Compran por 13.000 euros tres casas, una capilla y un hórreo para cambiar de vida

José Francisco Alonso Quelle
josé alonso BOAL / LA VOZ

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Una pareja de Mallorca se trasladará a una aldea del Occidente asturiano donde en la actualidad viven dos personas

19 abr 2022 . Actualizado a las 13:35 h.

De Mallorca a la aldea de Cabana de Ouría, una aldea de Boal, en el Occidente asturiano, donde en la actualidad residen dos vecinos. Es el giro que quieren dar a su vida William Hernández, un joven de 30 años, y su pareja, Viçent Matas, que frisa los 50. Y para ello, tras una larga búsqueda, se han hecho con una propiedad semiabandonada que tenía a la venta Inmobiliaria María (especializada en inmuebles rurales de bajo coste en la zona fronteriza asturgalaica) conformada por tres viviendas, un hórreo restaurado y una capilla también en buen estado de conservación, todo por 13.000 euros. Su idea, que tiene mucho de proyecto vital, es dar un giro a sus vidas, trasladarse, ir restaurando poco a poco los inmuebles y abrir algún tipo de negocio.

Viçent trabaja en una mutua y William en un banco: «Soy colombiano y me encanta el clima más templado. Estábamos buscando algo más al norte, por Italia, Francia y al final encontramos esta propiedad en Boal. Vimos las fotos, nos agradó y el precio estaba muy bien. Decidimos ir a verla pero el anuncio desapareció de Internet. Entonces seguimos buscando, por Francia e Italia, donde el precio es más asequible que en España. Pasó el tiempo y, de repente, vimos otra vez el anuncio de Vega de Ouría. Contactamos con la inmobiliaria y nos dijeron que no intermediaban sin mostrar la propiedad, así que decimos ir allí. La zona es espectacular, el valle es muy hermoso y nos enamoramos del lugar. Todo está por reformar, pero las vistas son maravillosas, merece la pena», relata William.

Al llegar se encontraron con una aldea, Vega de Ouría, a unos 12 kilómetros de la capital del concejo de Boal (1.452 habitantes), donde no hay ni una sola persona empadronada. «Pero realmente hay dos vecinos: una pareja de Madrid, gente mayor que fue en la época del covid, que restauraron la vivienda y decidieron quedarse allí a vivir. Hay una tercera vivienda, de una pareja que solo va en verano. Nosotros seremos los terceros».

Escrituraron la propiedad en enero: «Tenemos la ventaja de que a ambos nos gusta mucho el campo. Estuvimos allí unos días -cuenta William desde su domicilio en María de la Salud, en Mallorca- y está muy bien. Lo que queremos es estar lejos de los principales pueblos, pero no aislados, y la carretera que pasa enfrente de la casa está en perfecto estado».

«Lo que buscamos es desconectar. Por lo menos, intentar el proyecto»

La vivienda principal tiente tres plantas. Es la que primero van a restaurar: «Vamos a ir poco a poco. El tiempo que hemos estado allí hemos visto que pasan pocos coches pero muchos ciclistas y por eso tenemos la idea de hacer algún tipo de comercio o negocio rural al pie de la carretera. Ahora el asunto económico está complicado, pero trataremos de optar a algún tipo de subvención», explica William Hernández. Y añade: «Hemos estado limpiando y retocando cosas y nuestra idea es empezar este año con la reforma, que será estructural. Nuestro proyecto lo tenemos claro: ir allí y cambiar el chip. Mallorca es demasiado turística, hay mucha gente y lo que buscamos es desconectar. Por lo menos, intentar el proyecto. Tengo tres sobrinos en Colombia y la idea es que con el tiempo vengan con nosotros, que vean el valle, toda su belleza y apostar por ese modo de vida».