Los transportistas llevan su protesta a la «Y» mientras Arcelor para el tren de alambrón

La Voz

ASTURIAS

La Guardia Civil ha identificado a 21 personas por actos violentos y ha escoltado a 251 vehículos en las últimas 24 horas

21 mar 2022 . Actualizado a las 18:47 h.

La octava jornada de paro patronal del transporte en Asturias recrudece sus protestas y han llevado una gran concentración de camiones en la autopista «Y» para ralentizar el tráfico como medida de presión. Los vehículos, que han partido de los principales centros logísticos del área central, están circulando a una velocidad media de 70 kilómetros por hora para hacer visibles sus reivindicaciones.

Las jornadas de bloqueo en la distribución han afectado severamente a varias empresas asturianas ante la falta de suministros y, según informa la TPAArcelor Mittal ha adelantado a hoy lunes la parada del tren de alambrón, en Gijón, al no poder dar salida a los materiales «el almacén ya no tiene más capacidad para acumular productos finalizados. Esta decisión se une a la anunciada la semana pasada para detener la producción en las instalaciones acabadoras por falta de suministros».

Según informó la Guardia Civil, en las últimas 24 horas se escoltaron 41 convoyes con 251 vehículos para tratar de evitar agresiones y afirman que han identificado 21 personas por actos violentos. Uno de los vehículos escoltados ha sido de la empresa Asturquimia, que proporciona a los ayuntamientos productos para garantizar la potabilidad del agua del grifo y que la semana pasada paralizaba su actividad.

En Asturias, la huelga es respaldada por UITA y Cesintra, dos de las tres organizaciones mayoritarias junto con Asetra, que no la secunda y que denuncia las trabas impuestas por los piquetes a los transportistas que sí quieren trabajar.

La plataforma convocante, que no tiene representación en el órgano de diálogo del sector con la Administración, el Comité Nacional del Transporte por Carretera, advierte de la «situación de quiebra» en la que se encuentran la mayor parte de las pequeñas y medianas empresas del transporte ante los elevados precios del combustible, a la vez que denuncian la precariedad laboral del sector.