Pasó de comercial a albañil a sus 38 años: «En la construcción se puede ganar sobre los 1.800 euros»

X. M. REDACCION

ASTURIAS

Manuel González realizando trabajos
Manuel González realizando trabajos

Manuel González se reinventó y volvió a formarse después de perder su trabajo de comercial a causa de la crisis sanitaria

21 mar 2022 . Actualizado a las 11:37 h.

La pandemia significó la pérdida de empleo para Manuel González, que en esos momentos trabajaba de comercial. El confinamiento y las restricciones supusieron que se quedase en el paro con 38 años y un panorama laboral en crisis nada esperanzador. «Con el covid la economía se hundió», explica González, que también fue uno de los afectados por la crisis del ladrillo de 2008, cuando de joven trabajó de peón en la construcción y entonces tuvo que cambiar de sector. La crisis son también una oportunidad y González aprovechó su periodo en el paro para reinventarse y volver a estudiar. «A mí siempre me había gustado el mundo de la construcción. Hubiera continuado de no haber pasado la crisis del 2008 y todo lo que signicó para el sector. Me habían dicho que había bastante trabajo actualmente y decidí estudiar el curso de albañilería».

Así fue como González comenzó sus estudios en la Fundación Laboral de la Construcción de Fábricas de Albañilería a comienzos de 2021. Desde el principio demostró habilidad y manejo y tuvo un alto rendimiento durante el curso. «Se me da bien porque ya tenía algo de experiencia de cuando era joven y además, me gusta, que también es importante en cualquier trabajo». Hizo las prácticas en una empresa de la zona y su desempeño fue tan óptimo que le contrataron nada más terminar el curso. Sin embargo, debido a que la empresa cerró a causa de enfermedad del propietario se volvió a quedar en el paro, aunque no por mucho tiempo. Rápido encontró otro trabajo como albañil, en el que estuvo varios meses. Actualmente forma parte del Plan de Empleo de Gijón. 

González explica que el sector se encuentra «en auge, a raíz de la pandemia mucha gente ha decidido reformar sus casas». Estará hasta 2022 en el Ayuntamiento de Gijón, pero cuenta que el sector privado demanda trabajadores cualificados. «Hay mucha gente con experiencia, pero sin la titulación de nada sirve. Las empresas privadas prefieren contratar a un oficial que un peón o ayudantes» por eso, un buen albañil, es muy demandado. A él ya le han ofrecido diversos trabajos, pero estará hasta final de año en el Plan de Empleo en Gijón. González explica que si está inscrito en el plan es gracias al certificado de profesionalidad que le otorgó el curso en la Fundación Laboral de la Contrucción. Según relata González, un albañil puede llegar a ganar sobre los 1.800 euros en el sector privado, alrededor de 1.200 en el sector público. También hay que tener en cuenta, recuerda, que en el sector privado depende muchos de los trabajos que tengas a lo largo del mes, uno puedes tener muchos y otro ninguno. A pesar de ello, González está muy contento, no solo por tener trabajo, sino porque también le gusta el oficio. 

Manuel había hecho «de todo» antes convertirse en albañil. Comenzó como peón en la construcción pero la crisis del sector le obligó a buscar nuevas alternativas. Estuvo en varios sectores, sin terminar de asentarse completamente en ninguno. «He tenido muchos trabajos en hostelería, en el mundo del marketing, de comercial…», este último lo perdió a causa de la crisis sanitaria. Para él, es importante estar abierto a nuevas alternativas o, como en su caso, a regresar a antiguos trabajos. «La construcción se me daba bien y me gustaba». De haber podido seguir trabajando en el sector, asegura que lo hubiera hecho. Gracias a la Fundación Laboral de la Construcción, encontró nuevas metas y una motivación laboral. Encontró trabajo nada más terminar sus estudios y actualmente tiene contrato hasta el próximo año. «No tiene comparación con las condiciones con, por ejemplo, la hostelería. Además de haber mucho trabajo en la actualidad, es un oficio que me gusta», asegura González, que recomienda a cualquier persona que se encuentre en el paro que sopese la posibilidad de estudiar algún curso similar. «Los oficios están muy demandados. Que no se lo piensen, que no es una pérdida de tiempo ni mucho menos, es una inversión».