«Grandes cambios sociales se introdujeron en España a través de la prensa rosa»

Alvaro Boro

ASTURIAS

Rosa Belmonte y Emilia Landaluce durante la presentación de su libro en Oviedo
Rosa Belmonte y Emilia Landaluce durante la presentación de su libro en Oviedo

Rosa Belmonte y Emilia Landaluce presentan en Oviedo su libro «Sobre nosotras. Sobre nada»

20 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Al igual que la calima y el polvo en suspensión, Rosa Belmonte y Emilia Landaluce llegaron a Oviedo para presentar su libro «Sobre nosotras. Sobre nada» (editorial La Esfera de los libros) dejando poso. La presentación fue organizada por la Fundación 16 de 24  con un lleno que, a no ser por las mascarillas, hacía olvidar el coronavirus, divirtieron e hicieron pensar a los allí presentes. Mucha gente bien y del Oviedín de toda la vida (abundante laca, maquillaje caro, pantalón tobillero y colonia de Loewe), entre la que predominaban las mujeres, quedó encantada con las periodistas, dos de las plumas más afiladas de la prensa española. 

-¿Qué tal la experiencia de escribir un libro a cuatro manos con una amiga? ¿Habéis tenido algún roce o discusión?-

-Rosa Belmonte: Para nada. Es un libro entre dos, pero cada una ha escrito lo suyo. Esto no ha sido algo como demonios hagan los de Carmen Mola.

-Emilia Landaluce: Cada una escribió sus relatos. Los leíamos, pero no nos metíamos la una en lo de la otra.

-Pese a tener unas infancias muy diferentes compartís visiones y opiniones muy similares, los relatos se complementan e interaccionan

-R.B.: Quizá por eso somos amigas. Pese a vivir en mundos y en épocas diferentes, al final, coincidimos en muchas cosas.

-¿Realidad o Ficción? ¿O como aquello que decía Pla de «-¿Habla en serio o en broma? -¿Hay alguna diferencia?»

-E.L.:Este es un libro de entretenimiento. No teníamos ninguna pretensión de hacer un libro de ficción ni una novela ni nada.

-R.B.- Casi todo es cierto.

-E.L: Y lo que no es cierto también es cierto.

-Aseguráis que escribís el libro para divertir. Y por dinero.

-R.B.:Nunca he entendido a esa gente que tiene necesidad de escribir. Este libro no está hecho con vocación de hacernos ricas, que sería estupendo.

-E.L.:Estoy con Rosa. Si pudiéramos escribir como Moccia y vender muchos libros nos encantaría, pero no sabemos.

-R.B.: Yo sólo escribo porque me pagan. Si fuese inmensamente rica no escribiría nada, ni una palabra.

-Se os ve contentas con la andadura del libro

-E.L.: Estamos contentas por no haber escrito un libro vulgar

-R.B.: No estamos en las listas de las más vendidas, pero el libro se ha movido.

-Emilia, tu madre es uno de los personajes principales. ¿Qué opina?

-E.L.: Está indignada, dice que la dejo fatal. Pero le gusta. A quién no le ha pegado alguna vez una madre, y yo se lo agradezco mucho

-R.B.: Dice que hablamos muy mal de ella, aunque nosotras le decimos que no, que es la estrella del libro

-¿Algún otro libro en mente?

-R.B.: Uno que nos haga ganar mucho dinero, entonces estamos aún pensando que podemos escribir que nos haga muy ricas

-E.L.: Esa es la idea.

- Es tu primer libro, Rosa. ¿A qué se debe haber esperado tanto tiempo?

-R.B.: Tuve varias propuestas, hasta una para escribir un libro sobre Belén Esteban, empecé alguna vez pero nunca me decidí.

-E.L.: Mi mayor mérito es haber logrado que Rosa escriba un libro.

-¿Cómo empezó su amistad?

-E.L.: Yo la leía y  la admiraba mucho. Le pedí que me presentara un libro y lo rechazó. Luego yo fui a ABC y trabajamos juntas.

-R.B.: Bueno, antes nos conocimos en lo de Federico (Jiménez Losantos). Me llamó diciendo que Federico me quería en su tertulia, que yo pensaba que de qué me iba a conocer Federico, y ahí nos conocimos.

-¿Cómo es trabajar con Federico?

-R.B.: Es algo muy divertido, es encantador.

-E.L.: Es un tío divertido y en el trato es de lo mejor. Te puedo garantizar que no hay nadie que haya trabajado con él que te pueda hablar mal

-Escribís de muchos temas: política, corazón, cultura, deportes, gastronomía. ¿Cuál es el tema con el que estáis más cómodas, de lo que más os gusta escribir?

-R.B.: Me gusta mucho escribir de cine, pero, en general, me gusta escribir de todo. La única sección en la que no he escrito en el periódico es economía, porque no tengo ni idea. Y la columna de opinión, algo que creo que es escribir en un periódico y no hacer periodismo.

-E.L.: Lo más fácil es escribir sobre política. Los artículos que más satisfacción me han dado han sido los escritos en tono de humor, de jugar con las palabras.

-Eres la columnista que más escribe y te da tiempo a ver todo, leer todo y saber de todo. ¿Cómo lo haces, Rosa?

-R.B..Porque lo hago todo mal, es fingimiento. Reconozco cuando alguien es un impostor porque los impostores nos reconocemos.

-Llegasteis al periodismo sin pretenderlo. ¿Habéis tenido el síndrome del impostor?

-E.L.: Todo el rato. ¿Pero qué es ser un impostor? Nadie lo sabe bien.

-R.B.: Yo estudié Derecho y sigo estando colegiada, nunca se sabe.

-¿Escribís pensando en el ‘clickbait’?

-R.B.: Nunca me he sentido presionada por eso, no suelo pensar en ello. Si hay veces que desperdicio los títulos porque no quiero adelantar lo que hay dentro, esto es un mal negocio para el ‘click’.

-E.L.: Yo sí que pienso más en ello. Hay que aprovechar la oportunidad y cabalgar la ola de la actualidad.

-Escribís de todo y sobre todo, no sois mucho de este torrente de lo políticamente correcto.

-E.L.: No debemos confundir la corrección política con un adoctrinamiento ni lo políticamente incorrecto con una provocación.

-R.B.: Hay una parte de lo políticamente correcto que tiene que ver con la educación y la civilización. Pero cuando eso se pasa de vueltas es ridículo, al igual que esa gente que te dice «yo es que no soy políticamente correcto”.

-¿Cómo valoráis la educación en España?

-R.B.: Yo creo que hay que ir al colegio, también he de decir que envidio esas educaciones americanas que se dan en casa a la gente que se lo puede permitir. Veo el ranking de los mejores colegios y está el San Patricio el mejor, veo a Victoria Federica y creo que yo en las monjas he salido mucho mejor. Estoy a favor de la educación formal, pero también en la curiosidad y en lo que cada uno tiene interés.

-E.L.: Amelia Valcárcel me dijo que estudiar no te garantiza ser buena persona, que es de lo que se trata.

-No escriben nada sobre su etapa universitaria.

-E.L.. Fue una época muy divertida de la que no recuerdo mucho

-R.B.: La universidad me pareció un paso a la burricie, no aprendías nada, sólo lo que tenías que estudiar para el examen que luego olvidas.

-¿La  cultura entiende de clases sociales?-

-R.B.. La cultura siempre ha venido de los señoritos. Dicen que existe la alta y la baja Cultura, pero nosotras, lógicamente, las mezclamos. No entiendo de estas clasificaciones, quién las hace y con qué criterio.

-E.L.: No hay que olvidar que la cultura siempre responde a un mercado.

-¿Es la televisión el chivo expiatorio?

-E.L.: El problema es que la gente se toma en serio lo que dicen en televisión, algo que dicen en Sálvame no puede ser tu guía de vida. Todo depende de cómo te lo tomes, hay gente que se ha tomado peor a Wagner o Nietzsche y se han hecho nazis.

-R.B.: Es más fácil ver la televisión que leer un libro, está claro. Pero la televisión ha ido mejorando y haciendo mejores productos que requieren un espectador más atento y mejor. Y Sálvame, por nombrar a un programa, me parece que ha sido fantástico y ha tenido una creatividad brutal.

-¿Os han menospreciado por tratar temas de prensa rosa?

-E.L.. La gente tiene poca memoria de lo que hacemos los periodistas, al poco no se acuerdan ni lo tienen en consideración. Y eso que ahora por culpa de lo Rociíto se ha mezclado el corazón con la política.

-R.B.- Está la cosa encabronada.

-E.L.: La crónica rosa es una ventana de libertad que no te permite la política. Grandes cambios sociales se introdujeron en España a través de la prensa rosa.

-R.B.. La gestación subrogada o el matrimonio gay, por ejemplo.

-Las últimas palabras de la madre de Rosa fueron: «No tengas críos». Así querías titular el libro, pero la editorial decidió cambiarlo por motivos comerciales. ¿Somos los hijos una carga querida pero innecesaria?

-R.B.: Tan innecesaria como nuestro libro.

-E.L.: Los hijos es muy difícil tenerlos porque tienes que buscar a la persona adecuada, tener dinero para que vivan bien y llevarles a buenos colegios y luego son una responsabilidad de por vida, no te puedes jubilar, estamos dando por el saco toda la vida.

-Emilia, tras el accidente estuviste varios días en coma. ¿En qué pensabas en ese momento?

-E.L.: Estaba a punto de irme para el otro barrio, pero mi mente lo que me hacía era estar en situaciones familiares y totalmente a gusto. Cuando volví no sabía ni dónde estaba ni nada, estuve unas semanas con la cabeza perdida. Me recuperé con el paso del tiempo y al ir normalizándose todo.

-R.B.: Es una sensación que seguro que se parece a la sedación de las colonoscopias.

-De la lectura del libro se desprende un gran cariño, amor, amistad.

-R.B.: Es como una hermandad amistosa, que no todos los hermanos se llevan bien. Somos interlocutoras, como dice Carmen Martín Gaite.

-E.L.: Es por afinidad, aunque más que nos gusten las mismas cosas es que compartimos nuestros odios.

-R.B.: El odio une mucho.

-¿El periodismo tiene futuro?

-R.B.: Por la mañana pones la televisión o la radio y están hablando de algo que se ha publicado en la prensa, los partidos se van a tomar pol saco por algo que se publica en los periódicos, Evidentemente que tiene futuro, ahora hay que ver qué hacemos con la publicidad y cómo logramos que la gente pague por algo que antes era gratis. Tenemos que vender una cosa por la que la gente quiera pagar.

-E.L.: Los periódicos tienen que dedicarse al lector, tanto a darle la razón como a confrontarlo. Un periódico al gusto del lector sería algo absurdo, una tiranía del cliente. La gente quiere calidad, por la calidad está dispuesta a pagar. La prensa tiene que volver la cara al lector y no a los anunciantes.

-¿Y el papel?

-E.L.: No sé si al papel, pero sí a la jerarquización que se da en él. La portada de un periódico, el espacio que ocupa una noticia, son importantes para la información y para el modo de recibirlas. Tiene razón Arcadi cuando dice que las webs de los periódicos son eyaculaciones de información.

-¿Mejor tener muchos amigos o mucho jamón?

-E.L.: Si tienes muchos amigos tocas a poco jamón.

-R.B.: Mucho jamón, mucho jamón.