Las secuelas de la huelga del transporte durarán hasta dos semanas más en Asturias

Luis Fernández
Luis Fernández REDACCIÓN

ASTURIAS

asturias huelga transporte.Escolta de camiones por la Policía Nacional
Escolta de camiones por la Policía Nacional Delegación del Gobierno en Asturias

La patronal alerta de la imagen de conflictividad social que se ha dado de la región

06 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Los transportistas han puesto fin a la huelga de forma temporal pero las consecuencias del paro seguirán notándose en Asturias. El desabastecimiento a las empresas ha provocado la ruptura del stock de aprovisionamiento en diferentes niveles de la cadena de producción y este problema no se soluciona de un día para otro. La patronal FADE estima que, en algunos casos, las compañías de la región necesitarán hasta dos semanas más para recuperarse. Además, Alberto González, director general de la organización empresarial, alerta de la imagen de conflictividad social que se ha dado de Asturias.

González asegura que la huelga «hizo mucho daño». Según los cálculos de la patronal, el impacto del paro en la economía asturiana fue de entre 300 y 320 millones. El responsable de FADE explica que, más allá del impacto en la economía diaria y el desabastecimiento de determinados productos en los supermercados, la huelga de casi tres semanas «afectó a todos los sectores del ámbito empresarial». Entre otros, menciona al industrial, el forestal, el agrario, el químico, el del cemento, la construcción… «El transporte es el medio que permite que todo funcione y en un país como España, donde más del 90% del tráfico comercial se realiza por carretera, mucho más».

González considera que el transporte tiene un problema que hay que resolver y estima que en los sectores en los que hay una alimentación de procesos productivos y se rompió la cadena de fabricación, las empresas tardarán una semana o 15 días en recuperarse. «Dependiendo de dónde se rompió el stock de aprovisionamiento el imparto será uno u otro», añade.

La imagen de Asturias

Respecto a la huelga de los transportistas, el responsable de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE) alerta de otro «hecho diferencial» que, a su juicio, se produjo en Asturias. «Salvo quizá en Galicia, una parte de Andalucía y otra del País Vasco, el impacto del paro fue mínimo en España, mientras que en Asturias fue altísimo», afirma González. «La región ha dado una vez mas una imagen de conflictividad porque aquí cualquier problema se multiplica respecto al resto de España», sostiene antes de apostillar que «eso es un factor negativo».

En cuanto a los motivos del conflicto, González señala que entraron en juego dos factores. Uno coyuntural, con un importante aumento del precios del combustible en un corto espacio de tiempo, y otro estructural. En este último punto, el director general de FADE destaca el «problema de fondo» que tiene el sector del transporte de mercancías en España. «Ningún gobierno metió mano ahí y es un problema que sigue sin resolverse. Lo que se ha hecho puede ayudar pero no es la solución definitiva. Hay una atomización muy fuerte y más oferta que demanda, por lo que creo que hay que mirar a otros países para ver cómo se arregla», afirma. 

«Un cóctel explosivo»

La huelga del transporte ha sido un elemento más en un contexto económico que lastra el crecimiento y que dificulta la recuperación ahora que parece que se relaja la pandemia del coronavirus. «Hay una alteración del sistema que teníamos en los mercados internacionales: una guerra que pasa factura en materias primas, en el suministros de energías, genera inseguridad en los mercados, veremos qué pasa con los tipos de interés… y esto provoca que el consumo se resienta», explica González.

Todo esto tiene consecuencias en la inflación y se genera «un cóctel explosivo que ya veremos cómo se resuelve». El responsable de la patronal reconoce que la solución es complicada pero considera que «deberíamos tener puestos los focos en los problemas importantes. En mi opinión, estos son los costes de la energía, el control de variables como la inflación y los costes descontrolados en materias primas y precios». «Entramos en modelos de resolución compleja, porque no existe una receta. Uno más uno no son dos y hay que calibrar todas las decisiones que se toman», añade. «Lo que se se necesita es claridad de ideas y decisión en la ejecución de políticas para atajar estos problemas», concluye.