La Declaración de Monteagudo: recetas para revivir la Asturias rural

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Vacas en Asturias
Vacas en Asturias

Un documento elaborado por seis personalidades plantean fórmulas para transformar el mundo rural. Dicriminación positiva, aprovechamiento forestal, indemnizaciones compensatorias a explotaciones, entre las medidas

09 may 2022 . Actualizado a las 17:24 h.

El Principado necesita un reequilibrio territorial recogido en una Agenda Rural para Asturias, según propone el documento «La Declaración de Monteagudo. Un futuro para la Asturias rural» en el que se señala como gran objetivo convertir a las zonas rurales en lugares apropiados para vivir, estudiar, producir, trabajar y formar una familia.

Así lo recoge el trabajo elaborado por seis personalidades con una acreditada vinculación, desde distintos ámbitos, al entorno rural asturiano: Jesús Arango, Francisco Rodríguez, José Cardín, Santiago Menéndez de Luarca, Marcelino González y Roberto Paraja.

«La declaración de Monteagudo», que ha sido presentada en el Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA), surge de un grupo de personas independientes, cuya reflexión pone el foco en la visión de la Asturias rural del futuro desde un conocimiento del pasado, del presente y desde una actitud de aportación constructiva.

En sus conclusiones señalan que el futuro del mundo rural precisa de una nueva visión de Asturias que pase de una economía dual a una distribuida espacialmente, con unas zonas rurales renovadas y diversificadas en el marco de una economía regional orientada a los mercados globales y neutra climáticamente.

Asimismo, apuntan que el reequilibrio territorial exige una Agenda Rural para Asturias que contemple un enfoque de desarrollo comarcal participativo, una digitalización y una descentralización de la administración regional que incorpore una visión de conjunto del medio rural que además de las medidas de carácter sectorial que requieren la participación de los agentes implicados, esté configurada por un mix de políticas encaminadas a mejorar los ingresos y las condiciones de vida en las áreas rurales.

En línea con las recomendaciones del Comité Europeo de las Regiones, plantean combatir el despoblamiento y la exclusión social promoviendo iniciativas que potencien la economía local y mejoren el acceso a los servicios básicos, la bioeconomía, las soluciones energéticas verdes, la innovación tecnológica y social, y actúen para acortar la brecha digital.

El estudio reseña que el futuro del mundo rural asturiano debe partir de una necesaria e imprescindible revisión regulatoria y simplificación administrativa que deben responder a criterios de desarrollo territorial y no ser, en ningún caso, un obstáculo para ello.

En este sentido, el análisis realizado sostiene que se hace necesario adoptar medidas de discriminación positiva tanto para la población como para las actividades económicas que se desarrollen en estas zonas.

En el sector agrario, y especialmente el subsector ganadero, precisa de un plan de mejora de la rentabilidad de las explotaciones que incorpore medidas orientadas a reducir la incidencia de las principales partidas de los costes de producción, la mejora logística de la red de recogida de leche y mecanismos de fijación de precios que incorporen la evolución del coste de los principales insumos de las explotaciones.

Una Agenda Rural para Asturias debería contemplar la explotación en torno al 40 por ciento de la superficie de la región que está ocupada por montes comunales, actualmente ociosos o infrautilizados, gran parte de los cuales se localizan en concejos de montaña que ya se consideran desiertos demográficos.

En esta línea, en estas zonas se deberían crear instrumentos para llevar a cabo acciones que combinen el aprovechamiento forestal con la creación de superficies de pastos en los que se desarrolle una potente ganadería extensiva que desempeñe a su vez una eficaz función de cortafuegos, así como el fomento del papel del efecto sumidero de CO2 de estos espacios.

Dado el tamaño y el carácter de las explotaciones agrarias asturianas -pequeñas y familiares-, la dispersión de su localización y el hecho de que el 90 por ciento de Asturias está declarado por la Unión Europea como zona de montaña, deberían aumentarse significativamente los pagos de las indemnizaciones compensatorias, entre otras medidas.

Además, «La declaración de Monteagudo» identifica otras opciones como la diversificación de las economías locales sobre la base agroganadera, la oferta de turismo rural de calidad orientada a nichos de mercado muy especializados, y la reorientación del valioso y diverso patrimonio cultural y etnográfico.