El relevo de Adriana Lastra al frente del Grupo Socialista en el Congreso ya es una realidad: la bicefalia de Lastra, que comandaba partido y Congreso con enormes cuotas de poder, es pasado. La política asturiana se centrará finalmente en llevar las riendas del partido, lo que le corresponde como número 2 del PSOE ante la celebración del 40 Congreso. ¿Pero de quién fue la idea? ¿Partió de la propia Lastra o fue una iniciativa de Pedro Sánchez? La vicesecretaria general no ha querido desvelar si fue ella la que le pidió al presidente salir de la portavocía, o fue idea del líder socialista, pero sí ha defendido que los dos siempre han estado de acuerdo en lo que debería ser el futuro del partido. «Y esta vez también ha sido así», ha afirmado. Lastra ha defendido que ya era hora de que se centrara en sus responsabilidades como número 2 del partido y ha recordado que el congreso se celebrará en octubre, a la vuelta de la esquina del calendario. Lo ha dicho con un cierto poso de tristeza, una disimulada nostalgia, porque el Congreso de los Diputados, donde se teje la política nacional, es un caramelo, todo un delicatesen que da pena no poder saborear si llevas la política en las venas. «Mi enorme agradecimiento a Adriana Lastra por su compromiso, su gran labor y su entrega al frente del grupo en estos años», ha alabado Sánchez después en un mensaje en Twitter. Lastra entra así en otra etapa de su carrera política, con retos electorales y congresuales en el horizonte, con menos presencia pública y más trabajo entre bambalinas. Se cierra un telón y se abre otro.