Sastre redescubre a Rosa Chacel en «Estación. Ida y vuelta»

Marcos Gutiérrez ASTURIAS

ASTURIAS

El músico asturiano Sastre
El músico asturiano Sastre Samuel Fonseca

El artista gijonés, integrante de Al Altu la Lleva y corista de Nacho Vegas presenta su primer disco en solitario, basado en la obra de la escritora de la Generación del 27

12 feb 2022 . Actualizado a las 11:24 h.

Sastre (Gijón, 1990), corista en Al Altu la Lleva y de Nacho Vegas desde 2014 publicaba a finales del pasado año su primer disco en solitario, titulado «Estación. Ida y vuelta». Se trata de un trabajo cuyas bases se asientan firmemente en la obra homónima de Rosa Chacel, de 1930. Los siete temas que lo componen fueron grabados en Gijón entre junio de 2018 y julio de 2021, cada uno con técnicas distintas, en diferentes lugares y con diferentes personas. Una heterogeneidad intencionada que logra la cohesión a través de la profundidad de la voz de su autor. La música es original y las letras están compartidas con Chacel, con el consentimiento expreso de sus herederos.

«Estación. Ida y vuelta» fue masterizado en Seattle con un máster específico para vinilo y otro para digital. Su puesta de largo en directo tuvo lugar dentro de la programación del pasado Festival Internacional de Cine de Xixón. Recientemente el trabajo era nominado a los premios AMAS 2022 en la categoría de mejor disco de otras escenas.

 Se trata de un disco personal, entusiasta y experimental, que musicalmente se mueve entre lo oscuro y lo preciosista, entre la esperanza y la intimidad. Sigue la estructura del libro, mezclando en el relato sonoro la historia del libro con lo que Chacel llama literatura viva.

Además del hecho de basarse en un libro, el álbum cuenta con el interés de realizar una reivindicación activa de la figura de Rosa Chacel y, por alusiones, de las Sinsombrero. Chacel escribió su obra cuando ya tenía 32 años, uno menos que Sastre cuando publicó este trabajo. Pese a que comenzó a grabarse en 2018, la idea de hacer realidad este proyecto «empezó bastante antes, como en 2015». «No es que estuviera buscando hacer un disco sobre un libro en concreto», apunta Sastre.

Y es que, como él mismo dice, por «coincidencias del destino» estaba «en la biblioteca Jovellanos de Gijón buscando un libro y topé con este». «No me sonaba de antes y me llamó la atención. Venía en una edición roja antigua muy chula, lo leí y me maravilló tanto que tuve una pulsión de hacer algo con ello», resalta. Es por eso que comenzó a «subrayar frases y conceptos musicables».

Este artista gijonés «venía tocando en grupos desde años atrás y hacía algún retazo de canción», pero con el descubrimiento de la obra de Rosa Chacel «se confabuló todo y me puse con ello». Apunta que ha diseñado «el disco con la estructura del libro, mezclando los subrayados con letras mías». La idea no pasaba por «plasmar literalmente el libro en el disco, sino por hacer algo que hace la propia Chacel, que es literatura viva, juntar las experiencias de su propia vida en la obra y atraer al lector». «Con esa premisa lo fui haciendo un poco también», explica.

Desde el principio Sastre tuvo claro que deseaba «mezclar esa literatura viva con mis propias experiencias». «Es un disco un poco para mí también», reconoce. Admite que haber publicado el trabajo casi con la misma edad con la que Rosa Chacel escribió «Estación. Ida y vuelta» es «otra de las bonitas coincidencias» del proceso.

Indica que, a la hora de cohesionar temas de por sí estilísticamente heterogéneos, buscó conscientemente «que el estilo de cantar fuera un poco narrativo, que el relato tuviera esa hilazón y ese recorrido que la voz encajaba muy bien».

Insiste en que «lo heterogéneo de la música viene por pura experimentación en lo sonoro». «Hay un tema, el tercero, ‘Ida’, que lo grabamos con paisajes sonoros, un concepto que cuando estaba en la Universidad me pareció increíble», asevera. ‘Ida’ se registró «en la Carbayera de Tragamón, detrás del Botánico» y «habla sobre irse; pues al terminar la grabación apareció una moto y se coló al final de la misma», admite.

El componente visual del trabajo, con los clips que lo acompañan, es una parte determinante. Sastre explica que «la faceta audiovisual empezó por ir mostrando las canciones al resto de la gente». «Me encanta lo visual desde películas y series a videoclips», admite y cree que ese apartado «encajaba muy bien con las canciones, para darles otro punto de vista a la hora de oírlas».

Reconoce estar «encantado» con la recepción del disco. «A toda la gente que se lo voy enviando le está gustando mucho», admite orgulloso. «Me dan detalles y la verdad es que presta por la vida; unos destacan la voz, otros los arreglos de coro…», aclara. Comenta que «el concierto de presentación en el festival de cine fue una maravilla y salió muy bien». El músico defenderá en directo sus nuevos temas «este domingo en el Patio de la Favorita, en Gijón».