Por qué el occidente de Asturias podría ser la batería de almacenamiento hidráulico

Juan M. Arribas

ASTURIAS

F. Sotomonte

22 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde el verano se conocía el interés de compañías como EDP y Endesa por poner en marcha en Grandas de Salime y Tineo proyectos de centrales reversibles para aprovechar el almacenamiento hidráulico de energía; pero ahora una empresa más ha puesto el foco en el occidente de Asturias de manera que la comunidad podría convertirse en un polo de este tipo de tecnología, hasta el punto de que sólo es superada por Andalucía en las iniciativas que han enviado su documentación al Gobierno central.

Según recogió El Periódico de la Energía, la compañía Magtel ha propuesto 13 proyectos de centrales hidroeléctricas de bombeo y los principales se encuentran en Asturias, y con elevada potencia: Doiras con 400 MW, Soto de La Barca, con 300 MW y Grandas de Salime con 265 MW. La clave de estas iniciativas está no sólo en la producción eléctrica sino en la capacidad de almacenar la energía, uno de los elementos clave de la transición a nivel europeo en su apuesta por la sustitución del carbón por renovables.

¿En qué consiste el almacenamiento hidráulico? El proceso se inicia bombeando agua hacia un embalse superior «cuando se necesita energía, el agua se libera y es turbinada, transformándose en electricidad. Al hibridarlo con un parque eólico o una planta fotovoltaica, el exceso de energía generada por estas instalaciones renovables podría almacenarse a través del bombeo hidráulico. Una vez almacenada, esta energía podría ser liberada cuando la red tuviese una demanda eléctrica alta», según explica la Plataforma Tecnológica del Sector Eólico, REOLTEC.

De formalizarse todos los proyectos, Asturias, y en concreto el ala occidental podría convertirse en un polo de almacenamiento hidráulico. El diario especializado en energía citó que actualmente, España cuenta con 3.331 MW de potencia instalada de bombeo. Según la planificación del Gobierno a través del PNIEC 2030, se pretenden alcanzar los 6.831 MW, es decir añadir unos 3.500 MW más de bombeo en toda España en la próxima década.