Una asturiana pintora en el sector de la construcción: «Trabajes donde trabajes, te tienes que sentir una diosa»
ASTURIAS
Lydia Macías cambió radicalmente su trayectoria laboral en 2019: decidió comenzar un curso de pintura decorativa en construcción
08 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Poco a poco, los estereotipos y prejuicios de género van quedando atrás. Sin embargo, a día de hoy todavía existen muchas personas que mantienen la falsa creencia de que los hombres y mujeres no tienen las mismas capacidades ni pueden desempeñar los mismos puestos de trabajo. Lydia Macías es una de las mujeres trabajadoras asturianas en un oficio tradicionalmente de hombres, como es el de pintor. Macías tiene 30 años. Poseé la titulación de Pintura Decorativa de Construcción y actualmente trabaja en el Plan de Empleo del Ayuntamiento de Gijón, ciudad en la que reside. A sus 27 años dio un giro radical a su trayectoria laboral. «Siempre me ha llamado la atención el mundo del arte en general y empecé estudiando un módulo de fotografía». Después de acabar la titulación no encontró trabajo como fotógrafa y estuvo un tiempo trabajando en perfumerías y de camarera. Tras quedarse en el paro, decidió comenzar un curso de florista y trabajó en una floristería. Fue en 2019 cuando decidió cambiar radicalmente de sector, empezando un curso de Pintura Decorativa en Construcción en la Fundación Laboral de la Construcción.
Macías decidió comenzar el curso porque «me habían dicho que había salida y, como está relacionado con el arte, me lancé a intentarlo». Tras el periodo cursando las asignaturas y haciendo las prácticas, encontró una oferta de trabajo en el Ayuntamiento de Gijón y le cogieron poco tiempo después de graduarse. Según asegura Macías, que termina contrato a final de mes, el sector está al alza y hay una gran demanda de pintores titulados. Ella ya tiene apalabrados las próximas obras cuando terminé en el Plan de Empleo. «Hay muchos trabajadores experimentados pero, si no tienes el título, no puedes trabajar». En cuanto al salario de un pintor, Macías explica que depende mucho del mes, pues uno puede tener varias obras mientras que en otro ninguna.
En cuanto a ser mujer en un sector en el que una amplia mayoría son hombres, Macías asegura que, en su caso, le han tratado muy bien allí donde ha estado trabajando. «Personalmente no tengo queja. Siempre me han tratado bien y han valorado mi trabajo». Sin embargo, sí que le ha ocurrido alguna situación chocante. «Estaba pintando unas vallas en la calle, al aire libre, y pasó un señor por la calle y me dijo: ‘qué haces pintando ahí, ese trabajo es cosa de hombres... Simplemente estaba pintando, pero por el hecho de ser mujer me dijo algo. Es lo que significa ser mujer en un sector así, que para algunos con la mente cerrada es inimaginable». Situaciones como esta o no ser bien recibidas en el sector, tanto por los clientes como por los compañeros, puede ser una de las causas por las que las mujeres eligen trabajar en otras ramas. «Está claro que no todas las mujeres es por eso, pero el miedo a estar en un círculo en el que van a estar mirando con lupa todo lo que haces, puede echar para atrás. Eso hay que cambiarlo también por nuestra parte. Si entras ahí y te haces valer, demuestras lo que sabes;, les callas la boca a todos. La satisfacción de que la gente piense que no lo vas hacer bien y finalmente lo hagas perfecto, es una de las mejores sensaciones que hay en el mundo».
Para Macías, poco a poco el cambio es notable aunque siga habiendo prejuicios. «Los hombres y mujeres somos capaces de hacer las mismas cosas. Si hay pocas mujeres es porque creo que es un sector reacio a contratar mujeres. Creo que es una cosa que siempre pasó y que va a pasar, por desgracia. En parte, pienso que esa es una de las razones por las que las mujeres deciden no meterse en este tipo de trabajos. Ese pensamiento hay que cambiarlo, no solo el de los hombres, también el de las mujeres. Debemos creernos capaces de hacer lo que sea, lo que queramos, porque lo somos», afirma Macías.
Macías da un consejo a todas las mujeres, una frase que le dijo una amiga y que se ha convertido en un mantra para ella. «Entres donde entres a trabajar, sea en el sector que sea, te tienes que sentir una diosa. Si te sientes una diosa lo va a notar el mundo. Si crees que eres capaz de hacer cualquier cosa, la haces. Y si es un sitio que tienes mil ojos mirándote porque piensan que no lo vas a hacer bien, es todavía más necesario. Después, hacerlo bien es una satisfacción enorme».