La guerra de Ucrania tras la invasión rusa es también una guerra de desinformación, hasta tal punto que en Twitter han comenzado a señalar como tales a los periodistas que trabajan para medios de comunicación del gobierno ruso y Europa valora vetar a varios de ellos por difundir bulos sobre el conflicto o, incluso, con mensajes antivacunas.
Pero la desinformación no se queda en medios gubernamentales sino que también hay un enrarecido combate en redes sociales para tratar de influir en la opinión pública y despertar incertidumbre y dudas. Un ejemplo es la difusión, desde una cuenta que se define como «ayuser» de un mensaje falsamente atribuido al presidente del Gobierno asturiano, Adrián Barbón en el que supuestamente el socialista habría dicho que «no me parece adecuado tener como referencia a gente comunista como Putin».
Pero ese mensaje está publicado en una cuenta falsa, que trata de suplantar la identidad del presidente asturiano y que no tiene el signo de verificación de Twitter. A pesar de no ser cierto logró ua gran difusión un millar de retweets.
La polémica sobre si Putin es comunista ha ganado gran protagonismo en el debate político español después de que buena parte de dirigente y medios conservadores tratara de impulsar esta etiqueta como una forma de criticar al Gobierno de coalición y poner en duda el respaldo de España a las sanciones europeas aprobadas contra Rusia. Putin nació en la antigua URSS y fue agente de la KGB pero su gobierno es de tinte nacional conservador, autoritario y ligado a la ortodoxia religiosa rusa.