La madre de un niño de 5 años atacado por un perro en Lena: «El animal sigue suelto»

La Voz REDACCIÓN

ASTURIAS

Estas son las heridas del menor de cinco años que ha sido mordido por un perro en Campomanes
Estas son las heridas del menor de cinco años que ha sido mordido por un perro en Campomanes

Los hechos sucedieron en agosto de 2020, pero el perro «sigue vivo y sin atar en una finca abierta»

10 nov 2021 . Actualizado a las 12:46 h.

Agosto de 2020, Eliazar Viejo baja con su hijo de cinco años a dar un paseo por Campomanes. Madre e hijo se dirigen juntos hacia el paso del pueblo dónde el padre del niño, Juan Carlos Suárez, con otras personas, están montando una carpa. Al entrar en ella, un perro de tamaño mediano avanza hacia ellos en gesto amigable. «El niño se puso detrás de mí, pero yo le dije que no pasaba nada». Acto seguido, la madre tiene un shock y lo único que recuerda es ver a su hijo «tirado en el suelo, arrastrado por el perro». Después de esto, los progenitores han llevado el caso al juzgado porque no llegan a un acuerdo con el dueño del animal, que «sigue vivo y sin atar en una finca abierta». 

Según Eliazar, a su hijo le salvó la vida «un hombre que llamó a gritos al perro y este atendió a su llamada». Fue entonces cuando el niño, de sólo cinco años de edad, quedó libre de los mordiscos del perro que le ocasionaron cinco heridas en el rostro. El menor, después de visitar un ambulatorio y un hospital, fue derivado al HUCA dónde le pusieron puntos en la planta de cirugía plástica.

Según el informe médico forense, al que La Voz de Asturias ha tenido acceso, las heridas fueron cinco: la primera de 8 milímetros situada a dos centímetros del ojo; las otras cuatro, en la zona derecha del labio, tres de ellas de 1 centímetro y otra de 7 milímetros. El informe, de febrero de 2021, califica de 184 días de perjuicio de pérdida temporal de calidad de vida básico. No todas las heridas fueron físicas, también las tuvo psicológicas. En otro informe, se puede leer: «El niño tiene un comportamiento diferente, agresivo y duerme mal con reiteradas pesadillas nocturnas».

Perro con bozal

Un año después, la madre denuncia que el perro que atacó a su hijo «sigue vivo, libre y sin atar en una finca parcialmente abierta». De hecho, dice que no es la primera vez que el animal se escapa. «Ha ido al río e incluso ha estado cerca de mi casa», critica Eliazar. El dueño del animal, por su parte, y según la madre del menor, le dijo al niño que «le pondría una inyección por la que se quedaría dormido poco a poco», dado que el niño le dijo que no quería que el perro sufriera. Sin embargo, a día de hoy, el pequeño no entiende que siga vivo y le pregunta a su madre: «¿Por qué sigue ahí el perro?». El can, de tamaño mediano y mestizo de raza, fue valorado por el Seprona y no lo calificó de perro potencialmente peligroso. Según Eliazar, «sólo le instaron a que si lo dejaban libre, le pusieran bozal». Y ella misma repite: «Le instaron, no le obligaron».

Los progenitores, en un primer momento, decidieron hablar con los dueños, pero como no llegaron a un acuerdo, decidieron dejar constancia en la Policía, pero no pusieron denuncia. Según Eliazar, «no nos hicieron caso», así que tiempo después, se reunió con el Seprona, con la Guardia Civil y con la alcaldesa de Pola de Lena. Ahora, el caso está en los juzgados, concretamente, en el Juzgado de primera instancia e instrucción número 1 de Lena.

Eliazar Viejo también cuenta que, una vez que decidió ir a la Policía, quiso llevar pruebas de que el perro estaba suelto y en una finca abierta, por lo que se arrimó al puente de Campomanes desde el que veía al perro, pero con distancia, para sacarle unas fotos. Según ella, «el perro me olió, ya me conoce y vino corriendo desde la finca hasta mi». Afortunadamente, «el perro se quedó debajo del puente» y todo quedó en un susto más. Sin embargo, Eliazar no entiende por qué no hacen «nada» y cree que no harán nada hasta que otra persona, o ella misma o su hijo, no salga metida «en una caja de pino».

Actualmente, el niño «duerme con nosotros por la noche, tiene pesadillas» y lleva un año asistiendo a terapia psicológica. Han sido cinco las cicatrices que el perro le hizo, pero de las cuales espera que «no le dejen marca». Además, la madre remarca que «el perro lleva sin vacunar desde 2017» y que se siente «indefensa». «Aún tengo que dar las gracias porque está vivo», relata.