Maxi Compán, Fe de Ratas: «Muchos de mis mejores momentos los he pasado encima de un escenario»

Marcos Gutiérrez ASTURIAS

ASTURIAS

Maxi Compán, segundo por la izquierda, junto a la formación actual de Fe de Ratas
Maxi Compán, segundo por la izquierda, junto a la formación actual de Fe de Ratas

El líder de los emblemáticos punkrockeros Fe de Ratas charla con la voz acerca de las dos décadas y media de andadura del grupo, su nuevo disco «25 años en las cloacas» y la gira que comienza el 1 de abril en la sala Tribeca de Oviedo

27 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Los avilesinos Fe de Ratas, una de las bandas asturianas y españolas más celebradas dentro del panorama rock y punk en las últimas décadas, están de aniversario. Cumplen nada más y nada menos que un cuarto de siglo en la brecha, y lo hacen con su nuevo trabajo «25 años en las cloacas», en el que revisitan para la ocasión algunos de sus temas más conocidos. Maxi Compán, líder de la banda, no puede evitar exclamar «¡cómo pasa el tiempo!» cuando se le recuerda que ya son nueve discos de estudio y dos directos los que llevan a su espalda. Unido al lanzamiento del nuevo álbum el grupo realizará una gira de presentación que empezará el 1 de abril en la sala Tribeca de Oviedo y les llevará a recorrer toda la geografía española, pasando por León, Salamanca, Bilbao, Madrid..., además de un buen número de festivales.

-¿Cómo se aguanta en un mundo tan complejo como la música durante 25 años?

-Buff, pues a base de ser un poco cabezón. La cosa no es fácil y mantenerse ahí no es sencillo. Hubo mejores momentos y los hubo peores, pero creo que es una profesión bastante guapa. Muy dura, pero bonita y tiene la parte buena de encontrarte con el público. Miro atrás y me doy cuenta de que muchos de los mejores momentos los pasé encima de un escenario. De alguna manera te haces adicto a eso.

-Lo celebran con el lanzamiento de un nuevo trabajo titulado «25 años en las cloacas», que revisita algunos de sus temas clásicos. ¿Qué nos podemos esperar en ese nuevo disco?

-Lo que quisimos hacer fue revisar todos los discos. Coger los temas que creíamos más representativos de cada uno. Ahí siempre tienes el problema de decidir cuáles dejas fuera y cuáles no. También está la percepción subjetiva, porque a lo mejor piensas que tal o cual canción es más importante que otra y el público lo ve de diferente manera. Sí que hay como unas diez que yo creo que son bastante indiscutibles, bajo nuestro punto de vista. No obstante el disco ya salió y ya tenemos los típicos comentarios de «¡Meca! ¿Cómo hacéis esta canción y no esta otra?». Hay como noventa canciones y es normal que alguien eche en falta alguna.

-Al fin y al cabo, seguro que si le hubieran encargado a 50 fans hacer por separado la selección de temas del disco habrían salido cincuenta versiones diferentes.

Claro, pero eso también está bien, porque te viene a decir que no eres un grupo de dos singles de éxito y que la gente solo se acuerda de ti por eso. Yo eso lo veo bien, que sea un poco pelea. Nos pasa en todos los discos, pero más si cabe en un recopilatorio. Cada vez que sacas un trabajo tienes que quitar algún tema del repertorio.

-También harán una gira que los llevará a ciudades como Oviedo, Madrid, Valladolid, Burgos,  Bilbao… ¿Hay muchas ganas de lanzarse a la carretera después de este paréntesis pandémico?

-Pues sí. En estos dos años algunos conciertos en teatros hicimos. De hecho, el que editamos ahora se grabó en pandemia, pero en unas circunstancias especiales, con la gente sentada, limitaciones de aforo… lo que presta es que parece que volvemos a la carretera con las condiciones que había antes y con las posibilidades de ver al público. No sé si tan pegadas, a golpes y desbocadas como andaban las primeras filas como antes de la pandemia, pero bueno. Supongo que hay un cierto miedo social todavía, pero por lo menos que no haya tantas limitaciones.

-¿Cómo han vivido la pandemia?

-Es curioso, porque al final las dificultades a veces te hacen sacar lo mejor de ti mismo. Lo que hicimos fueron un par de grabaciones en casa, algo que nunca pensamos que podríamos haber realizado. Estamos acostumbrados a grabar en el estudio y, de repente, nos vimos en esos meses en los que no se podía hacer nada. Compuse un par de temas al hilo de la pandemia, uno de ellos «Consume o muere», y se las propuse al grupo. Cada uno puso lo mejor de sí mismo y sacamos una especie de grabación casera, pero con un sonido muy decente que se subió a Spotify y a las redes sociales. Es hacer de la dificultad una virtud, gracias a la cual nos vimos capaces de grabar y mezclar nosotros. Por otro lado estuvo la complicación social de verte parado, no poder salir a la calle o a hacer ejercicio, que es como lo vivió todo el mundo. ¿Quién nos iba a decir que íbamos a pasar una locura así? Aún recuerdo pensar, al principio, «serán quince días» y llevamos así dos años.

-Fe de Ratas es un grupo acostumbrado a actuar ante audiencias de lo más variado, desde las salas y los teatros a los festivales, pasando por todos los aforos entre medias. ¿Prefieren tocar en salas con el público más pegado o ante grandes concurrencias?

-Yo creo que, realmente, las dos cosas tienen sus partes guapas. Salir a tocar ante 10.000 o 20.000 personas mola y te da un subidón de adrenalina grande. Eso sí, yo me quedaría con las salas más pequeñas o medianas, en las que el contacto con el público es más directo. Una sala de unas 200 personas de aforo puede estar muy guay cuando hay un buen ambiente. Es verdad que en los festivales grandes tienes límite horario, por lo que también está bien tocar tu set, poder ver a otras bandas y hacer lo que quieras sin que te corten.

-¿Cuáles eran sus influencias cuando comenzaba?

-Musicalmente en mi adolescencia mis influencias venían del heavy metal, cuando escuchaba Accept, Helloween y bandas así. Después empecé a grabar e intercambiarme con amigos del instituto cintas de La Polla Records, Reincidentes, Ilegales, Barricada, algo de Extremoduro… del heavy me gustaba la música, pero me di cuenta de que no entendía las letras y que, cuando lograba comprenderlas, me hablaban de dragones y espadas. Todo muy metafórico. Por eso me empezó a tirar una visión realista y una música más reivindicativa. Al final es un poco mezcla de esos dos estilos.

-¿Cómo cree que ha evolucionado Fe de Ratas como banda en estos 25 años?

-El mayor cambio se notó a partir de «Miseria frente a Miseria» (2003). Empezamos a ganar riqueza musical, arreglos de guitarra y a desarrollar una composición más elaborada, algo que también se comenzó a apreciar en las letras. De hecho, la primera canción con la que rompimos un poco a nivel compositivo fue «Querida Clara», que está en ese disco. Nos vimos hasta con miedo cuando la grabamos, por cómo se iba a tomar la gente una especie de balada, que no lo es realmente, porque es una canción política. Al final es uno de los temas que más repercusión tuvo para la banda y nos hizo ver que podíamos abrirnos a más estilos. Luego en «Tus demonios y yo» me metí en letras más íntimas y personales, buscando otro tipo de cosas. Más o menos seguimos por ese camino.

-Asturias es una región relativamente pequeña de la que, sin embargo, salen un buen número de grupos de diferentes géneros, ya sea de punk, heavy, pop, música electrónica, folk... ¿Cómo es esto posible?

-Creo que es porque la música está ahí, más allá de lo que cada uno tengamos de influencia. Con Internet se puede hacer llegar cualquier estilo de música allí donde cualquiera pueda encontrarlo. Gracias a ello yo mismo puedo descubrir influencias y grupos de punk en cualquier parte del planeta. Es una consecuencia de la globalización. Es curioso pero, por ejemplo, en zonas como Gijón se marcó a finales de los 90 una línea con el Xixón Sound, pero en Avilés no había dos grupos iguales. Cada uno veníamos de un sitio diferente.