El final del narcobuque hundido: el Nehir se desguazará para confirmar si oculta 2.000 kilos de coca

ASTURIAS

El Nehir, en el puerto de Gijón, donde se encuentra
El Nehir, en el puerto de Gijón, donde se encuentra

El barco capturado en A Mariña y remolcado al puerto de Gijón será despiezado por una empresa de la ciudad por orden de la Audiencia Nacional. La tripulación, tras hundir el buque hace un año, aseguro que además de los 1.800 kilos incautados había dos toneladas más

26 ene 2022 . Actualizado a las 21:20 h.

Tiene 52 metros de eslora, bandera de República de Palau, está bautizado como Nehir y lleva un cargamento millonario de cocaína en su casco del que únicamente se han logrado recuperar 1.800 kilos. Ocurrió el 22 de febrero del 2021, en aguas de A Mariña, a 90 millas de Viveiro. Agentes del Grupo Especial de Operaciones (GEO) de la Policía Nacional abordaron —por indicación del Juzgado Central número 1 de la Audiencia Nacional— el buque, ya entonces semihundido.

Los nueve tripulantes, de Turquía y Georgia, al verse acorralados, decidieron enterrar en aguas del Cantábrico la prueba del delito. El GEO, en una operación marítima conjunta con la Guardia Civil y el Servicio de Vigilancia Aduanera, incautaron 1.800 kilos. A mayores, en el interior, y según declaró posteriormente la tripulación, resta una cantidad que rondaría los 2.000 kilos, con un valor de mercado de 60 millones de euros.

El Nehir acabó con la quilla al sol en aguas lucenses y, por las malas condiciones de navegación, se tardó dos semanas en remolcarlo a puerto. Se eligió el de El Musel, en Gijón, donde permanece desde entonces, hace ya 11 meses, a la espera de una solución al fin resuelta sobre el papel. La dictaminó el mismo juzgado de la Audiencia Nacional en un auto firmado en noviembre, explica la Autoridad Portuaria de la ciudad asturiana: «Ha resuelto y comunicado que se destruya el buque Nehir, a través de esta Autoridad Portuaria, por una empresa ubicada en el puerto de Gijón autorizada para el desguace de buques de más de 500 GT, denominada DDR Vessels».

La resolución judicial implica adjudicar el trabajo a esta firma, que todo indica que financiará el Ministerio del Interior, a través del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado. El trámite administrativo está pendiente de iniciarse, por lo que aún resulta una incógnita fechar el inicio del trabajo. La situación resulta incómoda para el Puerto de Gijón, que recuerda la conveniencia de no demorarlo demasiado por la delicada posición del pecio: «Las precarias condiciones del buque han exigido adoptar una serie de medidas para evitar cualquier accidente de contaminación marina, movimiento incontrolado del buque o hundimiento total del mismo; soportando los gastos generados hasta la fecha esta Autoridad Portuaria».

La destrucción del Nehir no está reñida con la recuperación de las dos toneladas de cocaína que se sospecha alberga el buque. De confirmarse su existencia, y más allá del deterioro de la droga, supondría certificar el pesaje real del alijo transportado por el Nehir frente a las costas de Galicia en febrero del 2021. Una empresa del sector, consultada por La Voz, aclara que el modelo de trabajo habitual en estos casos implica, primero, fondear el pecio frente a la zona de trabajo, amarrarlo y rodearlo de una barrera anticontaminante flotante.

Imagen de los 1.800 kilos de cocaína requisados en el Nehir durante el abordaje frente a la costa de Lugo
Imagen de los 1.800 kilos de cocaína requisados en el Nehir durante el abordaje frente a la costa de Lugo Guardia Civil

En el caso del Nehir se desconoce si aún conserva combustible, por lo que se tomarán precauciones al izarlo por si se gira y vierte líquido al agua. Ya en tierra, sobre un zona plastificada y una cama de arena, también por si hay vertidos, se posará el casco.

Se creará además un perímetro de seguridad antes de desmontar la estructura extrayendo planchas de acero. En el caso Nehir, llegado ese momento, se sabrá si lo afirmado por la tripulación es cierto y aún faltan por aflorar 60 millones de euros en cocaína. Una fortuna en formato polvoriento que sumar a los 58 millones de euros que suponen los 1.800 kilos de coca que sí dio tiempo de decomisar antes del hundimiento.

El último señor de la droga detenido en Europa, propietario de las toneladas de cocaína

El abordaje del Nehir no arrastraba una investigación previa judicializada. Su rumbo errático, navegando frente a las costas gallegas, e información policial de calle, pusieron la lupa sobre el buque. La investigación y el abordaje fue compartido entre la Guardia Civil, Vigilancia Aduanera y la Policía Nacional. Se judicializó en la Audiencia Nacional sin que hubiera detenciones en tierra ni otros avances concretos en el procedimiento judicial. Lo siguiente que trascendió llegó el pasado diciembre, en el marco de la operación Mvrand. La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil arrestó, hasta la fecha, al último señor de la droga en España y Europa: Fikri Amellah Agharbi. Natural de Marruecos, residente en Barcelona y detenido junto a buena parte de su familia.

Era un objetivo prioritario de la agencia antidroga de los EE.UU., la DEA, con capacidad para negociar con proveedores en Sudamérica y transportar grandes y numerosos alijos de cocaína hasta su país. Una vez allí, a través del Estrecho de Gibraltar, los introducía en España para repartirlos por el país y el resto de Europa.

En el transcurso de la investigación contra Fikri Amellah, la UCO obtuvo pruebas, judicializadas en la causa, que permiten relacionarlo con el alijo del Nehir. También con los contactos necesarios para contratar a organizaciones de narcolancheros en Galicia que salieran a recoger sus portes de cocaína procedentes de Sudamérica. Incluso blanqueando dinero con un vecino de O Salnés, Roberto Martín González, al que le requisaron más de 500.000 euros en metálico en tres viviendas.

Fikri Amellah es igualmente codiciado para las autoridades policiales de su país, que lo reclaman en extradición para responder por un alijo de 1.000 kilos de cocaína incautado en el país. Se le atribuye, entre otros delitos, capacidad para importar cocaína en aviones que, tras cruzar el Atlántico, aterrizaban en suelo marroquí para, posteriormente, acabar despachándose en el Viejo Continente.