Revilla y Barbón contraponen la unión asturcántabra ante la «toxicidad» de Ayuso

La Voz

ASTURIAS

El presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón (d), y el de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, visitan la I Muestra de Gastronomía Cántabra, este domingo en Pola de Laviana
El presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón (d), y el de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, visitan la I Muestra de Gastronomía Cántabra, este domingo en Pola de Laviana Eloy AlonsoEFE | EFE

Los presidentes de Asturias y Cantabria defendieron sus posiciones comunes sobre lobo o financiación autonómica

08 may 2022 . Actualizado a las 17:29 h.

Los presidentes de Asturias y de Cantabria, Adrián Barbón y Miguel Ángel Revilla, han reivindicado los lazos de unión entre ambas comunidades frente a la «toxicidad» que existe en la política española, en la que los partidos «son enemigos y no rivales».

Así se han expresado este domingo en Laviana, localidad natal de Barbón, donde han realizado una visita al consistorio y, posteriormente, se han desplazado a la I Muestra de Gastronomía Cántabra.

El jefe del Ejecutivo asturiano ha destacado «el triunfo de las políticas de las personas normales» sobre aquellas que «quieren trascender» y ha subrayado las posiciones «comunes» de Asturias y Cantabria frente a la despoblación, a la catalogación del lobo o en materia de financiación autonómica.

Así, Barbón ha expresado que los «lazos de hermandad» entre ambos territorios son «buenos» frente a la «toxicidad» y el «nivel de insulto y ataque visceral» que impera en la política española.

En este sentido, ha rechazado contestar a las «descalificaciones» de su homóloga de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que calificó de «aduaneros» a algunos presidentes socialistas, punto en el que ha pedido «más convivencia», como están haciendo Asturias y Cantabria.

Por su parte, Revilla ha asegurado que ambas comunidades son «territorios hermanos», mientras que en otras partes del país la política «ha cambiado a peor» y ha desaparecido el «espíritu de concordia» de hace años.

«No había la guerra que hay ahora. Se ha trasladado un cainismo donde cada uno va a lo suyo, no hay manera de encontrar consenso, no hay concesión al rival. Son enemigos y no rivales», ha apuntado tras sostener que le «deprime mucho» constatar que en los debates en el Congreso no se abordan los temas del país, sino «denuncias de unos contra otros».

Revilla se ha mostrado convencido de que Barbón sacará en las próximas elecciones «mayoría absoluta» y ha indicado que su partido lo tiene «más complicado» en Cantabria, porque «entre Vox y PP, como sumen, la hacen», al tiempo que ha señalado que aún no ha pensado si repetirá como candidato.

El jefe del Ejecutivo cántabro ha asegurado que «nunca» alcanzaría un pacto con Vox, pero teme que los populares «si salen los números, lo van a hacer en España», una cuestión «preocupante».

Por otro lado, el presidente cántabro ha reivindicado un sistema de financiación que valore el coste real de los servicios, una postura que también comparte Asturias, dado que se trata de un «principio de igualdad que no puede rechazar nadie».

El cántabro también ha expuesto el problema que viven las zonas rurales de la comunidad, con la «escabechina» que están produciendo los lobos a las ganaderías.

En este punto, se ha dirigido a la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, para asegurar que «no sabe qué es haber criado» una raza y que «luego te destrocen el rebaño».

«No han vivido en los pueblos y no saben que hay que tener un equilibrio entre las personas y los animales. Yo no estoy a favor de eliminar el lobo, es una especie que hay que proteger, pero hay que proteger más a las personas. Y, en este momento, parece que quieren convertir a la zona de Cantabria en un parque temático de lobos», ha recalcado.

Sobre otras cuestiones, Revilla ha indicado que se han producido «avances» para alcanzar la Denominación de Origen de la anchoa del Cantábrico.

Espionaje con Pegasus

Sobre el escándalo de espionaje con el programa Pegasus, Barbón ha indicado que no tiene «ningún problema» en que le rastreen «o hagan lo que quieran con el móvil» y que «lo importante» es que haya un Centro Nacional de Inteligencia que «actúe bajo el amparo de la ley». «Todo lo demás es polémica».

«Yo no tengo miedo que me controle a mí, si es que tiene razones para hacerlo. No sé por qué hay tanta gente que tiene miedo. Si se espía con autorización judicial, adelante», ha subrayado, por su parte, Revilla.

El cántabro ha indicado que España es un «país democrático» y que él se siente «más seguro» si sabe que el CNI vigila «para que ningún país extranjero se meta en injerencias nuestras y para que se preserve la unión de España», siempre con «autorización judicial»; informó EFE.

La reforma del Estatuto

Por otra parte, Barbón, ha señalado que la reforma del Estatuto de Autonomía, que incluya la declaración de oficialidad del asturiano, está «preparada», pero no se puede aprobar porque requiere el apoyo de 27 parlamentarios. «En el momento en que el diputado que falta por confirmar (en alusión al portavoz de Foro, Adrián Pumares) me confirme que esté dispuesto, la reforma estatuto está preparada y la presentamos inmediatamente».

Así se ha pronunciado un día después de que cientos de personas hayan salido a las calles de Oviedo para exigir que se impulse la oficialidad del asturiano, meses después de que se hayan dado por concluidas las negociaciones políticas para una reforma estatutaria que lo permita en la presente legislatura.

La Xunta pola Defensa de la Llingua Asturiana (XDLA), organizadora de la marcha, ha reclamado al Gobierno de Barbón que cumpla su promesa electoral y siga negociando la oficialidad, dado que es el «único» que tiene la capacidad para hacerlo.

Tras cinco meses de conversaciones entre PSOE, Podemos, IU y Foro, el Gobierno socialista suspendió la negociación y aparcó la reforma del Estatuto de Autonomía, que contemplase la oficialidad, hasta la próxima legislatura a la espera de que el resultado de las elecciones autonómicas de 2023 configure un parlamento en el que más de tres quintas partes de los diputados estén a favor de la oficialidad.

La formación forista, clave para que se alcanzaran los 27 escaños necesarios para aprobar la modificación, condicionó su apoyo a esta medida a la adopción de otras relativas a la fiscalidad.