Nil, aficionado al videojuego, los ha edificado con todo lujo de detalle: «Tardé cinco horas en construirlos»
12 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Los tradicionales hórreos asturianos llegan al videojuego «Los Sims 3». Ha sido gracias a Nil, un joven catalán de 24 años, que tras unas vacaciones por el Principado quedó maravillado con la estructura. «Hace tiempo leí sobre las funciones que tenían y su diferencia con los gallegos. Me llamaron la atención porque estéticamente son muy bonitos», confiesa el joven, natural de un pueblo de Girona llamado Castelló d'Empúries. «Por aquí creo que no hay nada parecido».
Elaborar un par de hórreos en el videojuego -uno con barandilla y otro sin ella- le llevó a Nil cerca de cinco horas de trabajo, repartidas en dos días. Lo cierto es que el grado de detalle del hórreo es mayúsculo, teniendo en cuenta las limitaciones que pueden existir a la hora de edificar. Sin embargo, a pesar de que a simple vista no parezca que falte nada, el joven catalán sí echa en falta algo: mazorcas de maíz. «Es una pena porque no encontré ningún objeto parecido y le hubieran añadido un toque muy realista», lamenta.
Su afición por las estructuras le viene desde pequeño. Aunque profesionalmente se dedique a la traducción, Nil reconoce que el mundo de la arquitectura siempre estuvo en su mente, sin embargo optó por otro camino. «Me gusta más la parte artística, por eso en los Sims encontré el lugar perfecto». Y es que el potencial creativo del videojuego es enorme. Además de edificios se pueden crear mundos completos con paisajes, terrenos, carreteras, solares y un largo de etcétera de funcionalidades. «Al final lo que te queda es un mapa interactivo en el que jugar y que puede alcanzar un nivel de detalle muy elaborado».
Nil descarta seguir expandiendo este comienzo de universo asturiano en Los Sims. El joven catalán tiene entre manos un proyecto en el que lleva trabajando cinco años y que no le permite centrarse en otra cosa dentro del videojuego: «Esto fue un descanso del proyecto principal, una especie de isla al completo». Cabe destacar que los hórreos edificados son mera decoración, ya que haberlos hecho de manera interactiva hubiera supuesto un mayor tamaño, y por consiguiente más horas de trabajo. «Dejé ese aspecto de lado en favor de la estética», asegura.
Tres días en el Principado, que «se han quedado cortos», le han bastado a Nil para regresar a su pueblo con ansia de ponerse manos a la obra en la construcción de hórreos. Ahora, tras haber conocido parte del Occidente, «queda pendiente volver y conocer Oriente». Y quién sabe si regresar a casa con la idea de edificar una nueva construcción asturiana.