analizó los cambios geomórficos de 15 campos dunares asturianos durante el periodo 1992-2014 -Peñarronda, Mexota, Serello, Navia, Frejulfe, Barayo, Otur, Quebrantos, Salinas-El Espartal, Xagó, Carniciega, Rodiles, La Isla, La Espasa y Vega- separando los que ya tienes influencia por el hombre y los naturales, además de los registros de varias boyas entre 1958 y 2015.

El trabajo demuestra el aumento de fuertes temporales en el Cantábrico y el efecto que estos tienen en la línea de costa, afectando éstos más que la propia subida del nivel del mar, estipulada entre 2 y 3 metros al año según distintos autores.

Según Flor-Blanco, el momento en el que, de manera muy evidente, las dunas ocupaban una mayor superficie fue en 2006 y, a partir de esta fecha, «los sistemas empiezan a perder sedimento y la duna empieza a retroceder».

Ese retroceso no es continuado en el tiempo sino que se ve marcado por los grandes temporales, entre los que destacan el producido en febrero de 2009 y los dos históricamente destructivos de 2014 (febrero y marzo) tras los cuales en algunos puntos de Asturias se detectaron hasta 40 metros de retroceso en la línea de costa.

En la actualidad, la situación ha cambiado y las dunas están recuperando poco a poco la situación que tenían a principios del siglo XXI ya que los últimos siete años no han dejado temporales tan fuertes y el sedimento se va acumulando de nuevo, advierte, aunque esta recuperación no es homogénea en todas las dunas asturianas.

El estudio Erosión costera (dunas) en el noroeste de España: Patrones recientes bajo eventos de tormentas y olas extremas, firmado por Germán Flor-Blanco, German Flor y Carmen Flores-Soriano, de la Universidad de Oviedo; Javier Alcántara-Carrió, de la Universidad Autónoma de Madrid y Derek Jackson, de Universidad del Ulster, está englobado dentro del proyecto UNESCO IGCP Sea Level Changes from minutes to millennia (Cambios del nivel del mar desde minutos a milenios), informa Efe.