El ministro considera zanjada la polémica pero las organizaciones agrarias le acusa de buscar un «lavado de imagen» con su visita a una explotación ganadera de Quirós
16 sep 2021 . Actualizado a las 17:21 h.El ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha insistido este jueves en Asturias en que sus declaraciones acerca del consumo de carne roja «tenían respaldo científico pleno» y ha dado por zanjada la polémica suscitada.
En unas declaraciones a los medios, el ministro ha asegurado que su departamento siempre defiende al sector ganadero extensivo y familiar por tener «impacto ecológico neutro», al tiempo que protege el empleo y genera entornos que «protegen el medioambiente de manera directa e indirecta».
Están en contra, ha matizado, de un modelo de producción y consumo intensivo que a su juicio es «insostenible». Garzón se ha reafirmado en que la ciudadanía puede, a través de sus hábitos de consumo, «contribuir a mejorar el planeta y mejorar la sostenibilidad de esos negocios de agricultura extensiva».
Sin embargo, los sindicatos agrarios Coag y Asaja Asturias han criticado este jueves la visita de Garzón, a una explotación ganadera de Quirós. Después de la polémica sobre sus declaraciones acerca del consumo de carne en julio, los sindicatos creen que esta visita es un «lavado de imagen» del ministro, al que han trasladado que sus declaraciones son «intolerables» y han producido «un gran perjuicio» al sector.
En una nota de prensa conjunta, ambos sindicatos han reprochado que la visita a Asturias «tiene como único motivo un lavado de imagen ya que, de hecho, visitará una sola explotación para, así, poder salir en la foto».
«Le recordamos una vez más que los ganaderos soportamos precios irrisorios por nuestros productos, sufrimos en nuestros animales y cultivos los daños de lobos y jabalíes, soportamos y también denunciamos día tras día que el medio rural es tratado por nuestros gobernantes como de segunda categoría y no tenemos acceso a los mismos servicios que las ciudades», han remarcado.
Para los sindicatos, sería mejor que el ministro «se preocupara más de temas como el consumo de bebidas azucaradas, alimentos ultraprocesados y el consumo de bollería industrial»; según recogió Europa Press.
