La lucha diaria de los asturfalantes: «Si no lo transmitimos, el asturiano muere»

La Voz REDACCIÓN

ASTURIAS

Asistentes a una manifestación por la Oficialidad del asturiano
Asistentes a una manifestación por la Oficialidad del asturiano Europa Press | Jorge Peteiro

Ellos son los que mantienen vivo al asturiano mientras la oficialidad ocupa el centro del debate político

28 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Los asturfalantes son los que mantienen al asturiano vivo en medio del debate político sobre su cooficialidad. El perfil de las personas que practican el asturiano en su vida diaria es variado, compuesto por mayores y jóvenes, de distintas clases sociales. Un rasgo común entre ellos es la tradición familiar que les acompaña, de abuelos, a padres y de padres a hijos. Defienden la cultura de su tierra a través del asturiano. Los asturfalantes reclaman el derecho total a usar su lengua y que esté reconocida al mismo nivel que tienen otras lenguas en otras comunidades autonómas.

Xuan Miyar, 69 años. Jubilado: «En 2011 empecé a hacer cursos en asturiano» 

Xuan Miyar
Xuan Miyar

Xuan Miyar tiene 69 años y ha hablado asturiano durante toda su vida. De hecho, sus cuatro abuelos solo hablaban asturiano. Él nació en Seloriu, Villaviciosa pero vivió en Gijón, donde reside en la actualidad, gran parte de su vida. Durante su vida laboral ocupó un puesto de mando intermedio en una empresa minicipal de transportes urbanos de Gijón, y ahora está jubilado. El asturiano siempre le llamó la atención, fue la lengua con la que se crió y la que aprendió siendo un guaje. Fue a partir de 2011 cuando sus ganas de conocer el asturiano aumentaron. Comenzó con los cursos en Iniciativa pol Asturianu y ahora también domina la gramática, «antes solo falaba». Gracias a ese aprendizaje, Xuan colabora en el periódico digital Villaviciosa Hermosa, en la sección «N’asturianu presta más», donde escribe relatos y cuentos en asturiano. 

Según explica Xuan, durante su etapa laboral utilizaba el asturiano, pero en ocasiones cambiaba el registro, intentando castellanizar su forma de hablar porque «no sabes con quien te cruzas e igual no lo habla. Si te hablan en castellano, por educación, les contestas en el mismo idioma». Sin embargo, en su relación con los compañeros, en 2012 empezó a realizar escritos breves y concisos en asturiano para notificaciones o avisos. «Frases cortas, que no fuera muy complicado y nunca tuve ningún problema. La intención era darle visibilidad al idioma», una iniciativa que fue bien acogida por el resto de trabajadores. 

Xuan lamenta que en la actualidad «se habla mucho menos asturiano» que cuando él era joven, «incluso en el pueblo. Los mayores, que antes hablaban asturiano cerrado, los que quedan ahora lo hablan menos». Xuan está seguro de que la situación que atraviesa el asturiano es por la fatal de protección y que la oficialidad otorgaría el status merecido a la lengua.   «Como no haya oficialidad, esto se muere», manifiesta Xuan, que opina que el futuro de la lengua depende del marco legal que garantice su conservación

 Alma Hidalgo, 17 años. Estudiante de bachiller: «Estoy convencida de que se va a lograr la oficialidad»

Alma Hidalgo
Alma Hidalgo

Alba Hidalgo tiene 17 años, es de Gijón y cursa el bachillerato artístico. Está vinculada «codo con codo» con «Iniciativa Pol Asturianu«, este año fue una de las responsables de su stand de la Feria de Muestras. Trabaja en Sentir Asturies, el programa de radio en asturiano de Radio Televisión del Principado de Asturias (RTPA) como colaboradora. En el colegio y en el instituto siempre escogió el asturiano, anteponiendo otras opciones. El asturiano es algo que aprendí en casa y que no me planteo una realidad sin ello. En mi familia hablaban amestao.  Lo aprendido en casa sumado a la escuela, despertó la conciencia de «asturianía», que le hizo interesarse más por la cultura de su región y cursar el B2 en asturiano. 

Alma explica que es verdad encontrar a gente falante, pero «yo he tenido suerte y con mi entorno cercano puedo hablarlo y que me hablen». Alma cree que el asturiano está visto como una lengua vulgar, «hay una especie de discrimación», lo que obliga a cambiar el registro utilizado en función de la pesona, a esconder el acento, porque hay personas que no tratan de la misma manera a alguien cuando habla en asturiano

Alma confía en que en un futuro cercano la oficialidad sea una realidad. «Nunca estuvo el tema tan sobre la mesa. Pensar en la desaparición de la lengua ahora mismo es casi imposible». En su opinión, la oficialidad supondría darle al asturiano «una nueva vida, más digna; a verla con otros ojos. La oficialidad es una forma de asegurarse de que existe en un futuro y que mis hijos vivan con ello». «Si no se cooficializa, no se le pone en las escuelas, y no se le da una vida digna, desaparecerá. El gallego se estudia, hay plaza de docente...Si no se consigue la oficialidad, la llingua va a desaparecer», lamenta Alma. Conseguir ese nuevo enfoque, opina, es dignificar la lengua. Alma está convencida de que al final se conseguirá la oficialidad, más pronto que tarde: «No me planteo que no pase. Es algo que puedo hasta sentenciar». 

Lluismi y Pablo Alonso, 49 y 10 años. «Es necesario porque los guajes son el futuro, si los padres no se lo transmitimos, el asturiano muere»

Lluismi y Pablo Alonso
Lluismi y Pablo Alonso

Lluismi tiene 47 años y es técnico de turismo en InfoGijón, donde reside. Es padre de un niño de 10 años, Pablo, al que desde pequeño le han enseñado asturiano. «Intentamos que el niño conozca sus raíces, de dónde viene, su cultura», argumenta Lluismi sobre el interés de que su hijo aprendiese asturiano desde que empezó a hablar. El caso de Lluismi es particular, sus padres eran de Castilla y salvó su abuelo, que era de Aller, sus familiares no eran asturianos y tampoco lo hablaban. Cuando sus padres emigraron a Asturias, siendo él pequeño, empezaron sus pasos en el asturiano. «Aunque no tenga la tradición familiar, siempre me interesó», explica Lluismi. 

En su trabajo, muchos turistas le preguntan por la toponimia de la región. Lluismi cuenta que los visitantes están encantados de descubrir las singularidades del asturiano. «A veces se interesan más los de fuera que los de aquí» pero, según cuenta, el registro de habla lo adapta para que todos los visitantes lo puedan entender.  «Cada vez está más normalizado. Tener acento, que haya diversidad de lenguas, es enriquecedor para la cultura», Lluismi lleva dos años intentando entrar en los estudios de B2 de asturiano, pero «hay más demanda que oferta y quedé fuera».

Él y su mujer, decidieron que su hijo Pablo estudiase asturiano porque «es una esencia de lo que somos y de lo que fuimos». Según explica Lluismi, sin ser bilingües «intentamos falar lo máximo posible con el guaje en casa». Lluismi argumenta que, una vez comienzan la edad de escolarización, los niños reciben la gran parte de la educación en castellano. «Castellanizan más la forma de hablar. Nuestro hijo hablaba mejor asturiano hace 5 años que ahora, les pasa a casi todos», cuenta.

Que su hijo aprendiese asturiano«Siempre no pareció importante». Desde pequeño, le han leído a Pablo libros en asturiano, y participado en actividades en asturiano con otros niños en asociaciones de familias. «Es necesario porque los guajes son el futuro, si los padres no se lo transmitimos, el asturiano muere. Y si muere, muere lo que fuimos y parte de lo que somos y la cultura».

Jennifer Berrocal, 29 años. Administrativa: «Debemos tener el mismo derecho a hablar en nuestra lengua»

Jennifer Berrocal
Jennifer Berrocal

Jennifer es originaria de Mieres pero reside en Gijón, donde trabaja como administrativa. A sus 29 años, lleva hablando asturiano desde que era pequeña. «Desde siempre. Tal vez no es asturiano como tal porque en las cuencas mineras es frecuente que hablen amestao», y así fue como empezó la lengua, hasta años más tarde le interesó tanto como para aprender el idioma.  Ella utiliza el asturiano en su día a día, con su familia, con su grupo de amigos. Jennifer explica que, algunos más otros menos, la mayoría hablan y entienden el asturiano a la perfección.

En su vida laboral, Jennifer cuenta que en función de con quien trate, varía de una lengua a otra, del asturiano al castellano, especialmente con los clientes. Sin embargo, en sus relaciones laborales con compañeros de trabajo utiliza el asturiano. Para Jennifer, la oficialidad es necesaria para poner en valor la cultura asturiana. Sin la protección necesaria, es muy posible que parte se pierda. Pero Jennifer es positiva en cuanto a la oficialidad. «Creo que está más cerca que nunca», asegura que se trata de los derechos de todos los asturfalantes y pone de ejemplo a los vecinos gallegos y su idioma. «¿Por qué el gallego está reconocido mientras que el asturiano no? Es injusto, tenemos el mismo derecho a hablar en nuestra lengua».